Capítulo Ocho: Blake Shadow

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Noah

Ya había oscurecido y podía ver a la perfección lo que Emily decía sobre éste lugar.
Ahora mismo no había nadie aquí más que nosotros y podía ver con calma las estrellas. Como ella decía, el único lugar para ver las verdaderas luces de la ciudad.

Me quedé callado mirando el cielo mientras Emily estaba durmiendo tranquilamente a mi lado.
El pasto era fresco pero aquello parecía no importarle a ella, sin embargo, la cubrí con mi sudadera mientras dormía.
Yo en cambio miraba el cielo buscando cualquier estrella parecida a las que solía ver en casa. ¿Mi madre las vería también?

Tenía en mi mente el vivo recuerdo de su sonrisa y por un instante quise llorar al pensar que podría verla de nuevo en pocos días.
Tenía demasiadas ganas de abrazarla, de estar con ella y con mi padre a pesar de las absurdas peleas que solíamos tener por culpa de nuestro carácter. No me importaba más las veces que él me regañara, solo quería verlo a los ojos y abrazarlo. No quería ver de nuevo en su mirada aquel miedo.

¿Me estarán buscando?

Sea como sea, ninguno de ellos había dado una señal de estarlo haciendo. Quizá estaban molestos conmigo por haberles ocultado mis mapas, quizá fui duro al decirle a mi madre lo que pensaba de la barrera, quizá... Todo para mí ya era incierto con ellos.
Mis padres estarían decepcionados de mí sí me vieran ahora.
No pude proteger a Emily cuando me necesitó, tuve que salvarla de un mismo caos que yo provoqué y ella misma tuvo que acabarlo también.

¿Por qué compadecer mi torpeza?

Estaba harto de ser tan malditamente inseguro conmigo mismo que me daba vergüenza. Pero tampoco me culpaba del todo, ser hijo de los Hale me había vuelto el centro de atención desde que nací en mi mundo y también me hacía acreedor de expectativas muy altas acerca de mis acciones.
Mi linaje es tan puro que siempre me vi obligado a mantener una imagen rígida de mí mismo. Una que a nadie mostraba más que a mí. Me exijo tanto a veces que ni siquiera sé si estoy cumpliendo bien con mi trabajo.

A veces me pregunto si Byron Hale tendría las mismas dudas que yo o si alguna vez las tuvo.

Miré a Emily dormir a mi lado de manera tan plácida que me resultó satisfactorio pensar que se sentía a salvo conmigo aunque ella misma lo negara. Nadie duerme así cuando te vigila el peor de tus miedos.
Pensaba en ella y en ése cálido beso que me había dado. ¡Dioses! Puedo jurar aquí mismo que si un beso de ella en mi mejilla me ponía así, no me imaginaba lo que podía hacer si ella me besara de verdad. Si tan solo se atreviera a hacerlo.

Creo que me pondría un casco espacial en mi cabeza porque volaría hasta el infinito por muchos y muchos años.

»Tenemos un trato, Noah, y no seré yo quien lo rompa«

Miré de nuevo al frente para aclarar mi mente y deseché de nuevo cualquier idea de nosotros de aquella manera. Pues ella misma me había dejado en claro que de mí no deseaba nada más. Nunca.

Levanté mis manos frente a mí y las miré por un segundo para saber si de verdad lo que estaba viviendo era real o solo era parte de un sueño más que tenía y mi madre estaba a punto de gritar mi nombre para despertarme y que de nuevo hiciera mis deberes antes de que mi padre llegara de su reunión con los cazadores.
Pero sí, sabía que estaba en un mundo tan real porque una mariposa, sin previo aviso, se posó en uno de mis dedos.

Que belleza. Ella es tan bella que nunca antes me habría imaginado una realidad tan hermosa como ésta.
Llena de vida e inconsciente de lo que pasaba a su alrededor, ella solo vino y confió en mí para descansar.
Aquella mariposa también confiaba en mí como lo hace Emily, aunque de manera inconsciente y muy poco racional.

El Ascenso De Un Alfa ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora