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El bullicio de la calle era muy alto. Esto provocó que el rubio durmiente empiece a removerse. Intentó levantarse pero notó que entre sus brazos había alguien más. Entreabrió los ojos y observó una cabellera negra y una piel clara. Ahí Naruto decidió acariciarle la espalda, él recuerda que Hinata lo disfrutaba. Pero mientras más rubio lo hace, más extraño lo siente. La piel se siente diferente y las curvas más musculosas. ¿No había ido con Hinata? ¿Ella estuvo entrenando mientras él no estaba en casa?

—Sakura podes parar de hacer eso— una voz malhumoradamente ronca y profunda sale de su acompañante.

¡BAAMP!

...Naruto se cae de la cama. Ahí ve que se encuentra completamente desnudo. Con los ojos bien abiertos ve que está en una de las abandonadas casas del barrio Uchiha...

— ¡SAKURA AHORA QUE TE PA...!— Su acompañante gira de golpe y se sorprende apenas lo ve.

Uchiha Sasuke se encuentra desnudo enfrente de Uzumaki Naruto, quien también lo está. Ambos se miran a los ojos, no son niños para no saber lo que pasó. Un silencio se forma entre ambos, pero en sus mentes el bullicio que se forma es tremendo.

Naruto no sabe el cómo y el por qué terminaron así. Aunque muy, pero muy en su inconsciente sí sabe la respuesta. Él siempre lo supo, desde que lo vio. Ese mix de sentimientos que arman una ensalada en la cual tenés de todos los gustos, pero vos siempre dejas uno. Dejas tu gusto preferido para el final, pero luego no lo comes, porque sabes que cuando lo probas, no parás. Eso siente Naruto, él ya probó. Y ahora no siente que vaya a parar.

En cambio Sasuke se está congelando. Nunca disfrutó del contacto, pero siempre tuvo excepciones. En aquel entonces era su familia, ahora es su hija. Pero siempre, desde el pasado hasta la actualidad, fue Naruto. Siempre sintió que había algo más, un sentimiento profundo tapado por un montón de excusas, prejuicios y acciones. Uno el cual abraza tal llamarada, el cual a Sasuke lo hace derretir. Él es hielo puro, piensa con la cabeza siempre fría, analizando todo. Pero ahora solo quiere una cosa. Quiere derretirse, no solo hasta ser agua, quiere llegar a ser vapor.

Les tiembla el cuerpo, se encuentran ansiosos. Ambos se miran a los ojos y leen las intenciones del otro, las sienten. Ambos se acercan y con un gran deseo vehemente ambos se consumen. Entre caricias y suspiros ambos se conocen nuevamente. Les sorprende su sincronización, sus gustos, sus formas, todo. Ambos se analizan, temiendo que sea efímero. No paran hasta que se les grabe en la mente.

Se encuentran ambos, devuelta, echados en la cama. Esta vez se miran a los ojos, sin miedo, sin estar paralizados, de una forma expresiva. Están agitados pero felices. Aunque su felicidad dura poco, apenas Naruto ve el reloj en la mesita de luz.

— ¡AAAAAA! ¡Sasuke-teme llego tarde al trabajo!— grita Naruto y como un huracán empieza a arreglarse. Sasuke observa todo el quilombo que hace el rubio con una tenue sonrisa.

—Deja que te acompaño, así tenes una excusa para tu tardanza— dice el peli negro. Él se para y como agua que fluye tranquilamente se pone su ropa.

Naruto en tanta alegría va y le roba un beso, sorprendiéndolo al pobre del Uchiha y dejándolo medio descolocado. A él se le asoma una media sonrisa que tal cual como vino, se fue —Naruto...Afuera no hagas esto...— manifiesta con un deje de preocupación.

El rubio está a punto de reclamarle cuando la realidad le golpea tal cual golpe del dedo chiquito del pie, doliéndole de una manera impresionante. Ahí recuerda el cómo ambos tienen esposas, hijos, trabajos y una reputación que mantener. Ambos se encuentran atados a sus responsabilidades y no se las pueden desligar.

Su cara se descompone, la de Sasuke también. Hace un rato había completado un rompecabezas, había encajado las piezas en el orden que debía. Él quería gritarlo en todas las naciones. Pero debían ocultarlo. Todo a causa de confusiones del pasado, malas decisiones y errores, en los cuales pensaron en los demás y se olvidaron de ellos mismos. Ambos se ven y se toman de las manos, dándose un apoyo silencioso, el cual bien saben que lo necesitan.

Ahora van por las calles, aguantando las ganas de juntarse. Van hombro con hombro, a pasos lentos. La gente de Konoha les saluda y un par de chicas se sonrojan al verlos ya que cuando ellos están juntos tienen una presencia fuerte. Todos saben que ellos son poderosos, son los pilares de la ciudad. Naruto es la luz que guía a todos, mientras Sasuke desde las sombras despeja el camino. Es por esto que todos le tienen un gran respeto y admiración.

Ambos llegan y son recibidos por un muy malhumorado Shikamaru — ¿¡Se puede saber en dónde estabas Naruto!?— le exclama enfurecido.

El rubio se hace el distraído posando su mirada en Sasuke. El mencionado al ver su mirada de cachorro le responde —Yo lo retrase, justo regrese de mi viaje y como lo encontré le empecé a comentar un par de cosas que me llamaron la atención en mi viaje—

Nara suelta un bufido y le hace una seña para que lo sigan. Todos entran a la sala del Hokage y ahí Shikamaru le empieza a explicar el itinerario —Ahora vas a hacer ese papeleo de ahí, después que Sasuke nos cuente lo de su expedición, luego tenes la reunión por los exámenes Chunin, ahí le sigue....— Naruto desde ese punto dejó de escuchar, ya le entraron ganas de hacer nada.

— ¿Dobe queres que te ayude? No tengo nada que hacer...— le interrumpe el listado a Nara.

Naruto asiente felizmente, mostrando una de sus típicas sonrisas de oreja a oreja. Sasuke voltea hacia otro lado, demasiada azúcar para él. Shikamaru observa el intercambio de manera extraña y sigue nombrando el itinerario.

Mientras que nadie nos encuentreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora