C A P Í T U L O 4

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- Así que... tres hombres entraron a la habitación de Margarette Smith... ¿No es así?

-¡Sí! - susurran al unísono.

Frunzo el ceño. Aquello no tiene mucho sentido. Margarette apenas tiene cinco años y probablemente lo más valioso que encontrarían sea un montón de papeles con brillantina. ¿Por qué rebuscarían entre sus cosas?

- Vestían de color azul oscuro Liam

Me detengo en el lavado.

¿Azul?. Eso es imposible, no tenemos más que tres colores permitidos: negro, blanco y gris. ¿Por qué alguien arriesgaría su vida usándolo?, y sobre todo en el supuesto caso de que así sea, ¿cómo es que consiguió las prendas?

- Sí, es verdad - responde él pensativo - ¿Crees que sean los mismos que robaron el motor?

- ¿Llevaban puesto el Ko-Use?- pregunto mientras le empiezo a dar una pequeña lavada a los vasos.

- No lo sé, las luces estaban apagadas... - dice detrás de mí esperando a que le pase los vasos - Y la distancia tampoco ayudaba...

Quizá el azul haya sido producto de la poca iluminación.

No hay otra explicación.

O, podrían haber sido perfectos...

Rechazo aquella idea de inmediato.

-Pero... creo que ya se fueron

-Deberíamos entrar a ver-sugiere Tyler quién saca la leche del refrigerador.

- ¿"Deberíamos"?- repite Liam con una ceja alzada.

Me seco las manos con la toallita gris y se la paso a Liam, seguido de eso me siento en medio de ellos.

- No creo que sea buena idea Tyler, eso sólo nos metería en problemas como...- me detengo de inmediato.

Cojo un pan de la cesta y le doy un mordisco.

- Como a la señorita Brown- dice Liam inconscientemente aquellas palabras que evitaba decir y al darse cuenta, abre los ojos como platos.

Tyler baja la mirada y se encoje de hombros al instante.

Liam y yo cruzamos miradas sin saber que hacer o decir.

La señorita Brown fue la maestra de Tyler desde su primer año de escuela pero, ahora se encuentra tras las rejas al ser acusada de robo domiciliario. Al parecer su declaración no fue tan convincente para los agentes y el ser desafortunadamente la única persona que andaba cerca del lugar no hizo más que sumar cargos en su contra.

-... y con respecto al motor...-empiezo a decir - es tan probable que sí lo sean como que no. Será mejor esperar aquí hasta que los Smith regresen mañana temprano.

-¿Por qué los Smith sólo vienen los viernes? -pregunta Liam

Le echo un vistazo a la casa de los Jones. Las luces están apagadas y las cortinas subidas, tal y como lo estaban en la mañana. No han regresado.

- Su trabajo no se los permite, cultivar, cosechar y distribuir sus productos no es cosa fácil. Demanda días - le doy un sorbo más a mi vaso de leche.

-Entiendo. ¿Y esa bolsa? - pregunta señalando con la cabeza la pequeña bolsa negra.

- De los Jones. No han podido recogerla esta mañana y la señora Keins me ha pedido que se los entregue.

Empiezo a untar mantequilla sobre mi pan para luego poner mermelada sobre él.

- ¿Por qué tu vestido estaba con lodo?- pregunta Tyler cogiendome desprevenida.

- oh - es lo que único que escapa de mis labios.

Ambos fijan su mirada en mí esperando una respuesta.

- Resbalé - digo a los pocos segundos sintiéndome fatal ya que aunque no sea mentira tampoco es totalmente verdad.

¿Cómo podría decirles lo que realmente pasó?. No me atrevería.

Después de cenar y lavar los servicios me aseguro de cerrar con llave la puerta principal como la abuela nos lo pidió y subo con ambos hacia nuestros respectivos cuartos.

A mitad de la noche vuelvo a despertar con una mano sobre mi pecho, he vuelto a tener la misma pesadilla. ¿Será que algún día dejaré de tenerlas? Oigo pisadas provenientes del piso de abajo, intento incorporarme y es ahí cuando descubro que la puerta de mi habitación está abierta. Y lo único en que puedo pensar en este momento es en mis hermanos. Siento mi corazón latir a mil por ahora.

Bajo de la cama y en cuanto estoy decidida a caminar hacia el pasillo, el ruido cesa de repente.

El reloj marca las once y media. Corro hacia la ventana y alzo las cortinas dejando entrar la luz de la luna a la habitación. Al instante, un pequeño mareo me obliga a sujetarme del muro y cerrar los ojos con fuerza. Parpadeo una y otra vez en un intento de adaptar mis ojos a la nueva iluminación e intento distinguir con gran dificultad las dos figuras que huyen de la casa.

Corren con dirección a la luna.

Suelto un suspiro de alivio al no ver a Tyler ni a Liam a su lado. Sin embargo, ¿cómo lograron entrar? ¿qué pudieron haberse llevado?. Sin duda, nada de valor.

Una de ellas salta alzando su brazo derecho, como cuando uno festeja un logro y la otra no se hace más que seguir corriendo sin mirar atrás con su larga trenza francesa golpeando sobre su espalda. Me detengo en ella, especialmente en aquella flor blanca que ha colocado sobre su sien.

Es tan familiar que... que...

Me quedo helada.

Es ella.

Sin duda es ella.

Es Cloe...

Y ha dejado una nota.

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