« parte dos »

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Intenté despertar a Jessica pero nada, ella seguía durmiendo; así que no me quedó de otra que cargarla hasta mi coche, menos mal que pesaba bien poco. La tumbé en los asientos de atrás y yo me subí al asiento de conductor, encendí el motor y empecé a conducir hasta mi apartamento.

De vez en cuando miraba a Jessica que se revolvía en sueños, esta chica era realmente bonita, ¿tendría novio? Bueno, en realidad, ¿acaso a mi me importaba eso?

Llegué y aparqué, abrí la puerta de los asientos de atrás y volví a cargar a Jessica hasta mi casa.

Subí las escaleras que llevaban al segundo piso con ella en brazos, se había abrazado a mi cuello y dormía tranquilamente en mi hombro, realmente se veía muy tierna.

Entré a mi habitación y la deposité en mi cama, entonces al incorporarme me quedé pensando… ¿y dónde coño duermo yo ahora?

Suponía que me tocaría dormir en el sofá de abajo; así que dispuesto a dirigirme allí di media vuelta pero la mano de Jessica aferrada a la mía me impidió continuar.

- Mmm… -la oí decir, intenté soltarme despacio para no despertarla pero ella no me dejaba– quédate aquí –dijo débilmente, parecía despierta pero estaba seguro que seguiría bajo los efectos del alcohol.

- Ni siquiera sabes quién soy –contesté divertido mientras la miraba.

- Sí –me aseguró ella abriendo poco a poco los ojos para observarme directamente– el camarero sexy.

Así que le parecía sexy.

Bien, bien…

- No creo que me veas muy bien en el estado en el que te encuentras, ahora mismo podrías estar delante de un asesino en serie o de un violador…

- Pues viólame si quieres –contestó sensualmente y yo reí.

- Estoy seguro de que mañana no dirías eso…

Pero ella no me hizo caso; me obligó a sentarme en la cama mientras ella se colocaba detrás de mí pasando sus delgados brazos por mi torso.

- Venga… he visto como me mirabas desde la barra… -decía mientras me abrazaba y me iba besando el cuello; yo solo cerré los ojos, disfrutando del momento– sé que me deseas… -me seguía diciendo y bajó sus besos hasta mi hombro para luego ponerse delante de mi enroscando sus piernas en mi cintura– hazme el amor… sé que quieres –me decía tentadoramente.

Me estaba intentando seducir y… lo estaba consiguiendo.

- Se… se supone que debo cuidar de… ti –le dije entrecortadamente mientras trataba de mirarla a los ojos.

Su vestido de fiesta se había subido y podía sentir perfectamente el contacto de su piel contra la mía.

Ella sonrió y se acercó a mi oreja y habló tan despacio que me estremecí al sentir sus labios rozándola.

- Y es que acaso… ¿no vas a cuidar de mí? –me preguntó con voz aniñada y luego al separarse de mi me guiñó un ojo.

Vale, si… lo había conseguido, estaba más duro que una piedra y ya no aguantaba más, tenía que besarla. Tenía que probar esos labios que me estaban volviendo loco ahora mismo.

Y así lo hice; la agarré rápidamente de una forma un tanto brusca de la cintura y la besé desesperadamente, uniendo nuestros labios.

Desde que estábamos en la fiesta y había fijado mi ojo en ella me había preguntado como sabrían sus labios, y ahora lo sabía: deliciosos.

- Si quieres parar me lo tienes que decir ahora, preciosa, porque… después no creo que pueda hacerlo –le dije todavía sobre sus labios.

- ¿Quién ha dicho nada de parar? –me preguntó distraídamente mientras jugaba con los botones de mi camisa.

- Pues entonces, prepárate porque va a ser una noche movida, nena –le dije para después recostarla en la cama y ponerme encima suyo para poder comenzar a desvestirla.

Ella solo rio escandalosamente pasando sus brazos por mi cuello.

Seguro que mañana no recordaría nada pero bueno… supongo que eso será lo mejor para los dos.

Jessica prepárate, en serio, para el mejor polvo de tu vida.

Hey, do you know? I love you | z.m. osDonde viven las historias. Descúbrelo ahora