Namjoon no sabía cómo pasó, solo pasó. Al principio siempre pensó que sería Sun hee, con todo lo de salvar su alma y esas cosas. Pero, de alguna forma terminó enamorándose de Yang Mi. Lee estuvo investigando un poco con otros fantasmas que había, aunque Nam no podía ver a ninguno. Finalmente concluyó qué tal vez el salvar su alma no significaba que ella tuviera que ser suya, sino que solo tendría que ayudarla a encontrar a la persona indicada para ella. Y Namjoon creía fuertemente que la persona indicada para Sun hee Era Jeong Yeon. Al igual que él, Sin hee había encontrado un gran amigo en Jeong Yeon después del viaje a Seúl. Ella tenía un vínculo especial con él que no podía explicar. Jeong Yeon se sintió atraído a ella desde que la conoció después de que lo rescataran del secuestro. Sin embargo, nunca pudo reunir el valor suficiente para decirle, ya que pensaba que ella estaba enamorada de Nam.
Todo eso cambio una tarde de Septiembre, cuando Namjoon estaba en un paseo por el parque con Yang Mi.
—Gracias por aceptar venir Joon, me la he pasado muy bien contigo—dijo Yang Mi, que caminaba aferrada al brazo de Namjoon.
—No hay que agradecer Jo, me gusta tu compañía.—respondió el con una sonrisa.
—Bueno te invite aquí porque tenia algo que tenía que decirte. ¿No es así?
—Eso dijiste, ahora cuéntame, que es esto tan importante que no me podías decir por teléfono.
—Bueno, es un poco difícil de contar si te soy honesta—dijo Yang Mi mientras se ruborizaba—la verdad es que... yo me enamore de ti Nam, y te aprecio mucho. Quiero que...
—Shh—respondió Namjoon poniendo su dedo sobre los labios de Yang Mi—no digas nada más. Yo también me enamore de ti.
Al terminar esta frase puso su mano en la mejilla de la menor y se inclinó a besarla. Ella al principio solo sintió sus dulces labios oprimirse contra los suyos, incapaz de hacer nada por la sorpresa del momento. Sin embargo, ella a los pocos segundos le correspondió el beso, rodeando el cuello del mayor con sus brazos y acercándose más a él. Para Namjoon y para Yang Mi, este momento era un sueño hecho realidad. Aunque poco sabían los dos enamorados que Sun hee se encontraba a unos pocos metros de la escena, observando cómo la persona de la que se había enamorado con locura besaba a otra persona.
Llorando y con la respiración agotada por correr hasta su casa, Sun hee se dejó caer a los brazos de Jeong Yeon tan pronto él abrió la puerta. Se sentía destrozada por el hecho de haber presenciado la escena. Y mientras que Nam y Yang Mi se encontraban consumando su amor en el departamento del mayor, ella lloraba desconsolada en la sala de Jeong Yeon, incapaz de decirle a este la razón de su estado.
En el departamento de Namjoon
—Vaya, e..eso f..fue—empieza a decir jadeando Namjoon.
—Increíble—termina Yang Mi.— Espera aquí un momento.— termino la menor levantándose de la cama, y a la vez dejando caer la sabana que era la única cosa que cubría si desnudó cuerpo. Con la débil luz que emanaba de la ventana,Namjoon podía ver la silueta delgada y hermosa de Yang Mi qué se dirigía a pequeños pasos a la cocina, de donde sacaría dos copas largas en las que serviría una pequeña parte de la botella de champagne que había en estante de bebidas del mayor. Después de unos pocos minutos regresó a la habitación donde se encontraba Nam. Le ofreció una copa con la mano y se él la tomó con una sonrisa. Ella entonces se sentó a su lado y chocó su copa contra la de él. Antes de vaciar el líquido en su garganta, Nam se acercó a besarla, y ella correspondió el acto a la vez que ponía su mano encima del desnudó pecho del mayor.
—Te amo Jo Yang Mi.
—Y yo a ti, Sam Namjoon.
Desde ese momento Nam y Yang Mi se volvieron más íntimos que nunca. Literalmente vivían uno enfrente del otro entonces nunca tuvieron excusa para no verse casi a diario. Un día que Sun hee se veía decidida a superar a Namjoon e ir a visitarlo, tan pronto salió del elevador comprendió que ya lo había perdido. Lo he vio la hizo llorar y soltar un pequeño sollozo que casi la delata. Vio como Namjoon tomaba por la cintura y la besaba apasionadamente, mientras que ella hundía sus manos en la parte posterior de la cabellera del mayor. Sun hee inmediatamente cerró las puertas del elevador y se fue del edificio. Caminando sin ningún rumbo, al menos uno que ella siguiera conscientemente, llegó al hospital donde trabajaba Jeong Yeon. Sin ningún lugar mejor a donde ir, ella decidió esperar en las puertas del hospital a que el turno de Jeong Yeon acabara. Ella se mantuvo ahí por más de cinco horas, mirando cómo las puertas se abrían y cerraban cuando la gente pasaba, tenía la mente vacía, no sentía ninguna emoción en ese momento, nada en lo absoluto, solo esperaba a la única persona en que confiaba en ese momento para poder descansar un poco del sufrimiento que sentía por dentro.
Sin embargo, Jeong Yeon nunca salió del hospital, nunca lo vio salir de las puertas para poder verlo. Ya sin ganas de vivir, Sun hee lleno la bañera de su casa, tomó dos botellas enteras de escocés, dejó un mensaje de despedida en el buzón de voz de Jeong Yeon, tomó un cuchillo de cocina, le pasó un encendedor para esterilizarlo y lo pasó repetidamente por sus brazos, haciendo el agua de la bañera teñirse de rojo por la sangre que emanaba de sus extremidades. Luego quedó inconsciente, con el último pensamiento qué pasó por su mente siendo. "Adiós Jeong Yeon, siempre te amaré." Y de ahí todo se volvió borroso hasta desaparecer. Todo se fue.
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A un paso de la libertad
Teen FictionSam Namjoon es un joven surcoreano que vive feliz con sus padres y hermana, Sun Kin Lee. Sin embargo todo cambia cuando Lee se suicida sin ninguna razón aparente. Namjoon está destrozado, ya que Lee era la persona más importante en el mundo para él...