"Debes irte" fueron las últimas palabras de Kevin antes de dirigir a Angelina hacia la puerta, el miedo se apoderó de él, ella sabía su historia y eso ponía en grave peligro su intento de nueva vida en Memphis. No podía entender como el mundo era tan pequeño, de tantas personas justo su vecina tenía que conocer su historia y claro que ahora habían más argumentos para no estar con ella.
Angelina sabía que si le decía a Kevin que conocía su historia el reaccionaria así pero no se aguantaba las ganas de decirle, hablarle y hacer como que no lo conocía se le hacía muy dificil, además desde que el chico se mudo junto a ella lo observa cada día y no se saca de la cabeza lo guapo que es. Se sentía muy culpable por haberlo hecho pasar un mal rato pero en algún momento debía decirselo y mientras más temprano mejor o eso pensaba ella.
Por otro lado Kevin estaba entrando en un colapso mental que no sabía como controlar, no era que las demás personalidades quisieran salir, este dolor era diferente, su pecho se sentía apretado y las lágrimas brotaban de sus ojos como si estuvieran desesperadas por salir. Claramente no era su día, el dolor de no poder ser una persona normal era incontrolable, su llanto se escuchaba por todo el lugar y como siempre Max estaba a su lado tratando de calmarlo pero esta vez era diferente, no era una crisis de personalidad disociativa, esto era dolor del corazón y eso simplemente no se puede reparar.
De un momento a otro comenzo a recordar a Casey y en lo duro que debe haber sido para ella superar todo el daño que le provocó, se sentía mal por lo ocurrido y tenía la necesidad de buscarla con ansias y poder ver si estaba bien. Sabía que era un error y que quizas la chica le tiraría a toda la policia de Philadelphia encima pero era algo que necesitaba hacer.
Kevin se levantó del rincón en el que se encontraba para ir directo a la guía telefónica y buscar el numero de Casey...de Casey Cook. El aparato empezo a marcar y Kevin se sintió desfallecer al escuchar la voz de la chica al otro lado del telefono.
—¿Hola? —dijo la chica al otro lado del teléfono y fue suficiente para que Kevin se quebrara—
Cortó inmediatamente asustado por lo que acababa de hacer, por un impulso de idiotez casi le habló a la chica que estuvo a un paso de asesinar y claro que Casey no reaccionaria bien ante la llamada así que no tuvo más opción que colgar y hundirse nuevamente en pensamientos que lo llevaban directo a la locura y ansiedad.
Ya siendo media noche Kevin aún estaba sentado junto a la puerta pensando en todo lo que hizo en el pesado y cómo poder vivir con ello de forma normal o lo más cercano a la normalidad.
Al otro lado se encontraba Angelina leyendo el expediente que presentó como tesis en su universidad para recibir su titulo de reportera en Rhodes College hace 3 meses. Estaba muy bien cuidado y sin ningún error de gramática, era un ensayo perfecto que la llevó nada más ni nada menos que a recibir su título.
"La Horda" se leía en letras grandes al inicio del expediente y comenzaba relatando la historia del chico que vivía junto a su casa
"Kevin Crumb, un chico de 25 años residente en Philadelphia que está acusado de asesinar a sangre fría a 3 mujeres, entre ella su terapeuta, se encuentra en el ojo del huracán luego de escapar del lugar de los hechos con una herida de bala y una testigo clave sobreviente del horrible crimen que vio las atrocidades cometidas por el chico.
Sin duda un caso que ha dado mucho que hablar pero ¿Quien es Kevin Wendell Crumb y cómo llegó a estos niveles de locura? Sin duda es una historia digna de leer y hoy la sabrás"
Angelina se sentía fatal al leer cada palabra de su ensayo tan amarillista que le daban incluso ganas de vomitar, si bien Kevin era un asesino, nunca pensó en cómo se sentiría al leer ese artículo ya que Kevin no fue el que asesino, sino que fue la horda.
Intentó seguir leyendo un poco más pero su mente se lo impedía con fuerzas y la culpa la invadía de una manera incontrolable, quería verlo y pedirle perdón por ser tan poco discreta y soltarle una bomba tan grande en medio de una agradable visita en especial si recien se estaban conociendo.
