Casado por conveniencia (Kookmin)

Desayuno en la cama

Abrí los ojos encandilado cuando la luz del sol que entraba por la ventana me llegó a la cara, por un momento me desorienté porque no estaba en mi habitación y entonces sentí mi desnudez y recordé todo lo qué pasó hace apenas unas cuantas horas.

Jungkook y yo hicimos de todo hasta que ya no pudimos más, estoy terriblemente cansado, seguro mis ojos parecen de oso panda por las ojeras, solo bastaba un toque cuando prometíamos dormir para que volviéramos a masturbarnos.

Todo fue tan genial que no necesité de una mujer para sentir como tocaba el cielo, Jungkook me hizo sentir vivo de nuevo, aunque sea por una noche y eso jamás lo olvidaré, lo malo que él sigue viviendo aquí y no sé cómo será nuestra relación después de lo qué pasó.

No quiero parecer una chica virgen obsesionada con el chico al que le dio su primera vez pero así me siento, aunque no le haya dado nada precisamente, mi desventaja es que entrego muy rápido el corazón y ya siento que después de lo qué pasó quiero a Jungkook.

Fue una enorme decepción no verlo junto a mi en la cama cuando desperté, quizá esto fue solo una noche más de sexo para él, así que trataré de actuar normal, como todos los días.

Me removí de la cama y me quite la sábana de encima para levantarme cuando entró Jungkook por la puerta con una bandeja de comida, tenía una linda sonrisa algo tierna que cambió cuando me miró de arriba a abajo.

—Pero que linda manera tienes de despertar cariño.—Tomé de inmediato la sabana y cubrí mi desnudez, sentí mi rostro calentarse por la vergüenza, no es lo mismo que me vea cuando esta toda la habitación iluminada.

—Y ¿eso?—Dije apuntando al desayuno que traía en las manos, había amanecido muy hambriento y me dejó sorprendido que tuviera esas atenciones conmigo, el día empezó bien.

—Pues me levante temprano, le lleve a Haneul su desayuno a la cama, aprovechando también me traje el mío.—Se sentó junto a mí en la cama y colocó la bandeja en sus piernas y comenzó a comer.—¿Tienes hambre?—Preguntó mientras se metía un trozo de pan tostado con mermelada a la boca, me retracto... no era para mi.

—No, me iré a bañar y después saldré por unos encargos a la oficina, cuando regrese quiero mi habitación limpia, no quiero ver ni una bolita de unicel o te mataré.—Me intente levantar, tomo mi mano y sonrió.

—Estoy seguro que mueres de hambre.—

—Pues te equivocas.—Mi estómago dio un rugido tan fuerte justo cuando deje de hablar que parecía estar en contra mía, Jungkook no solo se rió si no que se carcajeo en mi cara.

Tomé con mi puño la mermelada que tenía en la bandeja y se la embarre en la boca, dejó de reír cuando por poco se ahoga y me ensarto el pan que estaba comiendo en la cara llenándome hasta los ojos con la mermelada pegajosa.

—¡Ya basta!—Grité dando de manoteos.

—¡Me metiste toda la mermelada en la boca y me lo tuve que tragar para no ahogarme!—Le vi algo de enfado y no pude aguantar la risa, él me miró y comenzó a reír igual.—

—Eres malo conmigo, te lo mereces.—

—No soy malo cariño, traje el desayuno a la cama para nosotros, solo te estaba haciendo una pequeña broma, eres tan fácil de engañar Jimin-ssi, pero no puedo evitarlo, amo tu cara de enfado.—

De tantos besos que nos dimos toda la noche ya se amoldaban a la perfección sus labios sobre los míos, cuando se acercó para besarme era como si lleváramos toda la vida haciéndolo.

Le correspondí en seguida dejándome llevar como siempre, su mano recorrió el camino desde mi cuello pasando por mi pecho y mis abdominales, después bajo hasta mi pene semi erecto.