Capítulo 5.1

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Héroes del Mundo

El viento del verano sopló suavemente. En el estanque de lirios del palacio de Tongan los lirios de agua verde sin raíces se balanceaban y desplegaban junto con la brisa, llenando todo el palacio con una misteriosa y sutil fragancia que despertaba y embriagaba el corazón de todos los que vivían en la ciudad celestial en tierra. También agregaba algunos vestigios de divinidad en las mangas de las personas que vivían en el pabellón en medio del agua.

En el diván elaboradamente tejido descansaba un hombre vestido de blanco, su pelo negro caía en cascada en contraste con su piel de jade y sus impresionantes ojos tan del otro mundo eran como estrellas en el cielo de la noche fría. Él se inclinó por descuido en el diván. A su lado, los asistentes agitaron cuidadosamente los largos y anchos abanicos para él. Un equilibrio de reposo, de verano sin preocupaciones. Este hermoso hombre no era otro que el más alto aristócrata del régimen Datong: El Emperador Jing Zong.

—Zhen Ye— llamó a la asistente de pie detrás de él.

—¿Cuál es su orden, Majestad?—

—Llama al Duque Tongxin.—

Zheng era su hermano gemelo más joven, y era también una mano de hierro reconocido públicamente en el imperio.

—Sí, su Majestad— La asistente respetuosamente recibió la orden.

Jing se puso de pie también y se acercó al borde del estanque. Tomó el alimento de los peces de las criadas quienes se lo entregaron, arrojándolo despreocupadamente en el agua. Sus ojos se centraron en la escuela de peces koi mientras comían, pero sus pensamientos brillaron a algún lugar lejano.

Hace unos meses, Jing engañó e intimidó al rey bandido de una montaña, Lu Cang, con quien había tenido un encuentro casual, para venir a Tongan.

En los últimos meses se había acostado continuamente con Lu Cang para poder satisfacer su deseo cruel y sádico de hacer el amor, del que no quería que los demás supieran. Pero después de la última vez en la que él brutalmente torturó Lu Cang en la casa Tonghua, cada vez que Jing se dirigía a la casa cercana al puente del rio Han, Lu Cang siempre gritaba en voz alta y lanzaba rabietas, utilizando la muerte como una amenaza para no permitir lo tocara sin importa qué.

Jing había intentado tomar por la fuerza a Lu Cang, pero el cuerpo de Lu Cang había resultado herido muy gravemente de la última vez y combinado con su resistencia mental, era imposible entrar en él sin problemas. Incluso si había una posibilidad de éxito si Jing utilizaba toda su fuerza, temía que, al mismo tiempo, Lu Cang perdería su vida también. Jing no estaba dispuesto a tener su amado juguete destruido de este modo, por lo que solo podía soportar la fuerza de su deseo insatisfecho durante los últimos diez días.

Él también había intentado secuestrar a otros luchadores y llevarlos a su cama, pero esos hombres habían estirado la pata luego de haber jugado con ellos solo un poco o se habían quedado tan sueltos y relajados que él no podía interesarse. En cualquier caso, siempre había algo que no era de su agrado, lo que le hacía extrañar a ese amante de su reputación aun así físicamente despierto bandido de la montaña Lu Cang aún más.

Esta vez, su llamado a Zheng también se debía a una idea que pensó para regresar la mesa a su lugar del todo, y para aliviar su desasosiego indescriptible.

—Su majestad, su alteza el Duque Tongxin está aquí.— Tras el informe respetuoso de su asistente, Zheng se subió a los ladrillos de oro del pabellón.

—Hermano mayor—. Zheng dio el debido saludo respetable y observó el movimiento de la mano de Jing a distancia dirigida a sus asistentes, cuando estuvieron solos, Zheng saltó tirándose directamente a los brazos de su hermano.

HUA HUA YOU LONG (Español) CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora