Capitulo 3: Cuando te conocí...

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La luna, se había convertido en un símbolo para ellos, y más cuando estaba llena.  Coincidían que representaba su confianza, su amor, su amistad, sus "Que te pasa boludo/a", todas esas cosas que los hacían únicos, no perfectos pero si únicos.

Pilar estaba sentada en el patio desde hace ya quince minutos. José le sirvió un vaso de sprite y se lo llevó.

Pilar: Ya te habías tardado ¿Por qué no trajiste la botella?

El apoyó su brazo en el espaldar de la silla y le dijo, mientras que ella tomaba gaseosa.

José: ¿Todavía te acordás?.
Pilar: Ninguna boluda como vos para olvidarme.
José: Yo creo que me acuerdo más cosas que vos.

Hace 12 años...

Por donde se miraba la tarde, parecía que aguardaba una lluvia, eran esas tardes frescas en donde podés quedarte en casa tomando café, viendo una peli o, aprovechar que no está el maldito calor e ir a comprar un libro.

La puerta de la librería se abrió y se oyó un alegre "Buenas Tardes"...

José: 28 años.
Ocupación: Profesor.
Pasatiempos: Hacer deportes, dibujar, jugar, videojuegos y escuchar mucha, mucha, mucha música (rock).
Comida favorita: Todas.

Vendedora de libro: José ¿Cómo estás?
José: Excelente, gracias a Dios, estoy buscando el Diario de Ana Frank, el mío se arruinó, perdón lo arruiné.
Vendedora de libro: ¡Ay! José mirá, creo que me queda uno, andá a buscarlo, ya sabés dónde está.

José camino entre los pasillos y era algo que le agradaba, ver los libros, oler los libros, saber que había muchos sin leer, eran cosas que lo transportaban a otra realidad, así seguía por ese pasillo... Y entonces la vió...
Ella estaba de pie leyendo con una rodilla flexionada, la miró de pies a cabeza, vestía casi toda de negro, sostenía el libro con sus manos que parecían muy suaves, en su cara llevaba unos anteojos detrás de los cuales el pudo ver, y no podía dejar de mirar, unos ojos concentrados, "achinados" castaños oscuros que su alrededor tenían ojeras, y eran los más bonitos que jamás había visto. Luego está el asunto de su cabello ¿Qué era eso? Estaba revuelto, no estaba peinado, sinó que ella lo peinaba con los dedos cada diez segundos; largo y castaño oscuro del mismo color de sus ojos y eran el más bonito que jamás había visto. Por último, cómo expresar cuánto le gusto verla ahí parada completa, todo su cuerpo, todo ella, era lo más bonito que jamás había visto, todo esto ocurrió en un minuto y medio. José se había atado y desatado los cordones de las dos zapatillas, se hacía de acomodar libros, de leerlos, todo con tal de quedarse un ratito más; cuando ya no supo que hacer volvió a la puerta principal.
José: Disculpe, el libro que busco parece que lo van a comprar ¿Quédan más?
Vendedora de libros: Deberías preguntarle, por qué ya lleva casi una hora ahí. Ella aparece cuando está fresco el día y se queda leyendo, te aseguro que se va a quedar mucho más tiempo.
José: ¿Pero, no hay más?
Vendedora de libros: No José, no hay más.
José: Creo que voy a esperar.

Se sentó, hojeaba otros libros, iba y venía, y demás "pasatiempos". Miró su celular, pasaron treinta, cuarenta y cinco, cientoveinte minutos. José había calculado casi dos horas y media, y entonces apareció...

Pilar: 18 años.
Ocupación: Universitaria.
Pasatiempo: Ocupada todo el día "En que te importa", leer, no salir, aprender a cocinar (fracasó), escuchar música, ver películas y series, jugar hockey, y quién sabe que otras cosas más.
Comida favorita: Milanesa napolitana.
PD: Cero paciencia.

José vió que se acercaba a la caja a pagar el libro, él tomó cualquiera y fué hasta allí también, al levantarse, tiró su teléfono y hasta que miró de nuevo arriba, la chica de los anteojos ya se estaba yendo. Entonces se acercó a la vendedora y le preguntó una de las cosas más boludas que había preguntado en su vida.

Boludo ¿Estás?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora