XII

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Nunca contestó las llamadas, tampoco se encontraba en casa y en el trabajo le habían dado dos días libres, por lo que no tenían noticias de su paradero. Taeyong ya se estaba preocupando, maquinando miles de teorías acerca de qué le había ocurrido a Johnny. No solían decirse todos y cada uno de sus movimientos, pero si surgía algo, como por ejemplo: algún viaje que implicara el desaparecer sin comunicación alguna, mínimo se mandaban un mensaje para avisar. Taeyong estaba al borde de la desesperación, no hace más de veinticuatro horas vivió en carne propia un ataque por parte de supervillanos, y ahora, su mejor amigo se había desvanecido. ¿Alguna aventura con una mujer desconocida? ¿Con un hombre? ¿Fue secuestrado?

Le daba demasiadas vueltas. Visitó varios sitios que frecuentaban, así que acabó en la cafetería que visitaban de vez en cuando. Uno de los empleados le dio la bienvenida, pero a Taeyong le pareció un poco raro no encontrarse con el chico que laboraba en el turno de la mañana, el mismo que estaba "coqueteando" con él, según decía Johnny, el tal Jungwoo.

—Disculpa, ¿Jungwoo no está? —preguntó sin darle rodeos.

—¿Quién? —el joven que se encontraba del otro lado del mostrador no comprendía.

—Trabaja aquí también, siempre a las diez u once de la mañana —sí, Taeyong no podía equivocarse, había venido más de tres veces y siempre aparecía, con una gran sonrisa y amabilidad.

—En realidad soy de los que lleva más tiempo como empleado de la cafetería, y no lo conozco. Tal vez estás confundido.

—No, no, no... —el chico tenía los nervios a flor de piel, no estaban siendo nada productivos tales comentarios —. Mira, este chico siempre nos atendía a mi amigo y a mí, por lo tanto quiero preguntarle si lo ha visto.

—En serio, ningún Jungwoo está registrado en nuestra lista de trabajadores, ni siquiera se ve reflejado en aspirantes.

Taeyong iba a perder la razón, o ¿ya lo había hecho? No había forma de alucinar a una persona, ni su nombre, ni su aspecto, a tal grado de inventársela. La situación se tornaba cada vez más turbia, más incógnitas se sumaban en la indagación, por lo que la inquietud no hacía más que incrementar. Todas sus teorías, por más descabelladas que habían sido, poco a poco tomaban forma, y en definitiva, era el peor de los escenarios.

La búsqueda a los alrededores de la ciudad había fracasado rotundamente, por lo tanto, regresó a casa para aclararse. Se le agotaba la paciencia, y con ello, las ideas. 

Ni hablar con sus padres, los Suh, resultó bien. Si hubiera podido regañar a todos sus yo del pasado que rechazaron las invitaciones de su amigo para salir, lo hubiera hecho con gusto, si no fuera tan amargado al momento de conocer más gente, tal vez esto no estaría pasando, era ajeno a los demás amigos de Johnny y le estaba costando duro en tal situación.

Aunque, luego de un tiempo, se le ocurrió algo: el blog en la cual su amigo era miembro exhaustivo.

Si lo revisaba probablemente encontraría una pista. No recordaba en lo absoluto el nombre del sitio, y el usuario que Johnny usaba como álter ego estaba borroso en sus memorias, aunque tenía que ver con Hebe, su super favorita. Con algo debía empezar. Siendo un poco torpe con la tecnología, aún así lo halló, aunque era poco útil si no tenía noción de qué hacer exactamente en el foro. Investigó la página para dar con algo que tuviera que ver con Johnny, y a los tres minutos, la pantalla se puso obscura.

—Joder —vociferó Taeyong. Se levantó abruptamente de su sofá con la intención de lanzar su recién reparado celular. Creyó ser el causante de algún error para echar a perder la página web, en serio se creía capaz, sin embargo, unas líneas de letras blancas aparecieron en el medio del aparato:

H O A X// NCT~ YuTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora