Capítulo 1

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Capítulo 1


Roth

Hace ya tiempo que conocí a Vanessa. La chica resultó no ser para nada como había esperado. De hecho, dudé si, en efecto, era ella. Es tan diferente al resto... Una licántropo inteligente y con corazón que a la vez no olvida su parte de guerrera. Ella es mi nueva alfa a pesar de que soy un vampiro. ¿Cómo?

Cuando era un niño, humano, vivía rodeado de vampiros. Es extraño acostumbrarte a ellos como si fueran tus padres. Te inculcan sus técnicas de guerra y caza para cuando te vean lo suficientemente fuerte como hombre morderte para que pases a formar parte de la horda. Pero ese cambio a alguien merecedor de galardones por su forma de luchar y su masculinidad nunca llegó para mí. A los veintidós años, el científico de nuestro pequeño núcleo vino a preguntarme si quería ser más fuerte y más rápido que los demás. Si deseaba que todo el mundo me tuviera respeto e incluso algo de miedo. Por aquel entonces no sabía lo que significaría ni para mi vida ni para mi cuerpo, pero, como no podía ser de otro modo, acepté.

En la primera luna tras el pinchazo mi cuerpo empezó a convulsionar. Mis huesos se rompieron y aunque los gritos de dolor alertaron a los que me habían criado como si fuera un hijo salieron corriendo al comprobar que acababa de cambiar a hombre lobo. No podía prácticamente mantenerme sobre las cuatro patas, era tan antinatural. El científico me explicó que tendría que vivir con él para aprender más sobre cómo usar lo que llevaba dentro. No me lo dijo, pero en su mirada pude descifrar que no era eso lo que esperaba que pasase.

Quizá hubiera sido más fácil mi vida si no hubiera hecho lo que hice, pero, no pude evitarlo. Mientras él dormía le arranqué la yugular. No probé ni un trago de su cuerpo. Sólo fue venganza. Es raro, pero como vampiro, no me consideraba un monstruo y ahora era... ¿qué exactamente? Oculté el cadáver quemándolo y jamás le conté a nadie que podía transformarme.

Empecé a ser más rápido y más letal y empezaron a reconocerme honores dentro de la horda. Fui capaz casi de olvidar esa otra parte de mí, pero un día llegó otro hombre y llamó a mi puerta. Me señaló con el dedo y me dijo que sabía lo que era y que si no iba con él, el propio químico me mataría. No dudé. Cogí mis pocas pertenencias y fui a un gran campo de adiestramiento alejado de toda vida. Poco a poco fueron llegando algunos pocos jóvenes más. Nadie se transformaba, pero el comportamiento, la forma de luchar....Todos ellos tenían el Z512 dentro, pero... ¿Por qué? ¿Con qué fin?

Ese fue el principio de una guerra que, en realidad, nunca fue de los vampiros, nos inyectaron el químico con la sola intención de librar una guerra por el poder dentro de una manada licántropa. El antiguo alfa, Hugo, había delegado en su hijo, Joel, sin guerra alguna al no verse capaz de vencerle. Esto se extendió de boca en boca como el mayor acto de paz dentro de una manada, pero, fue él mismo el que encargó el químico a un científico que no sabía para qué sería usado y que acabó muriendo por proteger a la chica que ahora era mi alfa, Vanessa. Siempre la quiso como si fuera su padre, sólo pagó sus propios errores con un precio demasiado alto...

La traición se pagó con la condena a muerte de los implicados. Hugo. Torak y Candy. Torak era el alfa de una manada cercana que había estado tan obsesionado con que su hija, Candy, se casase con Joel que había sido capaz de los actos más atroces y traicioneros. Conocedor de lo que estaba pasando jamás pensó en detenerlo y, con todo, intentó ejercer presión para no "ayudar" a Joel si no se comprometía definitivamente. Ahora está muerto. Quien no murió finalmente fue Candy. Zac, el mejor amigo del alfa y quien debía ejecutar la decapitación resultó estar enamorado firmemente de ella y acabó por salvarla en el último momento. No sé, a día de hoy, con exactitud, por qué les dejamos escapar. Quizá estábamos ya demasiado cansados de derramar sangre...

Aunque puedo decir que la guerra terminó con éxito, nunca he sentido que fuera así del todo. Yo, junto a otros muchos vampiros, somos Z512, es decir, vampiros que pueden transformarse en licántropos que tuvimos la oportunidad de quedarnos en el territorio de Joel bajo el mando de Vanessa pero, sintiéndolo mucho, tuve que irme junto a todos de noche. Quién sabe lo que podía hacer en nosotros la sed de sangre.

Lo que más me costó es dejar a Anne... bajita pero atlética. Tiene un cabello que, bajo el sol, parece una gran cascada de oro. Sus ojos grandes y azules están llenos de tristeza, decisión y frialdad. Me gustaría saber los motivos que la llevan a ser como es. Ella ayudó a terminar la guerra, una alfa con carácter. Una loba extraordinaria...No sé exactamente qué sentí al conocerla pero no era algo normal. Recuerdo esa última noche.

<< -Vas a irte. –La voz femenina me sorprende de tal forma que me resbalo de la roca y casi caigo. Es Anne. Me mira quieta y tranquila mientras el agua empapa su cara y su cuerpo. –Lo sé por cómo miras. Esa especie de melancolía y duda. –Asiento un poco. No tenía pensado hablar con ella en ningún momento. Me hace tragar saliva y pensar cosas que no debería. No entiendo que reacción provoca esos sentimientos en mí, pero no estoy preparado para descubrirlos. –Si lo vas a hacer. Hazlo de noche. Esta noche. Yo le dejaré a Vanessa la carta que tú quieras. Sólo tienes que meterla por debajo de la habitación que hay justo al lado de la biblioteca. 211. –Se va dejándome anonadado. ¿Cómo ha podido saberlo?

De todas formas, será más fácil así. Cojo papel y bolígrafo para desahogar aquello que necesito que Vanessa sepa. No la estoy abandonando y no quiero que se lleve esa sensación. Para mí, es mi familia. Y yo, a mi familia, la protejo hasta de mí mismo.

"Querida Vanessa. Siento irme sin despedirme, pero, estoy seguro, de que, si lo intento, no me dejarás marchar.

Esto no es un adiós, es un hasta pronto. Quiero que entiendas que la sed de sangre ahora está dentro de ti también, no sé cuando despertará, pero sé que cuando lo haga, Joel estará ahí para ayudarte y protegerte. Siento que eso que acabo de decir signifique de alguna forma que tengo que robarte a tu manada, pero quiero asegurarme de que su parte vampírica esté controlada.

Nos volveremos a ver. Cuida a Anne."

No pongo nada más. No es necesario. En el tiempo que nos conocemos nos hemos querido tanto. Hemos tenido esa complicidad... Despedirme de ella es una de las cosas más difíciles que he hecho.

Voy sigilosamente hasta la habitación de Anne. Huele a violetas frescas y a lluvia. Mis ganas de entrar son tan fuertes que tengo que hacer un gran esfuerzo por sólo meter la carta junto a una nota bajo la puerta.

Despierto a cada uno de los híbridos y les explico lo de la sed de sangre. Ninguno se niega. Es lo mejor. Espero que entiendan que esto no es una traición. Hacía mucho tiempo que no sentía amor por nadie, y ahora que lo siento, no pienso perderlo. >>

A día de hoy ha pasado sólo un par de semanas de todo aquello. Nos hemos instalado en unas cuevas que se encuentran bastante al norte del territorio de Joel. Me consta que algunos vampiros están ya preguntándose qué ha podido pasar entre los licántropos. Los copos de nieve ya se están derritiendo y creo que, con ellos, volverán a florecer los problemas. Mandé a Blade a que investigara ahí fuera pero, por la cara que trae me da la sensación de que los problemas...ya están aquí.

SED DE TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora