« parte uno »

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1 de Enero, 4:30 am

Menuda fiesta había organizado Vanessa; en este local estaría por lo menos más de media mitad de la universidad, y la mitad de esa mitad estaba más que borracha.

Ya ni me acordaba de lo que era estar en una buena fiesta, los exámenes y trabajos de la universidad del demonio me tenían abducida. 

Pero hoy era Nochevieja –técnicamente ya no lo era, pero daba igual– y hoy había que salir, festejarlo y llegar a casa como una cuba si o si.

Me llevé mi quinto vaso de vodka a los labios, veía borroso pero realmente me daba igual, tenía que disfrutar. 

Intenté observar a mis amigas: Camila le metía la lengua hasta la campanilla a un chico desconocido, a Rosa le estaba metiendo mano Ferb, un chico dos años mayor que ella y el cual era “su amor imposible”; y Luisa se revolcaba en el suelo de risa bajo los efectos del alcohol mientras Mateo, su novio, que estaba sobrio, intentaba calmarla.

Que buen panorama.

Yo cada vez me encontraba peor, la cabeza me daba vueltas a causa del alcohol que circulaba por mis venas y mi vista estaba más nublada que antes. Estaba siendo una gran fiesta pero creo que ya debía dejar de beber. O tal vez no…

Tambaleándome me dirigí hacia la barra donde esperé a que un camarero llegase a atenderme; mientras, observé el ridículo baile de Luisa con Mateo, me causaba pena a la misma vez que gracia, lo que tenía que soportar el pobre chico, en fin…

- ¿Desea algo señorita? –oí la voz masculina del camarero a mis espaldas, yo volteé y lo observé.

Tez morena, pelo corto negro y despeinado, ojos color miel con largas pestañas, cuerpo atlético… Si, un camarero muy sexy y atractivo, esa camisa le quedaba realmente bien.

Inconscientemente me mordí el labio.

- ¿Va a pedir algo? –me repitió mientras una sonrisa coqueta aparecía en su rostro.

“¿Te puedo pedir a ti?” pensé pero no lo dije en voz alta.

- Un vaso de ron con ginebra por favor, si es tan amable –le dije y le guiñé un ojo. 

- ¿Está segura? Ya la he visto antes pidiendo varios vasos de vodka y… le aconsejo que no tome más.

- Tráeme lo que te he pedido guapo, sé cuando debo dejar de beber.

- Como quiera –dijo él levantando los brazos para después irse a prepararme la bebida.

Zayn’s POV:

Le llevé lo que me pidió a la linda chica que había en la barra, ella sonrió y empezó a beber.

Fueron pasando las horas y el local se fue vaciando, la fiesta de mi hermana se estaba acabando. Seguía sin creerme que tuviera que haber escogido el local donde yo trabajaba para realizar su casi macro fiesta de fin de año trayendo a casi toda la universidad, donde yo ya me había encontrado con varios compañeros que se sorprendieron al verme de camarero.

Volviendo con la linda chica, ésta estaba que se subía por las paredes, estaba más borracha que mi hermana el día de su último cumpleaños y no dejaba de hablarme; yo ya había terminado mi turno pero me había quedado con ella solo por compasión, me daba pena dejarla allí sola.

- … y entonces mi madre me compró el pajarito, lo llamé Piolín, pero a los dos días murió y… -me contaba, parecía una loca.

- Espera un segundo, ahora vuelvo preciosa –le dije y la dejé allí porque mi hermana me estaba haciendo señas para que me acercara a ella.- ¿Qué quieres Vanessa?

- ¿Te importaría llevarte a Jessica a tu apartamento? –me preguntó y yo abrí mucho los ojos sorprendido– es que ella no puede ir sola al suyo, mírala, no podrá mantenerse ni de pie… 

Yo observé a la chica que se había quedado dormida en la barra. Al menos ya sabía su nombre. Jessica. Sonaba bastante bien.

- Vanessa, no la conozco de nada ¿Por qué no te la llevas tú o cualquiera de tus amigos? –le pregunté, aunque realmente no es que me importara mucho llevármela, no sería la primera vez que una chica desconocida pisara mi casa.

- Todos nuestros amigos ya se han ido y yo… no puedo.

- Hey preciosa, ¿vienes? –oí como le gritaba un chico a mi hermana.

- ¡Voy Frank! –le gritó ésta y después volteó a mi– anda hazlo por mí Zayn ¿sí? –yo asentí algo seco observando su intento de mueca adorable– te quiero hermano, hasta la vista –me dijo dándome un beso en la mejilla para después alejarse con el tal Frank.

“Claro, vete a follarte a ese tío mientras yo me llevo a una borracha a mi casa; qué considerado por tu parte hermanita”  pensé, aunque al darme la vuelta y observar a la tal Jessica allí dormida, tan… hermosa, cambié completamente mi estado de ánimo.

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Son cinco partes más el epílogo, subiré una parte cada sábado hasta fin de mes, solo eso, voten y comenten si les gustó ♡

Hey, do you know? I love you | z.m. osDonde viven las historias. Descúbrelo ahora