019. Amor de piel.

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Aún estaba perdido en la intensa sensación del clímax que acababa de alcanzar, gracias a sus profundos besos en mi parte más intima, cuando tocaron la puerta, miré asustado a Seungyoun y me dio una gran sonrisa y un ligero beso en los labios.

– Yo abro, no te preocupes – dijo y se levantó del sillón.

Yo me quedé ahí, sumido para evitar que el repartidor me viera y cuando Seungyoun cerró la puerta me enderecé, tomé mi camisa del suelo y me la puse, aún seguía dándome vergüenza que Seungyoun me viera desnudo y más si él estaba completamente vestido, puso la pizza en la mesa del comedor mientras yo me levantaba y caminaba.

– ¿Adónde vas, corazón?

– A ponerme algo encima.

– ¿Para qué si te lo voy a quitar? – exclamó divertido y sensual.

– Bueno, no voy a comer desnudo mientras tú estás vestido.

– Eso se arregla muy fácil, ahorita me quito la ropa.

– No te atrevas, eso es algo que quiero hacer yo con mis propias manos.

– Uy, siendo así no moveré un dedo y te obedeceré.

Le sonreí y entré a mi habitación, me puse una polera larga y amplia.

Salí y me senté al lado de Seungyoun, que estaba en el sillón mirando el televisor, me dio un pedazo de pizza y él tomó otro. En eso pasaron un sensual comercial de Cho Chanwoo y Jiwoo, donde anunciaban una marca de preservativos que de inmediato reconocí.

– ¿Seguro que no eres el dueño de la empresa?

– No, cuando hicieron el anuncio parte de su pago fue en especie y como Chanwoo no los necesita, porque está casado, me los regalo a mí.

– Ahora comprendo porque siempre estás preparado.

– Y vieras el dinero que me ahorré – respondió divertido.

Terminamos de comer y fui a lavar los platos mientras él veía el noticiero. Regresé y me senté en sus piernas de nuevo, él me abrazó de la cintura y yo recargué mi cabeza en su hombro, comencé a darle pequeños besos en el cuello y él suspiró, fui desabrochando su camisa y apagó el televisor, me cargó y me llevó a la recámara, cerró la puerta con su pie y me colocó en la cama, yo me hinqué y terminé de quitarle la camisa, le besé el torso en tanto le desabrochaba el cinturón y el pantalón, lo bajé al igual que su bóxer, entonces él me detuvo.

–Te dije que te haría feliz, esta noche es sólo para ti – exclamó quitándome la polera y luego él terminó de quitarse su ropa.

Miró mi cuerpo completamente desnudo, entrelazamos las manos y frotó mis labios con los suyos para después besarme dulce y apasionadamente mientras apretábamos las manos como si quisiéramos fundirlas en una sola. Después me hizo acostarme en la cama y tomó una de mis piernas, empezó a besarla desde el tobillo, en tanto una de sus manos bajaba por ella acariciándola suavemente, subió besando hasta mi pantorrilla, ahí se entretuvo un rato y después siguió hasta la parte trasera de mi rodilla, cada beso y cada caricia elevaban mi pulso y mi respiración, era tan cierto eso de que sabía exactamente donde tocarme y cómo hacerlo, lo miraba hacer su ritual y eso me excitaba más, Seungyoun realmente estaba disfrutando del sabor de mi piel.

Llegó a mi muslo y se concentró en él; besándolo, lamiendo, succionando para luego detenerse en mi entrepierna, sentía su aliento sobre la piel y se me erizaba, a cada momento más anhelaba por sentirlo dentro de mí. Pasó por mi pelvis, se detuvo en mi ombligo, yo doblé la otra pierna y él la acarició con las yemas de sus dedos y después delicadamente con sus uñas, la sensación me hizo arquearme y volvió a pasar sus uñas a lo largo de toda mi pierna, para este punto mi respiración era totalmente errática y los jadeos escapaban cada vez con más frecuencia.

LAS TRES REGLAS ♡ SEUNGSEOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora