Martes 04 de Febrero, 2020
Ayer fue un cumpleaños lluvioso y encantador con las personas que quiero. No pudimos mirar nubes porque la lluvia hizo que se desdibujase todo en el cielo, pero comimos un pastel hecho por mí solita y quedó muy rico.
Creo sinceramente que este cumpleaños se percibió de manera diferente, no solo por mi. Esperando ciertas cosas me encontré con otras totalmente distintas y mis planes perfectos se derribaron mucho más rápido de lo que me esperaba. Y me encantó. Jamás me habían despertado deseándome un feliz cumpleaños, mucho menos cantándome, pero ahí estuvieron papá y mamá. Muy de mañana, cantando y llenándome de besos y abrazos.
Recuerdo que en varios de mis cumpleaños, abuela Milva solía hacerme un gran pastel. Con frutas, dulce de leche o crema dependiendo de la ocasión, y chispitas de colores y chocolate. Entonces, ¿Para qué comprar uno?
Luego de levantarme, hice mi pastel-superespecial. Puse música (Banana Pancakes de Jake Johnson) y me divertí mucho batiendo la harina con los huevos al ritmo de la música. Le puse frutas y crema y al final lo decoré con piñas de pino y hojas de helecho. Tal vez, alguna hormiga se metió por ahí. Nunca lo supe, nunca lo sabremos.
En la tarde, a las 4 en punto, comenzó mi pequeño festín íntimo. Papá David improvisó una tienda de campaña gigante en el balcón de casa porque había estado lloviendo y no queríamos arriesgarnos. Hicimos batidos de frutas con sandía, ciruelas, peras, uvas, plátano y comimos de mi pastel-superespecial. Decoramos con revistas, acuarelas y hojas para pintar, la casita de madera que me hizo papá por navidad y velas. Era justo lo que quería, mi pequeño refugio junto a las personas que me hacen feliz cada día.
En la noche llegó el resto de familia y me hicieron una comida. Se supone que era sorpresa pero Génesis lo sabe todo porque es Kool con K. Comimos sushi, tomamos jugo y asaron carne. Me cantaron cumpleaños feliz, por primera vez en mi vida me hicieron tortazo (mi nariz se llenó de crema) y tomamos licor de mango hecho por mi tío.
Espero que este año marche increíble para mí porque quiero mirar atrás con una sonrisa y una gran satisfacción por haber vivido una vida plena y un último año que supere todas mis expectativas. Lorena me dice que no diga: "Mi último año", porque suena a que me moriré luego de esteLlena de amor se despide,
Una cumpleañera feliz.
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Hablando con las flores
PoetryAlguna vez me dijeron que madurar no es una conducta, si no un acto. No entiendo muy bien lo que quiere decir eso pero..., intentaré aferrarme a ello con todas mis fuerzas de ahora en más.