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La universidad iba de mal en peor

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La universidad iba de mal en peor. Sus notas, en tan solo una semana, estaban por los suelos y los maestros comenzaban a pedirle que buscara un tutor para sacar adelante sus materias. No sabía a quién recurrir y su único amigo cursaba una carrera distinta a la de él. No podía ayudarlo o, ¿Tal vez sí? Ni siquiera estaba seguro.

Jeon JungKook, nunca fue una persona abierta ni libertina, era lo bastantemente retraído y tímido como para tan solo entablar una conversación con algún chico que le gustase o con cualquier persona común y corriente. Además, ¿Quién se fijaría en alguien como él?
De cualquier manera, no se sentía lo suficientemente atractivo para atraerle a alguien. O al menos eso pensaba.
Porque no, no se engañen, el pequeño pelinegro tenía su encanto. Uno muy peculiar y aunque él no se diera cuenta era centro de atención en muchas partes por su peculiar rareza y no una que lo destacara como el más feo entre los feos, al contrario, este chico de tenues y rosas labios; pelo castaño oscuro, tez blanca y cuerpo de atleta era objetivo de muchas miradas sobre él. De muchos deseos, pero era lo bastante retraído para darse cuenta de ello, claro.

Su situación, por cualquier lado que se le viese, era crítica. Tan solo a mitad del año, sus padres se divorciaron y él quedó al cuidado de su madre, que vaya señora, ni siquiera por su hijo respondía y si tuviese que recurrir a su padre, pues ni pensarlo, que eran a la par. Su abuela, que tanto quería, murió hace un mes. Ella prácticamente se encargaba de él; de darle de comer, de brindarle el calor de una cama, de brindarle incluso las caricias, mimos y amor que sus padres nunca le dieron. Incluso hasta darle para sus desayunos escolares. Pero una vez que la abuela murió, JungKook quedó arrumbado como un muñeco roto. Inexistente para los demás. Todos estos sucesos le tenían la autoestima por los suelos y pasó de ser un chico aplicado, participativo y con notas altas, a uno al que ahora sus maestros le pedían participara en clase, entregara sus trabajos a tiempo y consiguiera un tutor de lo contrario repetiría año.

Sí, su vida poco a poco se estaba haciendo mierda. La escuela era lo único que tenía, y a su mejor amigo Park Jimin, quién lo animaba y lo mantenía acorde.

Park Jimin, era todo lo contrario a él, y ambos pensaban que tal vez eso es lo que los hizo encajar perfectamente y ahora son mejores amigos. Inseparables, por cierto. Pues el de cabellera rubia es un excelente alumno, es presidente del consejo estudiantil, tiene un alta posición social y económica, es guapo y por si fuera poco, popular.
Todo lo que el morocho anhelaba. Pero ciertamente, Jimin le decía que no era la gran cosa, que hubiese preferido ser tan sencillo como él, como JungKook.
Nada fue impedimento para hacerse amigos. Ambos lo supieron desde el primer momento en el jardín de infantes, cuando Jimin bajó a gran velocidad por la resbaladilla y por accidente impactó con el pequeño cuerpo de Kook quién pasaba por ahí, lanzándolos a ambos y cayendo abruptamente al suelo. Pero curioso que, luego de mirarse y escudriñarse, se echaron a reír aun cuando los golpes eran para llorar, cuán críos eran.

JungKook decidió vivir solo hace un par de meses, la situación con su madre lo tenía harto. Si es que aún podía llamarla "mamá". Ni siquiera se hacía cargo de él, en ningún sentido. Se vió en la necesidad de empezar a trabajar en una pequeña cafetería cerca de la Universidad de menos para poder costearse los desayunos escolares y la renta de su pequeño apartamento. La suerte que tenía de haber adquirido una beca completa en la escuela. Sino otra historia fuera. Y una triste, cabe destacar.

~*HUNTING SEASON*~ (𝘝𝘒𝘖𝘖𝘒).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora