24° Sábado 7 pm

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—No lo sé, lavamos su auto por 6 meses —Dije en desesperación

—La escuela nos da servicio de limpieza —Dijo él y solo cerré lo ojos con frustración

—Hacemos lo que usted quiera, calificamos los trabajos por usted, limpiamos su casa, no lo sé —Dije insistente, el profesor por dentro debe de estarse riendo de mí en este momento

—Nada que usted me ofrece me puede interesar, señorita MacCallister —Dijo y solo solté un suspiro, no sabía que más hacer, ya no sabía que más decir

—Esta bien, entiendo, gracias por atenderme, profesor —Dije mientras me retiraba, cuando estaba a solo un metro de la puerta

—Señorita MacCallister, venga aquí de nuevo —Dijo la voz del profesor, cual perrito cuando lo llaman, me acerque, el profesor se levantó y se recargo sobre el lado del escritorio

—Digame, señor —Dije cuando me puse frente a él, el profesor tenía sus manos en sus bolsillos, me miraba a los ojos

—Si mi proposición le parece, ¿Esto quedaría como secreto? —Dijo el profesor, yo rápidamente asentí con la cabeza —Okey, como tal vez lo habrá notado, usted se me hace una persona sumamente interesante e inteligente, discutir sobre algún tema con usted es sumamente complaciente, le propongo una charla, ya antes de que yo fuera su profesor de historia, ya habíamos tenido la dicha de conocernos, esa cita fue complaciente y me gustaría volver a tener una plática agradable con usted, ¿Le parecería una cena? —Dijo el profesor y yo quedé helada, ¿Otra cita con el profesor? —¿Sabe? Mejor olvídelo señorita, fue una imprudencia...

—¡No! —Dije con rapidez y él solo arqueo una ceja —Acepto, solo dígame día, hora y lugar —Dije antes de que se arrepintiera, solo sería una cena, hablaríamos y todo será algo normal

—El sábado a las 7 pm, el lugar tú lo puedes elegir —Dijo el profesor, pensé unos segundos, no tenía una idea

—¿Le parece el restaurante en dónde fue nuestra primera cita? —Dije y él dejó salir una risita

—Si, está bien —Dijo con gracia

—Gracias profesor —Dije con una sonrisa

—No me de las gracias antes de tiempo, de ti dependerá la aprobación de Eloisa —Dijo el profesor y yo asentí, sin más salí, Eloisa estaba ahí, en su celular

—Ya —Dije mientras me acercaba, ella se volteo rápidamente y se acercó

—¿Que paso? ¿Que te dijo? ¿Nos va a acusar? ¿Que paso? —Dijo ella rápidamente, yo solo la miré con gracia, se miraba claramente que estaba nerviosa

—Tengo una cita con él el sábado —Dije mientras la tomaba del brazo y comenzabamos a caminar hacia la salida

—¿Que? ¿Y eso que tiene que ver con mi calificación? —Dijo ella confundida

—Si es una buena cita, el profesor te subirá de calificación, el principio le di todas las opciones sobre los trabajos, proyectos y eso... No los aceptó, ya que dirección solo le ordena evaluar, no asignar trabajo, así que hasta le ofrecí lavar su auto o limpiar su casa, algo que él negó, después de unos minutos más pensando, me propuso el ir a cenar, platicar ya que soy "interesante e inteligente" —Dije mientras subíamos a mi auto, ella solo me miraba con gracia

—¿Así que le gustaste al profesor? —Dijo Eloisa y yo negué

—No le guste, pero si le agrade, solo eso —Dije mientras comenzaba a conducir a casa de Eloisa

—Bueno, como lo quieras ver, el chiste es que tú, saldrás con el profesor el sábado... En verdad gracias, no se que hubiera hecho sin ti —Dijo Eloisa y yo asentí

—No hay de que, sabes que para eso somos amigas, pero bueno, supongo que te espero el sábado en casa para que me ayudes a arreglarme —Dije, Eloisa asíntio, detuve el auto cuando llegamos a casa de Eloisa, ella bajo y se despidió de mi, conduje nuevamente hasta mi casa.

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—No olviden la tarea para mañana, es muy importante que la traigan —Dijo el profesor Vélez mientras el timbre sonaba, el salón comenzaba a vaciarse, todos querían salir huyendo

—Quiero un pintauñas morado, combinaría con...

—Señorita MacCallister, ¿Puede acercarse? Por favor —Dijo el profesor

—Ve guardando, por favor —Le dije a Eloisa y ella asíntio, caminé hacia el escritorio, ví como el profesor buscaba en su maletín marrón de cuero —Digame, profesor —Dije, cuando entro lo que buscaba lo saco, un pequeño libro, con pequeño me refería al grosor de páginas, máximo podían ser unas 200 páginas

—Me gustaría que lo leyera, ya sabes, para nuestra cena, es un libro muy interesante y me gustaría discutirlo con usted, aunque sea las primeras páginas —Dijo el profesor y yo asentí, tome el libro entre mis manos, se miraba que ya había sido usado —Es mío, así que tal vez tenga algunas anotaciones o garabatos míos, lo tengo desde ya hace varios años, nos vemos —Dijo el profesor antes de colgarse el maletín y salir del salón.

Desconocidos||C.V. Y TÚ||TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora