Culpar

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Me apetecería acusarte de mi insomnio,

También de mi dolor,

Mas sería inútil de mi parte,

Porque yo soy la única culpable,

De este dolor que hoy siento.


Un camino carmesí,

Alaridos de locura,

Ríos de agua salada provenientes

De oscuros y cansados orbes café,

Y de vez en cuando un silencio mortal.


Eso sucedía todas las frías madrugadas,

En esa vacía casa,

Donde cualquier acto contra la salud de alguien,

Podría ser realizado sin que el vecindario

Lo descubriera .


Y ahí claramente se encontraba ella,

Lamentándose un poco menos por su pérdida,

Aceptando que ella ya no volvería,

Aceptando que su amada ahora nadaba con otros peces,

Aprendiendo a soltarla de una vez.


-F.



Poemas que nunca va a leer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora