taxi || n.h

three

—Bien, Cora. Estoy empezando a pensar que me engañas—Scott le dijo severamente.

Ella frunció el ceño, sin perder de vista la azulada mirada de su novio.

—¿Engañarte? Yo... ¿Estás dudando de mí?—Cora preguntó, luciendo ofendida.

—Sí, te he visto junto a él. Demonios, soy el chico más cornudo del mundo—maldijo, pasando las manos a través de su cabello implacablemente.

Todos miraban la escena. Yo recién estaba llegando a la Universidad después de un mes en que los conocí a todos, literalmente la pasaba junto a ellos la mayoría de mi día; ellos me habían acogido en su grupo de amistades.

Vanessa soltó una carcajada y Cora le lanzó una mirada capciosa al igual que su novio. Scott mandó una carcajada al aire antes de abrazar a Vanessa.

—Lo has arruinado—bromeó.

Me encontraba confundido por todos sus actos.

Walter soltó una sonora carcajada y alejó a Scott de Vanessa, claramente divertido.

—Quita las manos de mi chica—se mofó.

Cora me estudió con la mirada antes de acercarse a mí, llevándome de la mano fuera del parqueo Universitario. Me dejé llevar por ella, intentando recordar la sensación de su mano contra la mía. Su cabello negro se movía con fuerza a medida de que corría, guiándome hasta un lugar que yo ignoraba.

—Esto es McDougal—señaló.

Miré la librería de ladrillos, dándole el aspecto de ser una escuela pequeña instalada en el centro de la ciudad. Tenía el gran nombre en un cartel pegado en el medio de la librería, más abajo estaban las puertas eléctricas de cristal, abriéndose y cerrándose debido a las personas entrando.

—¿Te gusta leer?—le pregunté sintiendo sus cálidos dedos contactando los míos.

—Me gusta hacer tareas—respondió, agarrándome más la mano y adentrándonos en el lugar.

—¿Te gusta hacer tareas?—volví a preguntar, sorprendido, vislumbrando cada filas de estanterías que contenían libros en una cronología.

—Me gusta pasar de año—contestó dejándome confuso.

No pude evitar reír mientras ella me llevaba a la fila de medicina. Mi mirada se dirigió hasta su perfil, observando cada rasga, los pómulos esculpidos y su barbilla cincelada perfectamente. Hacía un tiempo que me sentía a gusto con ella, pero eso no quería decir nada pasándose de la raya.

—¿Qué fue eso entre Scott y tú?—inevitablemente curioseé.

Dejó de leer las partes del libro que tenía en manos y había escogido de la fila.

—Era una actuación.

Mi entrecejo se juntó.

—¿Por qué?

—Él decía ser mejor actor que yo. Creo que ahora me di cuenta de que sí—se burló de si misma.

Rasqué mi garganta y tragué saliva, sintiendo aquel movimiento.

—Yo creo que fuiste mejor—comenté honesto.

Ella carcajeó.

—No lo creo, Niall.

—Yo creo que sí—insistí con seguridad.

Su rostro se arrugó al emitir una sonrisa grande, causando un sentimiento extraño en mí por haberla hecho divertir.

—Eres muy tierno—ella me elogió, sus cejas enarcándose y añadió: —Aunque hayas pensado que era una prostituta.

Pasé el peso de un pie al otro, balanceándome sobre estos.

—Lo siento por eso—me disculpé por enésima vez.

—No te preocupes, me alegra haberte conocido. Eres ahora nuestro nuevo amigo—ella habló, sonriendo.

—Agradezco eso, mis amigos me dejaron—confesé, sintiendo el dolor físico recorrerme el cuerpo.

—Así es todo, Niall. Nada dura para siempre—ella dijo tranquilamente, sus ojos brillando extrañamente.

Dejé escapar un suspiro al aire y asentí.

—Lo sé. De todas formas, ¿de qué trata el libro?—cambié de tema.

Ella volvió la mirada a su libro y sonrió levemente, mostrándome ingenuamente que había logrado persuadirla.

—Es sobre medicamentos, ya sabes. Es de ese tipo de libros donde te enseñan a ser mejor y señalan los nombres de medicinas muy útiles. Me gusta investigar sobre esto—ella admitió apenada.

Sonreí con dulzura.

—Ya sabes, eso es bueno—tartamudeé.

Ella presionó sus labios, danzando sus cejas en un ritmo suave. Volvió a agarrar mi mano con delicadeza, logrando ponerme nervioso. Con su mano libre, dejó el libro donde pertenecía.

—¿Quieres salir?—me preguntó, entusiasmada—. Llamaré a los chicos ya mismo.

Dudé antes de volver a hablar, pensando en la patraña que estaba por soltar.

—¿Y si sólo salimos tú y yo? Solamente los dos. 

LAMENTO MUCHÍSIMO TARDAR PERO ESTOY MUY OCUPADA♥ LAS AMO, SON LAS MEJORES.