Angelina volvió a tocar la puerta de Kevin pero este no abrió, sabía que estaba adentro porque Max ladraba desde el interior y el chico jamás salía sin su amigo. La chica no recibió respuesta por parte del pelinegro pero eso no la detuvo e intento abrir por su cuenta lo que fue más fácil de lo que creyó ya que estaba sin llave.
La chica abrió la puerta y de inmediato se encontró con una Kevin derrotado y apenado junto a la puerta, sin fuerzas y con sus mejillas enrojecidas de tanto llorar. Angelina se acercó a él y limpió sus lágrimas para que las que venían tuvieras espacio para pasar, Kevin estaba devastado y le dolía mucho saber que era la culpable de aquello, se agachó junto a él e intento entablar una conversación
—Kevin...
—Sólo vete Angelina por favor —habló el chico sin ninguna expresión en su rostro— no necesito que alguien me arruine lo poco que he construido en estos meses y creeme cuando te digo que tú y tu bomba me han destruido una parte de mi avance.
—Yo en verdad lo siento —tomó su mano y habló una vez más— no pensé las cosas cuando las dije pero te prometo que mi intención no es hacerte daño ni amenazarte por las cosas que sé sobre ti
—¿Y que planeas?
—Conocer al Kevin que no describen en los periódicos ni en la televisión —volvió a limpiar su mejilla y habló nuevamente— si me permites conocerte te prometo nunca alejarme de tu lado
Kevin no pudo evitar sonreir ante tan tierna confesión de la chica pero el no estaba preparado para una relación o algo parecido, ni siquiera sabía si podría brindarle una amistad ya que su temor a ls gente era real y ya que ella lo sabía todo mayor era el miedo.
—Angelina no puedo prometerte nada, yo no tengo nada y estoy enfermo
—No necesito nada, yo sólo quiero que me des una oportunidad para conocerte y brindarte mi apoyo —volvió a tomar su mano pero esta vez para no soltarla— no estas sólo y me encargaré de que nunca más lo estés te lo prometo.
Ante esas palabras y por un impulso del momento tan conmovedor, Kevin se acercó a la chica y la besó mientras trataba de levantarse del suelo junto con ella, se sintió increible besar a una chica luego de tanto tiempo.
El beso iba en aumento y Kevin a pesar de estar perdiendo el aliento no podía separarse de ella, la chica era hermosa y sus palabras lo conmovieron al punto de recobrar la cordura que había perdido hace unas horas. El beso seguía sin detenerse pero todo se detuvo cuando Kevin abrió los ojos y la vio a ella, a la chica que jamás pensó que vería mientras besaba a Angelina. Su piel blanca como la nieve y su cabello largo y moreno lo hacian sentir seguro pero muy confundido así que se alejó asustado de la colorina y volvió a la realidad, notando que jamás fue Casey a la chica que besaba sino que era su vecina que sabía todo sobre su pasado y que debía alejar de su vids pero se le hacía dificil
—¿Paso algo? —habló Angelina mientras tomaba el cuello de su camisa y lo besaba con más intensidad a lo que Kevin se negó de inmediato—
—Ya es tarde y creo que deberias irte... es lo mejor
Angelina no entendía por que se había alejado de esa manera pero luego del error que cometió lo menos que podía hacer era darle su espacio para pensar las cosas y así poder ayudarlo con más facilidad.
—Claro no hay problema —la chica esperó a que Kevin la acompañara a la puerta pero éste subió y se encerró en su habitación dejando a Angelina junto a la puerta y sin despedida—
Al llegar a su casa tomó su enorme expediente impecable sobre Kevin y lo lanzó al tacho de la basura para verlo desaparecer de su vida como si de un recibo de supermercado se tratara. Eran papeles sin importancia que perdieron valor desde que conoció al verdadero Kevin y no necesitaba de su pasado para poder construir un futuro con él, claro si es que él se lo permitía lo cual no tenía muy claro hasta ahora.
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Strange
RomanceLuego de un terrible suceso que acaparó diarios y televisión, Kevin Wendell Crumb intenta volver a tener una vida tranquila en su hogar en Memphis pero todo su mundo se desmorona cada día más y más. La vida no le tiene asegurada la paz pero quizás...