Era diciembre, los árboles ya habían empezado a perder hojas y el frío invernal reinaba en el ambiente. Namjoon era un joven de 19 años que vivía con sus padres y su hermana Sun Kin Lee. Los hermanos eran inseparables, a pesar de que cuatro años separaran a Lee de Namjoon. Pasaban muchísimo tiempo juntos y se contaban todo. Para él, Lee era especialmente importante, ya que no era muy bueno haciendo amigos. El único buen amigo que el tenia se llamaba Park Doyoung, un chico de su misma edad cuya personalidad no podría ser más alejada a la de Namjoon; era increíblemente extrovertido, rebelde, y gracioso. Se volvieron amigos a muy corta edad y de ahí se volvieron un dolor de muelas para cualquiera que estuviera mucho tiempo con ellos. Sin embargo, todo estaba a punto de cambie para lo peor en la vida de Namjoon, y realmente era para lo peor.
Una tarde, regresando de la universidad en Busan, encontró que su casa no están igual que siempre. Una silla hacía falta en la mesa del comedor y la ventana del techo. Al acercarse a la ventana vio que la silla estaba justo debajo de la ventana. Él subió la silla cuidadosamente y salió al frío ambiente que encerraba a Corea del Sur esa época del año. Cuando su ojos se ajustaron a la luz vislumbró una silueta sentada el la orilla del techo.
-¿Lee?
preguntó al aire Namjoon, pues alcanzaba a ver aquellos rubios mechones que brillaban aún más en contraste con la nieve.
-Realmente esperaba que tú, más que nadie no me viera así.
Hablo ella con voz quebradiza
- De que hablas, Lee qué haces aquí
Entonces Namjoon vió que su hermana en su mano derecha algo negro y pequeño, a simple vista no parecía nada en concreto, pero al acercarse, se dió cuenta de que lo que Lee sostenía era una pistola.
-Por favor no llores por mi Nam, sabes que siempre te querré.
Namjoon confundido observó cómo su hermana llevaba la punta de la pistola hacia su cabeza, cerró los ojos un momento y solo logró escuchar el disparo y al abrir los ojos solo vio el charco de sangre que yacía en el techo. Su hermana había caído al suelo. Ahí, la nieve se tornaba roja por la sangre que emanaba de la cabeza de su hermana. Él no comprendía por qué hizo tal cosa. Se quedo ahí, paralizado por el miedo, la tristeza y la impotencia de ver cómo su hermana, la persona más preciada para él en todo el mundo se quitó la vida frente a sus ojos.
Todo lo qué pasó después fue fugaz ora Namjoon. La policía llegó a la casa poco después de que Lee muriera. Bajaron a Namjoon del techo y le preguntaron que había pasado. Él les dijo todo lo qué pasó casi de forma robótica, como si todas las emociones de su cuerpo se hubieran desvanecido. El funeral de su hermana tomó lugar dos días después de su muerte. Tanta gente le dio sus condolencias ese día que Namjoon decidió encerrarse en su cuarto. Ahí pasó dos días, sin comer ni hacer nada. Decidió cerrar el cuarto de Lee con llave y enterrar dicha llave en algún lugar para que nunca la encontraran. Él quería que ese cuarto se quedara como ella lo dejó. Después de dos semanas volvió a la escuela. Claro que, ahora siempre que pasaba por algún lado, la gente a su alrededor hablaba entre susurros. Ni siquiera podía caminar tranquilo. Doyoung intentó hablar con él muchas veces, pero siempre pasaba lo mismo, Namjoon le decía que si no lo dejaba solo no pagaría su visita al hospital. Doyoung sabía que él no bromeaba cuando decía esto. Ya lo había visto meterse en peleas antes, y la otra persona nunca salía bien librada una vez que Namjoon se enojaba.
Para Namjoon, su mundo se había acabado.
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A un paso de la libertad
Roman pour AdolescentsSam Namjoon es un joven surcoreano que vive feliz con sus padres y hermana, Sun Kin Lee. Sin embargo todo cambia cuando Lee se suicida sin ninguna razón aparente. Namjoon está destrozado, ya que Lee era la persona más importante en el mundo para él...