Capítulo 5.2

2K 212 135
                                    

Héroes del Mundo

Dinastía Datong, Emperador Jing Zong, año quinto, 10 de septiembre.

Hoy, en el centro de la capital imperial Tongan cerca de la Puerta de Yong, el espectáculo en la arena Qing Wu era bastante animado y bullicioso. La arena Qing Wu fue construida para la selección de talentos por parte del imperio. Aunque  en realidad era el lugar destinado para la celebración de los exámenes literarios por parte de la dinastía para sus estudiantes académicos. Era la primera vez que la arena era seleccionada para llevar a cabo una Asamblea de los Héroes, en realidad era la primera vez que su uso iba acorde a su nombre.

El mundo se encontraba actualmente en paz y la gente era próspera y se encontraba bien alimentada. Los héroes de artes marciales estaban, desde entonces, preocupados por el hecho de que no había ningún lugar para ejercer sus artes marciales. Así, desde que el gobierno imperial sostenía esta Asamblea de los Héroes y el dinero del premio era la impactante cifra de un millón de liangs, había naturalmente un séquito de participantes, se encontraban casi todos aquellos renombrados u auto—aclamados maestros con un reconocido prestigio en toda la nación, junto a los campesinos que habían escuchado la noticia y venían a ver el espectáculo, la arena Qing wu estaba repleta con alrededor de diez mil personas, lleno hasta el punto de la asfixia.

—En mi opinión... los monjes Shaolin han sido conocidos por su kung-fu desde tiempos inmemoriales. ¡Esta vez el vencedor sin duda será un monje Shaolin! —Un hombre con una túnica de seda gris que semejante a un mercader discutía con la gente junto a él.

—Eso es incierto. Hay tantos reclusos sin nombre en la nación. ¿Quién sabe podría asegurar quien ganaría?—, Alguien interrumpió desde su lado, de inmediato comenzó todo un debate en torno a ellos, éste dijo que el largo reinado de la secta Chang Qing en Jiangu tenía que tener sus razones, y uno más dijo que los ermitaños extraños no debían ser subestimados, una palabra de éste y una palabra de otro, al instante se hizo una olla de potaje en torno a la situación.

Lu Cang se mezcló en el mar de gente. Debido a que había demasiados competidores, era imposible celebrar la primera ronda con todos juntos al mismo tiempo. Lu Cang, que había sido programado para la tarde, pensó que era mejor explorar alrededor en la mañana debido al peso de lo que estaba en juego.

Sólo cuando encontró un buen lugar entre la multitud para poder ver, escuchó el boom colosal de tres cañones. El Oficial de Protocolo anunció en voz alta el inicio oficial de la Asamblea de los Héroes. Instantáneamente, desde la puerta principal se escuchó música ceremoniosa. Un grupo de mujeres muy bien vestidas fluía en dos filas, escoltando a un hombre vestido con lujosa ropa sobre una alfombra extravagante, tejida como estrellas que adoraban la luna.

La figura de ese hombre era delgada y larga, sus pasos elegantes y sin restricciones, capa tras capa de elaboradamente bordada ropa, aleteando con las ráfagas de viento, asemejando a un dios que se deslizaba de los cielos. Por desgracia, sobre de su corona real colgaba una densa capa de velo de cuentas, lo que hacía imposible observar claramente sus rasgos faciales. Esto de alguna manera dio Lu Cang una sensación extraña de ansiedad.

Así como Lu Cang reflexionó sobre la sensación de desconcierto en la boca de su estómago, oyó que alguien hizo una declaración atronadora desde lo alto de la puerta — ¡Su Majestad ha llegado!— La multitud empezó a arrodillarse como el agua, como una ola que pasa desde adelante hacia atrás, fila tras fila. Todo el mundo gritó al unísono: — ¡Viva nuestro emperador!—, las voces en perfecta sincronización.

Lu Cang miró como todos los campesinos a su alrededor se pusieron de rodillas hasta el suelo, haciendo de él el único que quedaba en pie, atrayendo excepcionalmente las miradas. Después de reconsiderar la cuestión de un par de veces, sólo podía elegir a rebajarse y agachar la cabeza como todos los demás. Sin embargo, él no eligió a arrodillarse hasta el suelo, por el contrario, solo apoyo una de sus rodillas en la tierra. Como un rey bandido de montaña que estaba en contra del gobierno, Lu Cang despreciaba doblegarse ante el emperador.

HUA HUA YOU LONG (Español) CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora