Capítulo ~32

3.6K 256 106
                                    

-Carl-

Hoy necesitamos ir a buscar medicinas, se nos han agotado, yo iré al mando, mi padre -Rick- me dio autorización y me acompañaran, Glenn, Michonne, Tara, Sasha y Eduardo. Si va a estar aquí por lo menos tiene que ayudarnos.

—Ya nos vamos avisa a los demás, los esperaré afuera —me dirijo a Glenn.

Él asiente.

—No me decepciones, Carl —escucho a mi padre detrás de mi y me da una palmada en el hombro.

—No...

—Estoy orgulloso de como has sabido controlar la situación —me regala una sonrisa.

—Ya está todo listo —Sasha me habla.

—Regresaremos mas tarde papá —le digo y el asiente.

Nos fuimos en auto a recorrer las zonas más lejanas en busca de algún lugar donde podamos encontrar lo que necesitamos.

Al bajar recorremos todos juntos los establecimientos y las casas. Dejamos en auto atrás escondido entre árboles para que no llame la atención si es que hay más personas aquí.

Cada uno busca por su cuenta una vez que aseguramos la calle. Cuarenta minutos después estamos reunidos para volver al auto.

—Una horda de caminantes —dice Tara en voz baja.

Busco de donde vienen y cuando los localizo doy indicaciones de no dispararles; vienen del lugar donde esta el auto. Son demasiados y no acabaremos con ellos con tan pocas armas, además si disparamos atraeremos su atención mas cerca y nos acorralaran.

Entramos a lo que parece que era un bar. Hay una barra y estantes detrás de ella, montones de vidrios rotos, banquillos regados por todo el lugar y una mesa de billar empolvada.

Una de las dos puertas esta sobrepuesta y no lo había notado, no nos sirve de nada refugiarse en este lugar. Pero ya es tarde, los caminante están tan cerca que si salimos por la puerta o ventanas de enfrente se percatarían de nosotros de inmediato.

—¿Qué vamos a hacer? —pregunta Glenn acuclillado a mi lado.

Busco frenéticamente otra salida y observo un ventanal grande en la parte de atrás.

Si rompemos el vidrio y salimos lo mas rápido que podamos podríamos librarnos.

—Necesitamos romper ese vidrio —me apresuro a decir.

Parece que Michonne capta mi plan y asiente: —Cuando se rompa debemos saltar de inmediato afuera.

Me pongo de pie y los demás se quedan a una distancia prudente, tomo uno de los banquillos y lo levanto para después con toda mi fuerza golpear el ventanal.

El escandalo no se hace esperar y la lluvia de vidrios caen sobre mi cabeza y se encajan en mis brazos y rostro.

Se apresura a salir Tara, Michonne y después Glenn, yo espero a que todos salgan.

Falta una sola persona.

Miro hacia atrás y veo como los caminantes se abren paso y vienen tras nosotros.

Localizo a Eduardo, está tratando de luchar contra uno que lo acorrala contra una pared, el caminante no cede y comienza a arañar el material de su chaqueta

Posa su mirada aterrorizada en mi y grita: —¡Carl, a-ayúdame!... Por favor.

Otro más se abalanza sobre él.

Estoy a punto de correr y salvarlo pero un maldito pensamiento me aborda inmediatamente.

Por unos instantes mi mente no puede pensar en otra cosa más que en la chica de preciosos ojos castaños, en su largo cabello oscuro y sus bonitos labios... Besándolo a él.

Un grito desgarrador me regresa a la realidad.

Uno a uno los caminantes se enciman en él y apenas puede tenerlos apartados.

No puedo mirarlo, no puedo pensar con claridad.

"Definitivamente me volví loco"

Lo miro directamente a los ojos y la determinación que fluye en mi, me aterra, sin embargo me limito a decir...

–Lo siento... Ella es mía —le dedico una mirada cargada de pesar.

Un destello de odio se apodera de su mirada y yo me giro para saltar por el gran ventanal dejándolo atrás.

Escucho sus gritos y la culpa pesa en mis hombros pero no regreso... ni siquiera miro atrás.

~*~

"A.D." Virus Mortal | Carl GrimesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora