Capítulo 1.2

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―¿Qué es lo que estás buscando? No tenemos muchos libros de medicina. Casi todos son de autoayuda y esas cosas

So Eun caminó hacía los estantes mientras decía ―no lo sé, lo sabré cuando lo vea. ¿Cómo se llama ese libro? ¿Ese que es muy grueso y con tapa dura? ¿El que cubre todo lo que puede ir mal con una persona?

―¿El manual Merck?

―¡Sí, ese es!

―No lo tenemos, lo puedo ordenar si quieres ― le dije sin necesidad de revisar el inventario para saber que estaba en lo correcto. ―Uno nuevo es algo caro, pero puede que te pueda conseguir uno de segunda mano, al fin y al cabo las enfermedades no cambian mucho ― Le pegue un hilo a mi grulla de papel y busque donde colgarlo. ―Cómo que no es tu tipo de lectura ¿o sí? A menos de que estés planeando en convertirte en médico.

―Lo estoy considerando ― dijo So Eun con una voz tan fría, que no me di cuenta de que me estaba confiando con un secreto hasta que la puerta hizo un ding, nuevamente y un nuevo cliente cruzaba por la puerta.

―Regresó contigo en un segundo ― le dije, mientras me alzaba de puntitas sobre el mostrador para asegurar la cuerda sobre la estructura arriba de mí. ―Hazme saber si necesitas algo.

Y aunque sólo fue por un segundo, pero me di cuenta de que So Eun se calló, formando un silencio que a la vez me gritaba ¡silencio! Bajé la mirada, dudando de lo que podría ver.

―No te detengas por mí ― dijo el nuevo cliente, su voz era demasiado profesional. ―Yo puedo esperar

Algo en su voz me hizo perder mi concentración, así que me dí la vuelta y me encontré con un oficial de policía de pie, frente al mostrador, mirándome. Desde mi puesto pude ver perfectamente lo que llevaba, su pistola, radio, gas pimienta, esposas, celular. Cuando tienes secretos, incluso si no son ilegales, el ver a un oficial de policía en tu trabajo tiene un terrible efecto en ti.

Lentamente me incorpore a mi puesto detrás del mostrador y miré a mi improvisada jaula, de hecho no lucía muy bien.

―¿Le puedo ayudar en algo?

Dudé en como elaborar mis preguntas, ya que sabía perfectamente que él no estaba aquí para hablar de libros. Sentí mi pulso acelerarse en mi cuello. So Eun había desaparecido y por si fuera poco la tienda lucía vacía.

―De hecho si no estás muy ocupado, me gustaría hablar contigo por un momento ― dijo amablemente el oficial. ―¿Eres Kim Jong In, no es así?

Asentí con la cabeza.

―Soy el oficial Park ― dijo. ―Estoy trabajando en el caso de Byun Baek Hyun.

Baek Hyun, mi estómago me dolió. Baek Hyun, uno de los amigos más cercanos de Kyung Soo, quien había sido mordido el año pasado, había pasado estos últimos meses siendo un lobo en el bosque. Su familia pensaba que él había huido de casa.

Kyung Soo debería de estar aquí. Si el decir mentiras fuera un deporte olímpico, Kyung Soo sería campeón del mundo. Para alguien quien odiaba escribir, él inventaba historias increíbles.

―Oh... ― dije ― Baek Hyun

Estaba nervioso por la presencia de este policía haciendo preguntas, pero estaba aún más nervioso debido a que So Eun, quien ya sabía la verdad, estaba escuchando. La podía imaginar, pegada contra un estante, levantando una ceja en el momento en que mis novatos labios pronunciaban mentiras.

―Tú lo conocías ¿correcto?

El oficial tenía una sonrisa amigable, pero siendo honestos, que tan amigable puede ser una persona cuando termina sus frases con -¿correcto?-

Los Lobos de Gangwon-Do /Rastro - {Kaisoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora