Un nuevo comienzo

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El planeta era hermoso visto desde el puente de la nave, y desde abajo se veía igual de maravilloso, todo estaba lleno de flores y plantas de muchos colores, la vista resultó encantadora para Jim. El quipo escogido para llevar la misión caminaba por el sedero que los guiaba a un imponente castillo. A pesar de ser una sociedad tecnológicamente avanzada los Bjal respetaban mucho a su naturaleza y costumbres, estaban gobernados por una realeza, pero la gente se veía bastante feliz.

Aquel sendero los llevaba al interior de un castillo que era magnífico, <<Como en los cuentos de hadas>> pensó Jim. La verdad era que sí era bastante bueno tener un primer contacto donde no se jugaran la vida. El aire era ligero y todo parecía de cuento.

Hubo una pequeña brisa y entonces Jim estornudo.

—Cuando entremos, serán llevados al cuarto de reunión, para que empiecen las negociaciones, después tendremos el almuerzo y quedarán libres hasta la celebración de esta noche —comentó el ministro que acompañaba al grupo.

Jim sonrió.

—Gracias por su recibimiento —respondió Jim al hombre.

Cuando entraron en el castillo, Jim se impresionó con la vista, era asombrosa. El ministro los guio por unas escaleras y caminaron por un pasillo.

—Informare su llegada —comento el hombre mientras entraba por unas grandes puertas doradas.

Jim volvió a estornudar. Spock lo observó con curiosidad.

El grupo mantenía una distancia de un metro entre ellos, esa raza solo admitía el contacto físico íntimo entre personas que pertenecían a la misma familia o que mantenían alguna relación sentimental. Aquella cualidad había sido resaltada en los informes. Las puertas se abrieron y todos ingresaron a la sala. En el interior había tres personas más que Jim reconoció por los informes.

Todos saludaron y ocuparon su espacio en la mesa. La reunión empezó.

Fueron dos horas de preguntas y repuestas, sobre la flota, sus mandatos y sobre todo lo que conseguirían con el tratado. Al parecer los reyes terminaron complacidos porque firmaron el tratado para forma parte de la federación. En lo interior Jim sabía que aquello solo había sido formalidad, esta gente estaba muy dispuesta a pertenecer a la flota.

—Cuando salgan serán guiados a sus habitaciones, habrá una celebración esta noche puede traer a su tripulación si así lo desea, capitán —invitó el rey con amabilidad.

Jim asintió.

—Será un placer para nosotros —respondió Jim con una sonrisa.

Las puertas se abrieron y aparecieron cuatro criados para guiarlos. Los alféreces que los acompañaban fueron guiados hacia el otro lado del pasillo, mientras que él y Spock iban en sentido contrario.

—Notificar sobre la celebración al puente y que ellos se encarguen de replicar el mensaje al resto de la nave, la asistencia es de carácter obligatorio —ordenó Jim.

Spock asintió.

—Entendido, capitán —respondió Spock.

La mujer que guiaba a Jim se detuvo y señaló una puerta.

—Esta es su habitación —indicó amablemente la mujer que lo acompañaba, Jim agradeció, su vista se enfocó en Spock quien había sido guiado unos metros delante de él.

—Es libre de recorrer el castillo si es lo que desea. Sin embargo, recomiendo que no lo haga solo en caso de que su sentido de la ubicación no sea muy bueno. —La chica le dedico una amable sonrisa.

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