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Minho despertó poco a poco y abrió los ojos acostumbrándose a la luz del sol. Escudriñó con la mirada el cuarto y, como se esperaba, encontró a Jisung durmiendo plácidamente estirado en el sofá que había en la habitación. Era la tercera vez consecutiva que se lo encontraba ahí. Él insistía en que alguien debía hacerse cargo y vigilar por si en las noches Minho necesitaba algo a pesar de todas las insistencias de Minho diciéndole que no era así. El mayor se aseguraba que cuando él fuese a dormir Jisung ya estuviera en la cama pero el pequeño era escurridizo y en las noches se escabullía hasta su cuarto.

Minho se incorporó entre quejidos e intentó levantarse para al menos poder tapar al menor con una de las múltiples mantas que la familia Han le había proporcionado. Jisung, entre que tenía el sueño ligero y que Minho no fue precisamente silencioso, se despertó. En cuanto vio al mayor de pie y con una mueca de dolor enseguida se incorporó y lo hizo volver a la cama.

―Ya sabes lo que te dijo el médico Minho ―repitió Jisung revisando el vendaje del muslo. ―5 días como mínimo de reposo total. Tienes suerte de que tu cuerpo ya esta acostumbrado a una recuperación rápida de las heridas.

―Sí... Lo siento doctor Han Jisung ―respondió con sorna mientras el pequeño procedía a cambiarle el vendaje.

―Después de cambiarte las vendas del hombro te llevaré el desayuno, ¿te parece? ―anunció mientras pasaba por el muslo de Lee una venda limpia. Le pidió que se acercara a él para que así le pudiera quitar la venda del hombro con más facilidad. Minho se acercó tanto a él que casi acaba reposando su mentón en el hombro del menor. Jisung sentía la respiración de Minho en su cuello y lo ponía nervioso, su ritmo cardíaco aumentaba por momentos. ―Te llevaré huevos y bacon, ¿está bien?

―Después de rehabilitación tendré que hacer mucho ejercicio para quemar todas esas comidas calóricas que me das ―repuso gracioso Lee aunque Jisung realmente se preocupó cuando le dijo eso.

―Si lo prefieres te llevo muesli o cereales... ―añadió en un susurro Han. Minho, al ver que su comentario le afectó se corrigió a él mismo enseguida.

―Oh, no, no... No hace falta, tranquilo. Unos huevos con bacon me apetecen mucho ―dijo con una sonrisa genuina que Jisung respondió iluminando su rostro. Minho acercó su mano a la mejilla del menor y la acarició con ternura mientras Han, inconscientemente, se acurrucó más en esa caricia.

―Eh... Bueno, sí, en nada vuelvo con tu desayuno ―dijo de repente Jisung, todo sonrojado levantándose casi de un salto de la cama. Lee rio levemente por la reacción del menor, de verdad que ese chico era muy adorable.

Así pasaron día tras día. Minho tenía órdenes estrictas de reposo total y las siguió al pie de la letra. No hizo ningún esfuerzo, solo hacia algunos ejercicios para ir recuperando la movilidad total en su pierna izquierda y hombro derecho. Mientras Jisung lo cuidaba y lo mimaba siempre y cuando no estuviera en clases. Se podrían haber acostumbrado a esta situación pero sin embargo Minho debía volver a su trabajo. Pasaron dos semanas enteras para la recuperación total de Lee Know y no le hizo falta ni un día más para ponerse a entrenar de nuevo. Cada mañana corría por el extenso jardín de los Han y luego, en la pequeña parcela que le habían proporcionado para sus entrenamientos y equipaje de gimnasio, levantaba pesas o practicaba sus llaves de defensa personal. Jisung supervisaba los movimientos del mayor con la excusa de si le pasaba alguna cosa o de si necesitaba algo en medio del entrenamiento, pero la verdad es que digamos que le gustaba ver a Minho entrenando sin camiseta y con todos sus músculos bien tensados.

―No te sobre-esfuerces demasiado ―advirtió un día Jisung mientras se acercaba a Minho con un batido energético.

―No te preocupes Sunggie, conozco mis límites ―respondió Minho tomando el batido y dándole un buen trago. ―Muchas gracias Sung.

Undercover || MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora