Café
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La luz se filtraba entre las persianas que cubrían gran parte de los ventanales del local, brindando la calidez típica de las mañanas otoñales que cubrían la capital con olor a árboles y café por donde sea que fueras. Murmullos insignificantes era lo que llenaba la estancia sin dejar de lado la greca de café dejando caer vaso tras vaso tal líquido humeante e impregnando el lugar con su fuerte aroma.Y allí, en la mesa más alejada bajo la luz mañanera el castaño con su boca entreabierta dejaba que el lápiz fluyera sobre la hoja con total libertad hasta formar el delineado de un rostro con labios pequeños y ojos curiosos.
¿Quién era? Jungkook no lo sabía muy bien pero había leído hace mucho que nuestro cerebro podía almacenar rostros en el subconsciente pues este no era capaz de crear personas de la nada. Él no creía del todo eso, ¿Si el cerebro era capaz de tanto, no sería capaz de unir un par de ojos, una nariz y boca? Realmente lo dudaba.
El lápiz se detuvo al final de una nariz fina y de punta en forma de flecha, deduciendo lo que seguramente era ese típico rostro de muñeca; con esos labios pequeños y regordetes, mirada suave y nariz "perfecta", no era difícil descifrarlo. Jungkook sonrió con suavidad ante esos trazos y cerró el sketch.
Recogió su mochila con lentitud para después levantarse y dirigirse al mostrador. Exhibía todo tipo de horneados; pasteles, cupcakes y pan de hojaldre recién hecho. Pero Jungkook no estaba allí por eso, si no por el moreno de sonrisa fácil y cabello azabache que sacaba algunas bandejas vacías en las últimas estanterías.
- Hey, Tae, ya tengo que irme- habló serenamente.
El susodicho levantó la cabeza por debajo del mostrador, sin embargo, no calculó bien y su cabeza impactó con una de las bandejas con un estruendo aturdidor. Jungkook artículo una sonrisa de pena mientras el azabache se terminaba de incorporar.
-Um, bien... ¿No quieres llevar algo para más tarde?- cuestionó acariciando su cabeza- Tus jornadas son largas. Debes comer algo.
Solo esas palabras hicieron que la calidez en su pecho aumentara con una sonrisa boba. Jungkook no podía evitar sentirse así con cualquier gesto del moreno pues este lo tenía tirando baba desde algunas semanas. Meses, para ser exactos. Donde el mayor simplemente quedó cautivado al verlo en sus primeros días de universidad, cerca de la cafetería.
Jungkook era nato en el arte de la timidez, y en muchas veces dejaba que el temor lo venciera actuando como un cerrojo hacía sus sentimientos o pensamientos. Por eso no resultaba sorprendente que ni siquiera hubiera invitado a caminar a Taehyung. Guardaba sus esperanzas para algún día.
Y en pocos movimientos el mostrador se estiraba una bolsa de papel con el dibujo improvisado de una carita feliz. Allí, guardaba un trozo de tarta de melocotón bien cortado y por supuesto, especialmente grande. Taehyung sonreía de oreja a oreja haciendo sus ojos unas marcadas líneas como gesto al mayor.
Jungkook iba a abrir la boca para rechazar cortésmente la comida, pero un ademán por parte del moreno lo hizo parar en seco. Se resignó, y guardó
-Ve con cuidado -sentenció Tae con entusiasmo.
Jungkook sintió una corriente que iba de arriba a abajo con increíble rapidez, dejándolo con la boca abierta y el rostro rojo. Por suerte, Taehyng se había vuelto cuando alguien dentro de la cocina lo llamó y como no, el castaño salió despavorido.
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- The Protected
FanfictionJungkook siempre ha llevado una vida normal, pero todo cambia una noche de otoño, allí, conoce a Jimin, su protector y pronto descubrirá que no es tan normal de lo que parece. ⇁kookmin; fantasy /drama/ fluff ⇁ jk; top! - 23. jm; bottom! - 21. ...