Capítulo 4

273 30 4
                                    


Ese día eran las ocho de la mañana y yo me encontraba en la universidad. Ambos íbamos a la misma, solo que estudiábamos ramas distintas, es por ello que nunca llegué a verte pues nunca visitaba el otro edificio de mi universidad, me parecía algo innecesario. Sin embargo, ahí estaba, esperándote, muriéndome de frío y rezando porque todo pasara muy rápido.

Sabía lo que iba a pasar. Tu te declararías, el chico, al ver lo hermoso que eras, te diría que sí y después yo quedaría en el olvido, siendo alguien sin importancia. Suspiré rendido, recuerdo que mi cuerpo se vio invadido por la angustia y los nervios, y esos sentimientos solo empeoraron cuando te vi.

Oh, si dios no me estaba castigando, no sabía que estaba haciendo conmigo.

De lejos te vi llegar, trotando hacia mi con una gran sonrisa y sacudiendo tu mano en forma de saludo. Traías puesto uno de los modelos que había elegido para ti cuando salimos, gafas nuevas, unos jeans negros ajustados con una camisa color crema, una chaqueta a juego con los pantalones, una pequeña bufanda de la alrededor de tu cuello y tus manos escondidas bajo las mangas de la chaqueta. Te veías tan hermoso que tuve que retener el aliento, mi corazón se aceleró y sentí una punzada dolorosa en mi pecho. Te veías increíblemente perfecto, aunque también tengo que decir que a mí me gustaban tus jersey demasiado grandes y tus botines gastados.

Recuerdo que me perdí en mis pensamientos, quedando embobado mientras te miraba y tu susurraste un ligero "buenos días Jungkook" que hizo derretir mi corazón. Escuchar mi nombre salir de tus labios, ser pronunciado con tu hermosa voz, era una de las mejores cosas que la vida pudo haberme regalado.

Pero esos labios no eran míos.

Rápidamente noté tu nerviosismo, el cual era aun mayor de lo que usualmente era. Dios, de verdad ibas a hacerlo y yo solo pude tenerle envidia a ese chico, odiarle por haberte rechazado previamente y ahora aun más al ver que lo querías tanto como para intentarlo una segunda vez. En ese momento solo quería que terminara rápido, quería irme a mi clase y hundir mi cabeza en mis brazos, ignorando todo a mi alrededor y que con suerte, después de esto siguieras acordándote de mi existencia.

-Es él Jungkook, está ahí.

Tu voz llena de emoción y nerviosismo me sacó, nuevamente, de mis pensamientos, los cuales se estaban volviendo cada vez más negativos. Yo volteé mi rostro hacia donde señalaste y observé al chico que te gustaba. No era muy alto, no mucho más que tu, vestía ropa de marca y tenía un color de cabello llamativo, color menta, parecía estar cansado y al ver como todos le miraban y le sonreían, deduje que era muy popular. Mi odio hacia él solo aumento cuando vi su rostro y le reconocí.

Estúpido Min Yoongi.

Fruncí mi ceño y te pregunté si ese era el chico que te gustaba, asentiste con vergüenza y eso me destrozó. No podía creer que te gustara alguien tan superficial, maleducado y egocéntrico. Sentí pena por mi, tus ojos brillaban de tal forma que me hizo ver que de verdad le admirabas, recuerdo que sentí lástima de mi mismo porque, a pesar de que esa bella mirada no iba dirigida a mí, mi corazón igualmente se emocionó y un dolor intenso se instaló en mi pecho.

-¿Estoy bien?

Preguntaste, tus manos jugando con nerviosismo y tu mirada preocupada, yo simplemente no podía resistirme. Asentí y te dije que te veías hermoso, reteniendo mis ganas de seguir diciéndote cumplidos y de pedirte que no fueras hacia él, porque como buen amigo mi deber era ayudarte. Tu te sonrojaste y me diste las gracias por todo, esbozando una sonrisa sincera que llegó a mi corazón, obligándome a retener un jadeo de tristeza. Mi corazón gritaba que no te dejara ir, pero si hacía eso sería un mal amigo y jamás podría hacerte algo malo, incluso si la consecuencia era sufrir yo.

Siendo tu mismo  |  KookTae - TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora