Fracaso suicida

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Lluvia. Es hermosa la lluvia. Parece como si el cielo estuviera llorando. Camino bajo ella, es el llanto del cielo que cae sobre mi cabello castaño. No sé a donde me dirijo, solo camino y observo a las personas abriendo sus paragüas y maldiciendo por lo bajo, ¿Que de malo tiene la lluvia? Es perfecta, es como si comprendiera mi tristeza.

-¡Señorita!- ¿me hablan a mi?, no, no lo creo -¡Señorita, cuidado!

Volteo la cabeza hacia enfrente, un camión viene directo hacia mi,parece que los frenos no funcionan, -seria mejor que me atropellara- pensé. Me quede quieta. Solo escuchaba que la gente gritaba horrorizada al verme ahi, al borde de la muerte, el conductor sonaba el claxon para que me quitara. No hice caso, cerre los ojos, estaba preparada para mi muerte. Entonces, sentí en mis costillas un fuerte golpe. Pero el camión aun estaba a 5 metros antes de llegar a mi. Oí los pasos de las personas acercandose & gritando cosas como: "muchacha loca", "torpe", "¿a caso te querias suicidar?"... la respuesta era si. Sentí un peso en mi regazo, como si alguien se moviera, lentamente abrí mis ojos y vi ante mi a un hombre, tenia rulos, unos hermosos ojos azules y barba de apenas tres dias. Era guapo, bastante diria yo.

-Señorita, ¿esta usted bien? -aquel joven fue el que me empujó lejos de lo que pudo ser mi muerte. -¿señorita?, ¿me escucha? -solo asentí

-si, estoy bien, gracias

Rápido me levanté del suelo y caminé lejos de esa multitud de gente. Sentí mis mejillas húmedas. Habia dejado de llover. Claramente no era de la lluvia esas gotas, eran mis ojos, estaba llorando

-¡perfecto!, casi me libro de seguir con esta estúpida vida y llega alguien a impedirlo. Maldita mi suerte.

-¡Hey!, ¡señorita! -oh no, ¿él?, regresé a verlo y estaba más cerca de lo que pense -señorita, lamento seguirla, pero dejó su mochila que llevaba, creo que se rompieron unos objetos que traia por el golpe, pero no se preocupe si quiere...

-Gracias -lo interrumpí, agarre mis cosas y deje plantado a aquel joven.

Antes de lo pensado, llegué a casa, abrí la puerta y vi una escena desagradable, mi padre, con una mujer y no era mi madre, estaban en el sofá de la sala. Por lo ocupados que estaban, no notaron mi prescencia, corrí hacia mi cuarto y me encerré. Saqué una caja debajo de mi cama que tenia con letras grandes "EMERGENCIA" la abrí y dentro habían como diez navajas de diferentes formas y tamaños. Dentro de esa caja metí un frasco con pastillas para dormir y una botella de whisky, las dos conseguidas por manos de Bill, un tipo con los mismos problemas que yo, la ventaja de él era que ya era mayor de edad, yo apenas tenia 17, a él siempre le pedia drogas o cigarros, pero esta vez pedí algo más, ya no queria ser feliz solo por los efectos de la marihuana o fumar hasta perder el conocimiento; ahora queria morir, descanzar por fin y lo haria, solo faltaba armarme de valor.

Escuché un vidrio rompiendose, eso no era buena noticia, seguido de esto escuché gritos. Claramente mi madre habia llegado y encontró a mi padre con esa mujerzuela. Pegué mi oído a mi puerta para poder escuchar lo que decian.

-¿Que no te da vergüenza traer a esa mujer a la casa?

-Escuchame Marie yo...

-¿No te importaba si Alice los veía? -y ahí iba yo, me meterian en su discusíon e iba a terminar peor

- Escucha Marie...

-¿No crees que ya es suficiente por lo que pasamos? ¡Intentamos seguir adelante despues de que intentó suicidarse! Y tu...

-¡MARIE! ¡¿Crees que lo he olvidado?! Nuestra hija ya esta rehabilitada, los psiquiatras ya nos aseguraron que Alice estaria bien y por favor dejame explicarte que fue lo que...

-¿Que paso entonces Ronald? No me vayas a salir con lo de siempre, no me digas que estas tratando de aliviar tu estrés porque lo que hiciste fue cometer un infidelidad y se que lo haz hecho mas veces

-Mira Marie, esta es la primera vez y me arrepiento de que lo haya hecho asi que por favor perdoname...

-¿Quien me asegura eso? Me estuve rompiendo la espalda trabajando mientras tu quien sabe con cuantas zorras te hayas acostado -hubo un silencio, parecio como si nunca fuera a terminar -¿Y Alice? ¿Donde está Alice?

-No lo sé

-¡Alice! -oh no, esto no era bueno -Alice baja de inmediato.

Asi lo hice, baje temblando, con la cara pálida y la sangre helada.

-¿Me hablaban? -dije con un nudo en la garganta

-¿Viste a tu padre con la mujerzuela?

-yo... -no sabia que decir- yo...

-Lo tomaré como un sí, ¿ha estado con otras mujeres?

-ammm...

-bien, te puedes ir

Corrí hacia mi cuarto, sabia que me iria mal, no sé a quien le tengo mas miedo, si a mi padre o a mi madre. Le puse seguro a mi puerta y seguí escuchando gritos, me fui a mi cama, no iba a poder dormir, no queria dormir, sabia que pasaria cuando mi padre subiera, me daba miedo. Comencé a llorar, agarré de nuevo la caja y estaba dispuesta a agarrar las pastillas y dormir para siempre, abrí el frasco cuando alguien golpeo la puerta.

-¡Alice! -Era mi padre -¡Alice!, ¡Abre la puerta! -no, no lo haria -¡Que abras la maldita puerta carajo! -segui en mi cama, guardé rapidamente las pastillas y la caja, mi padre se enojaria y tiraria la puerta, lo sé. Y en ese instante oí una patada en la puerta. Otra, y otra y otra vez, hasta que consiguió tirarla. Solté un grito ahogado cuando mi padre me vio con esa sucia mirada.

-¡Cuando te de ordenes debes de obedecerlas maldita perra! ¡Eres igual que tu madre!

- Dejame papá -suplicaba entre sollozos -No me hagas nada por favor

-¿Que no te haga nada? ¡¿Que no te haga nada?! ¡Tu madre me vio con otra mujer y tu no hiciste nada para defenderme! Esta la pagarás muy caro Alice, terminare contigo lo que no pude terminar con la otra.

Suplicaba entre sollozos que me dejara en paz mientras él se sacaba la ropa. Me agarró de las manos con fuerza y me dio un golpe en la mejilla diciendome que me callara, trataba de hacerlo cuando sentí como con sus asquerosas manos empezaba a recorrer mi cuerpo. Seguía llorando.

-No, por favor, dejame -suplicaba sin esperanza

-Callate sino quieres que te vaya peor.

Sentí que me dio otra bofetada. Solté un gemido de dolor, lo cual lamenté, pues el degenerado lo confundió y provocó en su mirada una expresion de lujuria y deseo sucio. Lloré, intenté gritar, pero lo que conseguí fue que me golpeara. Me utilizó como saco de boxeo hasta que perdí la razón.

My Sweet Fallen Angel ~Jay McGuiness~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora