↬ᴘᴏᴇᴍꜱ ᴀɴ ꜱᴏᴜʟ🌙 [ᴊɪɴᴋᴏᴏᴋ]

ꜰᴇᴀʀ

—Si seguimos teniendo bajas, Kim. Tú pagarás por los platos rotos. ¿Entiendes, hijo? Sé que andar como idiota enamorado te distrae, pero debes comprender que en este negocio el amor no entra. Por más que JungKook sea un joven encantador y querido por nosotros, no creo que lo quieras poner en peligro. ¿Cierto?

Esas habían sido las palabras de su padre el día en que la misión que él lideraba obtuvo una que otra baja. A pesar de ser seres fríos y sin aprecio -en ocasiones- por la vida humana, su padre sí llegaba a estimar a todos "sus chicos" como los llamaba.

Por eso le dio aquella reprimenda. Su padre y hermano eran los únicos que sabían de su enamoramiento por JungKook, y milagrosamente, el hombre no había reaccionado mal. Al contrario, le dijo que si sus vidas fueran diferentes, él mismo organizaría su boda...

Esa era otra situación que a SeokJin tenía mal.

Si sus vidas fueran diferentes...

Pero lastimosamente no era así, por lo que debía aceptar su destino. Matar o ser asesinado.

¿Dónde quedaba JungKook en todo eso?

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En mis momentos grises...
Me ilusiono deseando en que algún día, podríamos ser felices.
Pensar en ti hace que un pequeño rayo de luz se cuele entre mis paredes, trayendo consigo, la paz que solo junto a ti soy capaz de sentir.
Ignorando la realidad, ignorando a las personas, solo tú y yo teniendo la dicha de existir.

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«JungKook solo se queda en mis pensamientos.» Se dijo, dejando aquel trozo de papel guardado en su gaveta.

— ¡Jinnie!

El chico azabache entró al despacho del pelinegro hecho un huracán, brincando hacia el hombre grande y fundiéndose en un apretado abrazo.

Kim solo podía disfrutar de aquella momentánea calidez.

De aquel amor desmedido que sentía por el hombre entre sus brazos.

—Te quiero, JungKook. -Susurró contra su oído.

Kook sonrió y besó ruidosamente su mejilla. Abrazándolo con más fuerza.

—Yo también te quiero, Jinnie. Más de lo que debería. -Murmuró contra su cuello.

Pero Kim no quiso averiguar más. Temiendo que aquello fuera la realidad de sus deseos. 

Temiendo que ese amor terminara en tragedia.

Por eso, se limitó a abrazar a su mejor amigo, impregnándose de su dulce y masculino aroma.

—Esta noche saldré con YuGyeom. -Informó el menor.

SeokJin sintió dolor de estómago.

YuGyeom... El pretendiente de JungKook, por supuesto.

—Que bien. -Contestó sin más.

Sintió que le hacía falta el aire por lo que soltó al menor y fue hacia la ventana, abriéndola y disfrutando de la suave y fría brisa de otoño.

Si tan solo el viento pudiera llevarse esos sentimientos que tanto daño le hacían.

JungKook suspiró y sabiendo que el mayor ya no querría hablar más, en silencio salió de aquella habitación.

Con el peso en su pecho de dejar pasar otro día sin poder decir lo que tanto quería.

«Te quiero, SeokJin... Pero te quiero como hombre... Como mi hombre.» Repitió en su cerebro, siendo incapaz de decirlo con su boca.