CAPITULO 4 ~ Oh. Por. Dios.

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— Eres Anna, ¿cierto? —asentí con la cabeza sin mirarlo, escuché una risa salir de él— Llegaron temprano, yo soy Im Jaebeom, el hijo mayor de esta familia, perdón por no recibirlos de la mejor manera —interesante— ahora lárgate de aquí.

Después de esas palabras puso su mano en mi espalda y me saco a empujones del que parecía, no, del que estaba segura que era su cuarto. No acababa de procesar eso, _es hermoso_ , era lo único que pensaba en ese momento, pero también pensaba en lo grosero que había sido, cosa que no soportaba en un hombre, por lo que en segundo 1 que me trató mal todas mis ilusiones se desmoronaron.

Entre a la siguiente puerta— Aleluya! Por fin encontré mi cuarto —exclamé mientras me aventaba en la cómoda cama. Me quede completamente dormida.

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— ¡Anna! —un fuerte grito de la que Parecía de mi madre hizo que me respetara en seco— ¡La comida está lista!

Baje hacia donde provenían los gritos y pude ver a mi madre, el señor Junghoo, el tipo con el que anteriormente choqué y otro sujeto, igual de atractivo, ¿que toda esta familia es guapa? Me pregunte después de verme en un espejo que estaba cerca, ok, soy más alta que la estatura promedio, no estoy gorda pero... mi cara esta pasando por la pubertad y mi color de piel era un poco... oscuro a comparación de la gente de ahí, por lo que me sentí un poco bajoneada.

— Anna, me alegra que estes aquí —El señor Junghoo me tomo de la mano— estos son mis hijos —Volteó a ver a los dos varones que estaban sentados después de él— ¿no se van a presentar?

— ya nos conocimos antes —efectivamente el tipo que conocí antes hablo con un tono de arrogancia a lo que él señor Junghoo provocara un suspiro— Ah si, Javier ¿no? —mencione en tono de burla, si me acordaba perfectamente de el, pero quise disimular que no le había pues tanta atención— Jaebeom, niña, Jae-be-om —repitió, nuevamente con arrogancia.

— Yo soy Im Hyunjin, un gusto —interrumpió el otro chico— emmm, tengo un año mayor que tú al parecer —me sonrió, a lo que yo hice lo mismo, Dios, que guapo. Así que tiene 19, eh.

— Yo tengo 21 —el mayor volvió a hablar, pero tal parece que por obligación pues le dio mala cara a su padre— así que debes respetarme y obedecerme.

— Que bueno que se lleven bien —por fin hablaba mi madre— Anna, tus papales ya están listos, pasado mañana entras a tu nueva escuela, es una escuela muy importante y costosa, yo sé que la sabrás aprovechar, esta unida con la universidad así que ya no tendrás que hacer otra examen —me sonrío, una vez más esos destellos hermosos en sus ojos.

Lo que hago por ti, madre. pensé

El día transcurrió rápido, era sábado, aún no me acostumbraba al cambio tan marcado de horario, pero pude descansar, al otro día igual nada nuevo, mi madre y el señor Junghoo no se encontraban pues estaban haciendo compras, el hijo mayor estaba encerrado en su habitación y el mediano tenía clases de taekwondoín, me había enterado gracias a la ama de llaves que se había vuelto una amiga en ese corto tiempo que llevaba ahí.

Me encontraba en mi habitación acomodando mis cosas, y decorando todo, no me había percatado de la existencia de una ventana que daba al exterior pues estaban tapadas por las cajas de mi ropa, estaban las cortinas cerradas por lo que me levanté a abrirlas haciendo que entrara un fuerte rayo de sol que me pegara en los ojos molestándome un poco. En lo que recuperaba la vista termine de abrir las cortinas.

Lo que faltaba mi ventana daba exactamente a la ventana del cuarto de una casa vecina, no había nadie, lo único que esperaba era que fuera una niña de mi edad para por fin poder hacer una amiga, era más social que nada pero lo nuevo siempre me daba miedo.

Me puse a ver lo de mas que daba vista a mi ventana, una bella ciudad moviéndose, flores en el jardín y pasaron volando.

Lindo. pensé

Regrese mi vista al cuarto de enfrente y para mis sorpresa ya había alguien ahí.

— Oh. Por. Dios. —fue lo único que pudo salir de mi boca después de ver a un chico alto, tez un poco almendrada, ojos grandes y un perfecto outfit que mostraba su hermosa figura.

Se encontraba hablando por teléfono, me quede por unos segundos viéndolo, no se mostraba completamente su cara pero era lo más sexy que había visto en años, hasta que se dio cuenta de mi presencia, quede como paralizada y solo pude escuchar que dijo "te hablo más tarde" y colgó, se me quedó viendo y me cerro un ojo, ¿Ese era un guiño? lo único que pude hacer fue cerrar rápidamente las cortinas, mis cachetes ardían, no me vi en el espejo pero sabía que estaba roja.

Ay Anna, que hiciste.

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4 capítulos el mismo día, ¿les gusta así?

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⏰ Última actualización: Apr 06, 2020 ⏰

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