¿Él es un bastardo? Se cómo ser una perra, pero con clase

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En la mañana me despertó la sensación de no poder respirar. Al abrir mis ojos me encontré con que Marcos tenía todo su peso sobre de mí. Lo empujé como pude y el muy estúpido ni se despertó. Logré zafarme de él y me fui a mi habitación, tenía que vestirme para ir a desayunar.

Al entrar a mi habitación me encontré con una Micaela preocupada.

Señorita ¿Dónde estaba? — se le veía lo angustiada que estaba.

Tranquila dormí con mi primo, mi vecino de cuarto resulto ser un escandaloso en la noche o mejor dicho su acompañante—dije acostándome en la cama.

¿El joven Christiano? — pregunto.

Si— respondí.

¿Está segura? —en su cara se veía que no me creía

Tan segura, que vi cómo le practicaba sexo oral a una pelirroja—dije.

¡O por Dios! si era una pelirroja seguro era la señorita victoria, la ex novia del joven Christiano—dijo

La verdad no me importa quien sea, solo no espero que sea repita todas las noches, amo dormir en total silencio, y para ser sincera no me interesa saber de la vida sexual de èl—

Disculpe que me meta señorita, pero él será su esposo debería importarle— comento.

Debería, pero este es un matrimonio a la fuerza, sin amor y dudo que en el lapso que nos colocaron haga que llegue a sentir algo por él, se ve que es un patán— y lo pensaba muy en serio.

Él es odioso y hasta grosero cuando se siente amenazado, pero es un excelente hombre, cuando conoció a la señorita victoria, fue grosero con ella hasta que ella le demostró como era y se hicieron novios, hasta se pensaban casar, pero apareció todo este rollo de las herencias—me sorprendió eso, es decir que él está enamorado de ella, y yo soy la causa de que no puedan estar juntos. Pero no es mi culpa. Yo no elegí esto.

Es lamentable que cuatro personas tengamos que pasar por esto. Dejar nuestros planes de vida. Y adaptarnos a uno impuesto. Me da lastima por esa chica. Por Victoria.

Bueno la verdad no sé qué pensar— esto ya de por si era muy complicado.

Porque no mejor se da un baño mientras le acomodo la ropa y se alista para bajar a desayunar—

Me dirigí al baño, me duche, y me aliste para el desayuno cuando salía de mi cuarto me tope con mi primo que se dirigía a desayunar al igual que yo. Se veía dormido aun, y en silencio nos dirigimos al gran comedor que se encontraba en el jardín.

Al llegar nos encontramos con Paulino y el resto de la familia, la cual pude apreciar que era grande. Me senté donde me indicaron que era al lado de Evangelina y mi primo a mi otro lado.

Hola—le dije a la chica.

Hola—me respondió insegura.

No tuvimos el tiempo de conocernos ayer—le dije.

Si. Es verdad, ayer fue un día de locos— dijo sonriéndome. A simple vista era una chica simpática.

En eso te doy la razón--- dije riéndome— un día de locos y super agotador.

Me comento Marcos, que eres estudiante de diseño de interiores— pregunto curiosa.

Si. bueno lo era, tuve que congelar el semestre por venir aquí— dije con pesar. Amaba mi carrera.

Si eso también me lo mencionó— en su cara pude ver que le daba pesar y que era sincera.

Él me dijo que tú estudias lo mismo— le comente.

Si es cierto— respondió. Nos comenzamos a caer bien mientras ambas descubríamos que teníamos los mismos gustos, y la conversación fluyo. Pero nos interrumpieron, cuando en los puestos libres que quedaban en la mesa justo enfrente de nosotros se sentaban Christiano y la Pelirroja Victoria.

Ella me miro con descaro y superioridad y yo la ignore. Dándole a entender que no me importaba quien fuese ella.

Todos en la mesa se encontraban incómodos, hasta los sirvientes al ver la presencia de la pelirroja, que aun llevaba la ropa que utilizo la noche anterior en la reunión. Dando a entender evidentemente que durmió en la casa.

Christiano me miro de forma burlona y le dio un beso apasionado a la chica delante de todos. Como la actriz que soy fingí estar muy entretenida con un correo que me había llegado a mi celular y solo levante la mirada cuando escuche la reprimenda que le daba Paulino a Christiano. Por lo que había hecho.

¡Christiano! sino te vas a comportar, ni respetar a tu prometida, te agradecería que te retiraras de la mesa—dijo. Fingí cara de no saber que pasaba, hasta le pregunté en voz alta a Evangelina que sucedía para que todos captaran mi supuesta falta de conocimiento de lo que sucedía.

Eva. ¿Qué sucede? — no pudo responder ella, sino el propio Christiano lo hizo.

Sucede que le acabo de dar un beso a mi novia y todos están alarmados por eso—el muy astuto me fastidio la situación, no encontraba que decir. Porque su descaro era el colmo de los colmos. Pero si él era un bastardo yo sé muy bien como jugar hacer una perra, pero con clase.

¿Tu novia? —pregunte, como si no entendiera lo que sucedía.

Si, mi novia— la pelirroja al escuchar por segunda vez, que él le daba su lugar ante mí, me miro con superioridad.

Disculpa pensé que era solo con quien te desahogabas por las noches— dije mirándolo directamente a la pelirroja y a el.

¿Perdón? No entiendo tu respuesta querida—dijo el muy imbécil con su sonrisa de superioridad.

Quiero decir querido—dije utilizando su juego de palabras—que la forma en que te la follabas anoche, y la forma que le decías obscenidades, me dio a entender, que solo era tu puta de turno, pero si la quieres llamar "TU NOVIA" para que suene más bonito y ella no se sienta mal, es cuestión tuya—concluí con toda la clase que pude sin mostrar que me molestaba y dando entender que yo era más que ella.

A escuchar eso tanto la pelirroja como Christiano colocaron cara de pocos amigos y la pelirroja termino de perder la paciencia que estaba controlando.

¿Como te atreves? —dijo alzando la voz y dando un golpe en la mesa haciendo que más de uno en ella saltara en su asiento.

Le sonreí con superioridad.

Me atrevo porque puedo—fue mi respuesta

¿Pero ella, que se cree? —dijo ella mirando con reproche a Christiano por no decir nada en su defensa.

Tengo nombre, y para tu mala suerte, soy la que se casara con el imbécil que te follaba anoche. Pero querida te doy un consejo, de mujer a mujer—dije como si fuéramos intimas amigas—valórate un poquito, porque no ganas nada siendo el deshago de el en la cama, al final, la que se casara con él soy yo, y tu solo serás la puta a la cual recurrirá cuando yo no le de lo que busque.

Y con esto último me levante de la mesa con suma elegancia. Caminé hasta la puerta y me di la vuelta.

Señores me disculpo por lo sucedido, pero si algo no tolerare, es que me falten el respeto en la cara. Y si esto será así constantemente, me van a disculpar, pero tendré que informales a mi familia, que se preparen para vivir en la ruina, porque yo no pretendo sacrificarme por ellos y por ustedes, casándome con un imbécil, que no entiende lo que està en juego en ambas familias, preferiría mil veces quedar en la ruina, que estar con él. Con el permiso de todos me retiro.

Me encerraría en mi habitación, no quería ver a nadie.

El Testamento I. Dada en MatrimonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora