Capítulo Veintiuno: Renuncio A Ti

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Noah

Apreté mis labios de nuevo como lo había hecho en toda la noche.
Sabía que Emily estaba en la habitación, la escuchaba llorar mientras que yo estaba en la sala, sentado y pensando qué demonios había pasado.

Ella y yo estábamos bien. Hace un día creí que todo estaba mejorando, que ella y yo podíamos comenzar una vida nueva en mi hogar. Donde yo la cuidaría como la reina que es.
Y ahora... Bueno. Ahora ni siquiera sabía si la iba a volver a ver después de esto. No imaginaba salir de mi manada de nuevo y aún estaba preocupado por todo lo que había escuchado.

Por la Luna que tenía muchas cosas que resolver y justo en éste momento, no creí que separarme de Emily fuera una de ellas y mucho menos la más importante.
Yo no iba a obligarla a venir conmigo, tampoco iba a negar que no vi las señales que ella me daba a veces cuando le mencionaba el tema de irse conmigo. Sabía que muy en el fondo, la estaba liberando para volver a encerrarla, solo que ahora su jaula parecería de oro.

Cubrí mi rostro con mis manos y negué varias veces.

No podía creer que esto de verdad estuviera pasándome ni siquiera tuve tiempo de analizarlo, solo vi como ella tomaba su decisión y me apartaba de su vida. Incluso si yo fuera con ella, sabía que no podía quedarme porque mi manada me necesitaba.
Yo soy Noah Hale, futuro alfa de Månen y no podía dejar jamás mi responsabilidad de lado. No era correcto y además no podía hacerle eso a mi pueblo, no cuando sabía cómo éramos juzgados y el cambio que yo deseaba hacer para ellos.

Yo no podía.

Miré al frente de nuevo y cubrí con mis manos mi boca. No quería hacerlo, de verdad tenía la esperanza de que Emily hubiese bajado en toda la noche y me hubiese besado. Deseaba que ella me dijera que vendría conmigo, pero sabía que no sería así. Siempre lo supe y me dejé cegar por el poquito amor que me demostró. Yo... Me cegué. Ahora mismo creía que quizá fueron las copas que bebimos lo que hizo que fuera tan fácil convencerla de venir conmigo. De que tomara su lugar como Luna de mi manada.

Dioses, ¿Sería verdad?

Y si lo era, tampoco podía culparla. Hasta cierto punto sé que la había presionado para hacerlo, sé que ella no lo deseaba antes porque sé que para ella primero fui un monstruo antes que su salvación. Ni siquiera podía contar las veces que ella misma me había llamado así.
¿De verdad lo era? ¿Fui un monstruo al separarla de Megan aún cuando ya tenía mis sospechas? De verdad, ¿Fui un monstruo?

Miré por la ventana y noté que el sol estaba comenzando a salir de nuevo. La gente caminaba frente al departamento y podía verlos andar libremente en la calle, incluso a ella.
Mara cruzó la calle y se detuvo frente a la ventana para verme, pero yo negué y ella me miró triste. Sabía lo que había sucedido, lo sé, porque ella sintió el mismo dolor que yo.

Escuché cuando abrió la puerta y sin decir nada, se sentó a mi lado. Tomó mi mano y la acarició suavemente, siendo cauta en hacerlo pero no como alguien que me deseaba, no, ahora parecía que ella me apoyaba. Como una amiga, y siendo sinceros, yo necesitaba amigos ahora.

—Vamos a ir a casa, Mara. Tengo que arreglar las cosas en la manada —murmuré y la miré—, pero Emily irá a Chicago de nuevo.

Ella me miró sorprendida.

—¿Qué?

—Emily va a ir por Megan.

—Entiendo. Puedo acompañarla y llevarla a la manada después —. Asintió—. Será sencillo y más seguro para ella.

—No, Mara...

—Noah, quiero ayudar —. Dijo angustiada.

—Es que ella no va a volver aquí, ni tampoco va a ir a Månen. Jamás —. Negué—. Ella se va a quedar en Chicago con su hija y Blake, es lo que decidió y yo estoy dispuesto a apoyarla.

El Ascenso De Un Alfa ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora