🦁🐰 || Cuarto acto

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—Te amo, cielo. —dijo Jungwook con timidez, dándole un tierno beso en la nariz al mayor. Este sonrió ante el gesto. —¿Decías enserio en hacerlo, Tae?

—Yo más. —murmuró con voz grave, separándose un poco de él. —Puede ser, pero sé que quieres más mimos, lindo.

Jungwook asintió ruborizado, quitándose la remera, quedando a la vista del mayor: su torso desnudo y braga roja apretar alrededor de su cintura.

Taesung volvió a escabullirse al mismo lugar de antes, besó por última vez sus labios para continuar una línea de besos húmedos hacía su cuello hasta llegar a su abdomen, de vez en cuando apretaba la cintura y muslos del azabache. Por si fuera poco, Jungwook acariciaba los cabellos revueltos largos, espalda desnuda y hombros del otro, se sentía bien por el sencillo tacto y caricia suave que daba su novio a su sensible cuerpo.

—Hm, pensándolo bien, ahora no quiero castigarte, amor. —susurró, besando una, otra y otra vez los labios ajenos. —Me gusta verte disfrutar así.

Pero yo si quiero se decía Jungwook varias veces en su mente. Si bien adoraba el lado romántico de su novio, entendía el doble sentido de su actuar, pues si le torturaba con suavidad, en cada caricia tendía a desesperarse, suplicar, queriendo más tacto, y en lo posible, querer dominar la situación. Esto último, le encendía y encantaba.

Además de ser el más dominante en la superficie o vista de los demás, estando en la oscuridad, cambiaba los roles, por su parte, él podía quedar encantado y disfrutar de los lados de su novio. Pues, a pesar de tener su lado dominante y sumisa, Taesung también tenía una dualidad magnífica, pudiendo ser de lo más adorable, atento y romántico a lo más brusco, rudo y descarado, si quisiera en cada escena.

—Ahh, tocame ahí, daddy~ —suplicó entre jadeos, acercando su mano a su entrada. Pero Taesung negaba repetidas veces, pellizcando uno de los pezones del menor. —A-ahí n-no~

Taesung sonrió, haciendo oídos sordos y siguió estimulado aquella zona. Como de costumbre, Jungwook mordio su labio inferior. No quería gemir ni suplicar, por lo que acarició sobre la tela su miembro desatendido.

—Jungwookie, quiero oirte.

El nombrado no respondió. Esta vez, el castaño lo dejó pasar, dejando de estimular aquella zona.

—¿Qué...?

Sus palabras quedaron callados por la gran mano del mayor acariciar su abdomen, quitó con suavidad la mano contraria y deslizó por debajo de la braga del azabache, agarrando su miembro, dándole un apretón y empezar a mastubarlo con lentitud.

—Oh Dios... —suspiró, ampliando sus ojos por aquello. Segundos después, sintió unos dedos largos empezar a presionar en su entrada. —Por favor... —prosiguió, moviéndose hacia los dígitos. Éstos retrocedieron.

—Tendrás que esperar, bebé. —fue lo que dijo Taesung, volviendo a presionar y meter la punta de sus dedos en su entrada.

Jungwook soltó un gemido en protesta, era demasiado en una sola vez. Lo miró nuevamente con súplica, dejando leves caricias en su brazo, dándole a entender que, quería que aquellos dedos largos estuvieran dentro suyo. Ardía tanto por ello.

—Por favor, daddy~

Taesung le miró. Sus ojos cafés cristalizados del placer, respiración acelerada, cabello largo mojado pegado en su frente, cuerpo sudado en cada parte de ello, pezones colorados y erectos, labios hinchados, rojos y maltratados de tanto morderse, y su miembro palpitante, húmedo y duro golpeaba con cierta dificultad en su abdomen marcado por la braga roja.

Fantasías húmedas • (F.S) ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora