Capítulo 1 1/2

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aviso: cuando esté en cursiva es que es del pasado ;)

15 de Julio de 2014

Lágrimas salían de mis ojos sin poder hacerlas parar. Lágrimas que corrían por mis mejillas confundiéndose con el agua de la lluvia hasta caer al suelo y desaparecer. Mis piernas se movían rápidamente pero mi cabeza apenas pensaba en ello. Mi mente estaba ocupada por otros pensamientos, mejor dicho, recuerdos. Miré de nuevo a la pantalla del mi móvil.

-Vengaaaa, nos lo pasaremos bien ;)

-Mmm, nose...

-Porfaaa -siguió insistiendo

-Bueeno -una sonrisa apareció en mis labios, tal y como ocurrió ese día- está bien...dime la dirección :)

Un fuerte sonido me sacó de mis pensamientos. Era la bocina de un coche, cerca, demasiado cerca. Me tambaleé hacia atrás y tropecé con el bordillo de la acera, la cual había bajado sin darme cuenta. Caí al suelo y, antes de que me pudiera levantar, todo se volvió negro.

***

Me desperté con un fuerte dolor de cabeza, me había pegado un buen golpe. Abrí los ojos y me incorporé un poco. Seguía en la calle, en el mismo sitio en el que me había caído. No sabía cuánto tiempo había estado inconsciente. Estaba calada hasta los huesos por el agua de esa inusual lluvia de verano, que ahora caía todavía más fuerte.

-Será mejor que me vaya a casa -pensé mientras me ponía en pie.

Miré hacia los lados, buscando el camino hacia mi casa, pero no me sonaba ninguno. Eso me hacía plantearme una pregunta ¿cuál era mi dirección? Confundida vi mi móvil en el suelo y lo cogí, aunque solo me dio tiempo a leer "C/Oriente Nº 15" antes de que se apagara.

-Mierda de móvil -maldecí por lo bajini. Lo guardé en el bolsillo del pantalón y comencé a caminar sin rumbo, en busca de la calle Oriente. No sabía a dónde me llevaría esa dirección, pero era mejor que quedarme bajo la lluvia en medio de nosedónde. A lo mejor los dueños de la casa sabían a dónde tengo que ir... Seguí caminando hasta que vi a un chico con paraguas rojo caminado por la calle.

-Perdona ¿sabes dónde está la calle Oriente?

-Claro, si continúas por esta calle y en la rotonda giras a la izquierda ya has llegado.

-Perfecto, muchas gracias -sonreí agradecida

-¿Quieres que te acompañe? Está lloviendo mucho. ¿Cómo te llamas? -La sonrisa se borró de mi cara, murmuré algo que ni yo misma sé lo que dije y me fui de allí. El ofrecimiento del chico no me había molestado, para nada. Lo que me hizo sentirme con ganas de huir era que no sabía contestar a su pregunta. ¡¿Cómo no podía contestar a cómo me llamo?! Más lágrimas se agolparon en mis ojos pero no me podía permitir soltarlas, no era el momento. Tenía que encontrar como fuera la dirección que había leído en mi móvil. Y lo único que podía hacer era rogarle a Dios que allí pudieran ayudarme.

Intentando recordarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora