Café, Canela y Caramelo.

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En un mundo donde los héroes estaban en la cima, donde las mejores habilidades eran las más elogiadas, en uno donde la sociedad se dividía notablemente ¿Qué podía ser peor? Ser etiquetado por la naturaleza de uno, no era suficiente el tener un “Quirk” extraordinario, si no, para estar en el top de los grandes también necesitabas ser un “Alfa”, todos lo eran: Desde el ex Símbolo de la paz All Might, hasta el actual número uno, Endeavor, Best Jeanist, Miruko, entre otros; la mayoría eran alfas de sangre bastante pura y codiciada.

Todos excepto él.

El héroe alado Hawks, actualmente conocido como el número dos y el beta que consiguió tal puesto gracias a su ingenio y destreza en el campo de batalla, por supuesto, no olvidar su quirk bastante funcional; un genio a su corta edad. Podría estar orgulloso de ello si no hubiera un error, el no era un beta. Nadie le había preguntado directamente, el gobierno había movido bien los hilos y todo el mundo creía en esa garza, Hawks también ayudaba con esa personalidad que mostraba al público, definitivamente podría hacerse pasar por un beta sin problemas.

En realidad era un Omega, uno que tomaba supresores tan fuertes que debía tomar algunos días durante sus temporadas de celo, aunque nunca había tenido uno desde que le ocurrió a los doce años. Sus médicos solo le recetaban lo mejor y gracias a ello podía disfrutar de una vida normal, incluso mejor que la de cualquier Omega.

Hawks nunca ha tenido un Alfa, jamás ha compartido cama con alguno, su cuerpo era completamente puro y limpio, nunca ha tenido ojos para nadie.

Nadie, a parte del héroe que admira y ama.

— ¡Esto saldrá mal! Lo presiento y sabes lo que dicen, el conejo siempre tiene la razón.

Mencionó la albina mientras movía rápidamente uno de sus pies, llevaba un buen rato intentando convencer a su amigo que deje los supresores que usaba; era la única que sabía el secreto de Hawks.

— Por favor, la última vez tuve que ir a tu departamento para saber si estabas vivo. ¿Cómo sabes que seguirán funcionando? ¿O si tiene efectos secundarios? ¡No han salido a la venta siquiera! ¿Te has dado cuenta que te usan como un conejillo de indias?

— Lo sé. — Mencionó el rubio colocando unas cuantas pastillas en una pequeña caja de plástico negra, debía ser cuidadoso con ello, no podría dejar que otro héroe le viese tomando ello. — De todas formas no las tomaré ahora, falta una semana para mí celo, realmente soy muy cuidadoso con eso, además, cuando eso ocurra ya habré vuelto a casa y como siempre nadie lo sabrá. ¡Soy un genio!

— ¡Un idiota, diría yo! —

Finalizó tomando el vaso frente a ella y bebiendo un poco del líquido en su interior, un poco de licuado de zanahoria. Dio un último suspiro antes de buscar su teléfono móvil y asegurarse de la hora, de encogió en hombros y ya dándose por vencida le obsequió un pequeño ademán a su amigo.

— Bien ¿Ya casi es hora, no? A ese sujeto no le gustan las personas que llegan tarde.

— ¡Por algo soy el héroe más rápido! Finalmente otra misión con Endeavor’san, es tan emocionante volver a trabajar con él.—  Los ojos del rubio se iluminaron y sus alas delataban su estado de ánimo, trabajar codo a codo con su héroe favorito, es un sueño. Por supuesto que, había muchas cosas que le debía después del incidente con Gama Alta, necesitaba disculparse y sobretodo recompensar al pelirrojo por lo ocurrido, a pesar de que no sabía que era su culpa, él aún se sentía afectado.

Se despidió de su amiga y rápidamente se puso en marcha a su destino.

La liga no había hecho ningún movimiento desde lo de Kyushu, sin embargo, eso no impedía que otros villanos se encargasen de sembrar el caos en el país, la demanda de héroes era grande y esta vez los primeros diez debían dividirse para abarcar la mayoría de tareas prioritarias. Endeavor le había mencionado que debían ir a un área rural donde se sospechaba que había un proveedor de la Liga. Una persona que se encargaba de entregarle “materiales” para hacer nomus a ellos, se escuchaban rumores de que había una fábrica de ellos a las afueras del pueblo, un trabajo un poco complicado debido a la cantidad de habitantes en ese lugar; todos se conocían y las comunidades pequeñas tienden a defenderse unos a otros, encontrar al culpable será difícil, más no imposible.

El pelirrojo yacía esperando frente a su agencia, la vista en el reloj de marca que llevaba en su diestra, las agujas estaban a pocos segundos de dar la hora exacta, su paciencia era poca. Una pequeña ráfaga y el sonido de las grandes alas del rubio, su vista se posó ahora en el recién llegado que, con una sonrisa y un ademán de presentaba.

— Casi llegas tarde.

Las palabras del hombre eran cortantes y serías, su compañero no mostraba efecto alguno por ellas, es más, Hawks seguía tan sonriente como siempre, el chico era extraño, sin embargo era el héroe más confiable que podía encontrar y el único capaz de ser su compañero de equipo.

— Fui a tomar un café, te traje uno para el viaje. ¿Endeavor’san vas a conducir? Necesitarás mucha cafeína.

El menor extendió su diestra mostrando el vaso, Enji lo tomó y sintió el aroma del café caliente con canela y ¿Caramelo? No era fan de lo dulce pero la combinación era lo suficientemente adecuada para no empalagarle, optó por dar el primer sorbo y maldijo en voz baja Hawks sabía de sus gustos sin tener que decirle sobre ello.

— Entra o te dejaré.

Fueron sus últimas palabras antes de dirigirse hasta el asiento del piloto. Rápidamente el menor tomó la bolsa deportiva que llevaba para abrirla, sus plumas entraron hasta casi llenarla por completo, sería un problema entrar al auto con sus alas, ahora que tenían un tamaño adecuado abrió la puerta del copiloto y tomó asiento, dejando el bolso y su demás equipaje en el asiento trasero.
En segundos el auto arrancó, finalmente se ponían en marcha hacia su destino, Enji había calculado al menos dos horas de viaje, si todo salía bien y las carreteras no estén tan llenas podía incluso cortar el tiempo de este mismo. 

El problema era saber cuánto duraría su paciencia con ese pequeño manojo de plumas que no cerraba el pico desde que salieron de su agencia.

— Endeavor’san, si te pones a pensar… ir a un lugar en la nada, juntos y solos es como estar en una luna de miel. ¡Aw es tan tierno!

— Hawks.

— ¿Sí?

— Cierra la boca.

— Ow, bueno.

— …

— …

— ¿Falta mucho?

— ¡Apenas iniciamos el viaje!

— Oh, cierto. Endeavor’san ¿Puedo dormir un rato?

— Sería un alivio.

— ¡Perfecto! Tomaré esto prestado en ese caso. ¡Recuerda despertarme y tomar tu café!

Dicho eso el rubio tomó una de las chaquetas del mayor y la uso como si se tratase de una manta, era demasiado grande por lo que realmente cubría su cuerpo. El pelirrojo gruñó por ello, pero era mejor que tener a Hawks parloteando todo el camino y colmando su paciencia, sinceramente podría haber chocado con tal de hacer que se callara.

El tiempo pasó y con ello el camino cada vez se hacía más corto, obediente acabó con el café que Hawks le había traído, más no por que éste se lo había dicho, no, si no porque era verdad que la cafeína le estaba sirviendo de ayuda en ese momento, casi anochecía y la mínima luz de las farolas era lo único que podría ayudarlo en la carretera.

Observó a su acompañante de reojo, seguía profundamente dormido, le sorprendía cómo era posible que fuera tan despreocupado como para dormir de esa manera, era incluso problemático si no fuera porque estaba con él, por lo menos como número uno, Enji estaba completamente alerta, tal vez Hawks se estaba comportando así porque sabía que él era tan serio en el trabajo, no, no valía la pena preguntarse eso siquiera, era claro que el chico era un despreocupado.

— ¿Sabes? Es de mala educación observar a alguien cuando duerme. A menos que lo despiertes con un beso.

— En realidad, estaba pensando que era una buena oportunidad para arrojarte del auto.

— ¡Eso es muy cruel!


Sus mejillas se inflaron y pronto se reincorporó para poder observar por la ventana, ya no habían edificios, solo árboles, podía notar pequeñas luces a lo lejos; sabía que ya estaban a pocos metros de su destino.

— ¡WAH!

Gritó y el pelirrojo tuvo que maniobrar para no perder el control del automóvil, se detuvo cuando pudo y la furia logro hacer que parte se su quirk se activase en su rostro.

— ¿¡Qué te sucede!?

— ¡No hay señal! En este lugar no existe el Wi-fi ¡Estamos perdidos! Moriré.

— ¡Juro que te voy a asesinar si sigues con esto! ¿Realmente te preocupas por algo como eso?  


— ¡Por supuesto! Yo…

¿Ahora qué? Hawks estaba mostrando una expresión diferente a lo habitual, como si algo le doliese, acto seguido sintió un peculiar aroma, parecido al café acaramelado que hace varias horas consumió. ¿Tal vez había quedado un poco de él? Prefirió no tomarle importancia, por lo menos el rubio ya se había calmado, supuso que era el cansancio por tantas horas de viaje.

— Casi llegamos, me detendré en la estación para comprar unas cosas y de paso gasolina.
El chico asintió, se mantenía en su lugar, no mencionó palabra alguna aún cuando llegaron a la estación y el pelirrojo le pregunto si deseaba algo, solo un par de movimientos con la cabeza.

Cuando Enji finalmente salió Hawks rápidamente busco entre sus bolsillos sus supresores, esto era lo peor, se supone que solo faltaba una semana, su celo se había adelantado y no sabía porqué, bien, si lo sabía, había pasado varias horas durmiendo con el abrigo de Endeavor, el olor que este desprendía era tan agradable que lo hacía sentir tan relajado, simplemente se dejó llevar. ¡Fue muy temerario de su parte! Aún más porque el otro no se atrevió a quitarle la prenda, claro, Enji también cree que es un beta y no había por lo qué preocuparse.

Pasaron unos quince minutos cuando Enji volvió, se aseguró que Hawks siguiera en el auto, incluso le había comprado alguna bebida solo porque creía merecía algo a cambio por el café de la mañana, sí, solo era eso, nada más. Al abrir la puerta se encontró una vez más con el chico profundamente dormido, una vez más, gruñó de nueva manera. ¿Es que planeaba dormir todo el día? A regañadientes dejo las compras en el asiento trasero y continuó el último tramo hasta el lugar donde se quedarían.

Una pequeña casa lo bien cuidada para estar en un área bastante rural, el gobierno les había conseguido un buen lugar, discreto para ambos. El objetivo era hacer pensar a los pobladores que se encontraban de vacaciones, era normal que lo héroes se alejasen del ajetreo de la ciudad y la mayoría vacacionara en lugares poco habitados y dónde podían pasar desapercibidos, incluso esa casa donde estaban era una que se rentaba para esas ocasiones. Investigar desde esa área sería pan comido.

— Llegamos… ¿Oye, cuánto planeas dormir?

Alzó la voz para que el menor le escuchase, no recibió respuesta alguna. Chasqueó la lengua y se dirigió a la puerta principal, tomó su tiempo para sacar el equipaje del automóvil y asegurar que todo estaba correcto, ningún indicio de peligro, tan solo quedaba el chico que continuaba dormido en el asiento de copiloto.

Una vez más alzó la voz, le llamó e incluso movió un poco su hombro para despertarle. ¡Esto ya era el colmo! Solo esta vez se atrevería a hacer una buena acción, solo está vez.

Si fuera por él le dejaría ahí.
Lo tomó en brazos, colocándolo sobre uno de sus hombros como si se tratase de un costal, el chico era bastante liviano, escucho un pequeño ruido debido al movimiento, una pequeña cajita que cayó junto a sus pies, probablemente de Hawks. Se inclinó lo suficiente para tomarla, sin fijarse de su interior, primero debía llevar al rubio dentro.

Colocó al menor en una cama de las habitaciones, también se tomó la molestia de dejar su equipaje en las mismas, junto a sus plumas, estaba dispuesto a ocuparse de su propio equipaje cuando una vez más notó la cajita que aún tenía en uno de sus bolsillos. La curiosidad no era algo en lo que Enji destacase, simplemente no creía correcto espiar las cosas de los demás, pero la cajita estaba abierta e incluso algunas que otras pastillas habían escapado de esta, alzó una ceja ¿Hawks estaba enfermo? No tenía idea de algo como ello, sabía que el muchacho siempre presumía de su buena salud, tampoco es como si pareciera el tipo de persona que se enfermarse seguido o el tipo de persona cuidadosa que traía medicinas a los viajes. No, Hawks era muy despreocupado para ello.

Chasqueó la lengua ya decidido a dejar el tema, ya estaba a punto de dejar la pequeña caja sobre una mesa cercana cuando una vez más ese aroma invadió su fosas nasales, la chaqueta que Hawks usó durante el viaje desprendía tal aroma, cada vez era más evidente lo que sucedía.

Había escuchado que se estaban haciendo supresores lo bastante fuertes como para detener en su totalidad el celo de los omegas, solo la gente con el dinero suficiente podía pagarlos, no estaban a la venta aún puesto que se encontraban en una fase inicial de prueba. No sabía mucho del tema, pero incluso su hija: Fuyumi, se los había pedido una vez al ser la única Omega de la familia además de su madre, por supuesto que se negó a comprar algo tan peligroso, sin datos concretos no podía arriesgar una gran suma por ello. No sabía cómo era que Hawks los consiguió, pero si sus sospechas eran correctas la razón del estado del rubio tendría sentido.

Una droga lo suficientemente fuerte como para dormir al Omega durante todo su estado de celo, impidiéndole sentir la necesidad de reproducirse así como sus otras necesidades básicas como el hambre. Por supuesto, la falta de alimentos no solo podría ser dañino para el organismo, inducir se el sueño de una manera forzada era como doparse con antidepresivos y calmantes, no garantizaba el cien porciento que uno despertase.

No solo la misión estaba en riesgo ahora mismo, si su compañero no despertaba podría ocasionar un caos, el mundo no podría permitirse perder a otro héroe.

No dudo dos veces en deshacerse de las pastillas, no le importaba las consecuencias, la salud del otro era lo principal y poco le importaba si éste había estado mintiendo todo este tiempo sobre su naturaleza.

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¡Muy Buenas! He traído el segundo fic sin terminar el primero. Lo lamento, la verdad si lo continuaré, pero ahora se me vino este a la mente y bueno, las cosas pasan.

En primera pido perdón por alguna falta de ortografía o puntuación, todo es desde el celular y realmente no tengo a nadie que lo lea antes de subirlo. De igual manera no me dedico a esto es solo un hobby.

Espero les guste la historia. ¡Nos vemos luego!
















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