Capítulo 1

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Era un día de invierno, 4 de diciembre en concreto. Todavía recuerdo la furia recorrer mi cuerpo después de la discusión con aquel cajero en aquella tienda de vídeo-juegos, una discusión muy tonta si me pongo a pensar ahora. Pero mi mal humor y el frío día de invierno no evitó que el destino pusiera frente a mí, a la persona más maravillosa que he conocido en mi vida. Sí, ese eras tú, Tae.

Recuerdo como te apoyaste en la pared en la cual yo estaba apoyado, justo a mi lado, con tus mejillas sonrojadas y tu manos temblando por el frío. Me percaté de la forma en la que tus ojos miraban hacia todos lados, pero no a mí, estabas tan nervioso que me causaste ternura. Esa fue mi primera impresión sobre ti.

Eres lo más tierno del mundo.

Cuando por fin te armaste valor y me saludaste, juraría que había escuchado la voz de un ángel. Seguramente no me creerías, pero es verdad; a pesar de que tu voz era grave y profunda, tus palabras sonaron dulces y melodiosas en mis oídos. Como si una suave tela acariciara mis sentidos auditivos, esa fue mi segunda impresión.

Me enamoré de tu voz.

Quedé impactado, pero igualmente me giré para poder verte de frente y te saludé de vuelta. Me hubiera gustado ser más amable en ese momento, pero mi mal humor todavía seguía ahí; por lo tanto, mi saludo sonó mas brusco de lo que hubiera deseado. Recuerdo que levantaste tu vista de forma lenta, casi con miedo, lo cual derritió mi corazón. Cuando tus perfectos ojos de color chocolate se posaron por fin en mi, los abriste en sorpresa, y te comprendo, yo hubiera hecho lo mismo en tu lugar.

Tu eras lindo, tierno, de apariencia un tanto dulce y sensible. Por otro lado estaba yo, vestido totalmente de negro, con perforaciones en mis orejas, el ceño fruncido y un tatuaje en mi cuello. Te hubiera comprendido si salías corriendo, pero no lo hiciste. Fue todo lo contrario, cuando dejaste de mirar mi cuerpo y tu mirada se posó en mis ojos, sonreíste. Tu sonrisa fue como un rayo de luz cálida en aquel día de invierno, y esa calidez llego a mi corazón, haciendo que inconscientemente yo también esbozara una sonrisa.

Esa fue otra de las cosas que más me gustaron de ti. Tu sonrisa, tu calidez, el hecho de que no me juzgaras por mi apariencia y me trataras con educación y respeto.

Recuerdo que comenzamos a hablar, al parecer tu habías escuchado mi discusión en la tienda y aunque no lo demostré, eso me avergonzó internamente. Con timidez y un enorme sonrojo que llegaba hasta tus orejas, me dijiste que estarías dispuesto a comprar mi vídeo-juego si a cambio yo te hacía un favor.

Fruncí el ceño, eras hermoso sí, pero también un desconocido y yo no iba por ahí haciendo favores a la gente. Pero debido a que estaba tan hipnotizado en tus facciones, decidí darte una oportunidad y escuché atentamente lo que me querías pedir.

Me sorprendí cuando me dijiste que querías mi consejo para verte mejor y poder vestir a la moda. Es decir, ante mis ojos tu eras hermoso tal y como estabas. Sí, tal vez tu  cabello despeinado, tu enorme jersey de lana dos tallas más grande de lo necesario, tus pantalones holgados y tus gafas de pasta no hacían relucir tu físico; pero a mí no me impidió ver lo perfecto que eras, eres y siempre serás.

Sin embargo, lo que más me sorprendió fue cuando te pregunté el por qué querías mi ayuda, y respondiste que todo esto era para gustarle a alguien y que me pedías ayuda a mi porque te gustaba como iba vestido. Vaya, no te diré que eso no me dolió; y no solo por el simple hecho de que ya tenías a alguien en tu corazón, si no que además, querías cambiar por esa persona. Yo no lo entendí, si de verdad querías que te correspondiera, esa persona debía quererte por como eres, no por una versión de ti mismo a su gusto.

Me decepcioné, pero no dije nada. Prometiste comprar mi vídeo-juego a cambio de mi ayuda y eso iba a hacer. Lamentablemente, en ese entonces yo no solía pensar mucho en los demás, solo quería el juego y ya está, no me molestó el hecho de ayudarte en algo totalmente incorrecto.

Y me arrepiento, desearía no haberte ayudado, desearía haberte dicho ese mismo día todo lo que pensaba sobre ti. Porque tu para mi, Kim Taehyung, eres lo más hermoso que he visto en toda mi vida...

Siendo tu mismo  |  KookTae - TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora