Regreso a Casa

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Notas del autor:

¡Por Odín! Terminé este trabajo que de verdad me ha causado dolores de cabeza. Este año me dije: «Escribiré sobre las parejas de las cuales no he escrito», entonces decidí hacer mi primera incursión al SPIRK y descubrí por qué no había hecho nada de esto antes. Sin embargo, logré reconciliarme con esta idea y obtuve un producto que en lo personal me gusta mucho.

Gracias a todos por seleccionar este trabajo, espero lo sigan hasta el final.

***

Kirk caminó hacia el transportado, en su mente sonaba una canción que hacía un par de horas había recordado y en eso momento era realmente difícil sacarla de su cabeza. Cuando las puertas se abrieron ingresó a la sala de transporte.

—Hola Scotty —saludó.

—Estamos listo capitán —informó el hombre mientras miraba la pantalla del transportador.

—Energice —ordenó.

Pasaron algunos segundos antes de que Spock apareciera la zona de transporte, Kirk sonrió al verlo.

—Bienvenido, Spock —saludó.

—Capitán —saludo Spock al bajarse de la plataforma.

—Es bueno volver a tenerlo entre nosotros —admitió con una gran sonrisa mientras caminaba hacia la puerta, Spock le dedicó una mirada como si analizara algo.

—Considero oportuno mi regreso al Enterprise.

Kirk sonrió y salió de la sala de transporte, Spock lo siguió.

Habían pasado dos semanas desde que su primer oficial fue llamado para participar en una investigación en la Base Estelar 15, a pesar de que la idea no había sido de su agrado, tuvo que firmar el permiso debido a que no tuvo excusa para justificar una negativa. Certificar la petición no fue difícil, lo complicado fue aceptar que Spock había tomado una decisión de ese tipo sin consultarlo de forma previa.

La conversación para pedirle a Spock una explicación por su omisión había quedado agendada para cuando este volviese; la idea de esperar por dos semanas se le había antojado eterna. Ellos tenían cuatro años en espacio profundo y pasaban casi la totalidad de su tiempo juntos. Por ello eso de esperar por dos largas semanas para volver a hablar con su primer oficial le resultaba desalentador al igual que tener que lidiar con su ausencia.

Cuando Spock se marchó Jim pensó dos cosas: la primera fue darse cuenta de lo acostumbrado que estaba a la presencia de su primer oficial; la segunda fue tener que lidiar con todas las emociones y sentimientos que traía ser consciente de la primera revelación. A pesar de que su capacidad de asimilación era grande, la partida de Spock había puesto algunas cosas sobre la mesa las cuales estaban siendo alimentadas por sus inseguridades.

La idea de que Spock no confiaba lo suficiente en él resultaba dolorosa.

A pesar de lo difícil que era tratar con Spock, había llegado a pensar que la misión en espacio profundo los unió, y aunque esta decisión parecía irrelevante después de todo lo compartido, por alguna extraña razón no dejaba de pensar que tal vez existían razones ocultas que él no podía establecer.

Él era consiente que siempre pensaba las cosas demasiado, no podía detenerse, por lo que para calmarse se dijo que aquello era solo por colaboración e interés científico; sin embargo, las dudas en su mente no pudieron ser calladas, no recordaba la última vez que fue tan catastrófico con un tema.

Para mantenerse tranquilo decidió mantener contacto con Spock, pero como no tenía excusa o tema de conversación, decidió enviarle los reportes diarios y en la parte inferior del mensaje adjuntaba un pequeño comentario, algo trivial, preguntaba por el día de su oficial y enviaba el mensaje. A pesar de que nunca recibió respuesta, hacer aquello le dio un poco de tranquilidad, porque estaba muy seguro de que Spock leía los mensajes.

Tener un vulcano como amigo, oficial o pareja era un verdadero reto debido a que la dinámica en la relación no era igual a la de los humanos, había demasiados matices a tomar en cuenta, todo era complicado.

Jim creía que hasta ahora lo había hecho bien. Pero estaba comenzado a dudar.

—Capitán —pronunció suavemente el primer oficial.

—¿Sucede algo, Spock? —Jim miró al vulcano.

—¿Usted...

El sonido del comunicador interrumpió la conversación; Kirk contestó, era una llamada del puente.

—Tengo que volver al puente, puede ir a dejar sus cosas y si lo desea puede presentarse a su estación de trabajo más tarde.

Spock asintió, ambos subieron al transportador; sin embargo, Spock se bajó primero necesitaba ir a su habitación para cambiarse y acomodar sus cosas, a pesar de que se encontraba en una cubierta diferente el aroma de Jim seguía muy presente, percibir aquella fragancia lo tomó desprevenido, habían pasado años y durante todo ese tiempo jamás percibió algo proveniente de Jim.

Aquello lo desajustó un poco, incluso estuvo demasiado cerca de hacer una pregunta inadecuada, si el sonido del comunicador no hubiese interrumpido, probablemente no se hubiese detenido. Y aquello era una clara violación a su formación vulcana, independientemente de la relación que tuviese con Jim él debía respetar la vida íntima.

Una de las razones por la cual Jim habría decidido dejar sus supresores fue que tal vez encontró una pareja estable. La llegada a esa conclusión trajo una emoción de inquietud en Spock. Eso no era propio de su raza y esta alteración emocional traía un sin número de situaciones a análisis.

Por ello decidió quedarse en su recamara meditando su comportamiento, el cual estaba siendo totalmente inapropiado. Que Jim hubiese conseguido una pareja era algo que no le debía afectar, al igual que ese aroma fascinante que lo acompañaba.

Notas finales: Por ahora no tengo muchas cosas que decir, solo debo aclarar que este capítulo sufrió demasiados cambios en este proceso de alcanzar la idea en mi cabeza. Nos vemos en el siguiente capítulo. 

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