Una gran aventura

El friki

Elliot:

A él lo conocí en una fiesta de disfraces que estaba dando una compañera del taller de teatro en su casa. La verdad es que, cuando lo vi en su traje de panda capturo mi atención de inmediato y no fue por su físico ni su linda cara de bebe con esos lindos ojos café, ni su adorable sonrisa y ni hablemos de su confianza a la hora de "bailar"; lo que en realidad llamo mi atención fue la abertura que tenía en la parte baja de su espalda que dejaba ver su bóxer de Batman. No entendía cómo no se había dado cuenta o si no sentía un vientito fresco entrando por esa abertura.

Y así fue como nos conocimos, yo lo ayude a remendar su disfraz mientras hablamos sobre cuál fue el mejor Batman en los últimos tiempos. Recuerdo que me sorprendió verlo, unos cuantos días después en el patio del colegio. No sabía que íbamos al mismo colegio pero me alegro mucho volverlo a ver, desde ese entonces no dejamos de hablar y cada vez que sale una nueva película de Marvel, DC Comic o incluso de Disney, nos ponemos de acuerdo para ir al cine a verlas y luego debatir con tranquilidad en nuestra cafetería favorita.

Con el tiempo, Elliot se fue convirtiendo en alguien incondicional para mi y para el grupo.

Él es ese chico con el que todas soñamos alguna vez en nuestras vidas pero después terminamos prefiriendo al tarado que sabemos que nos romperá el corazón. Es tan dulce, tierno y amable, es tan adorable que no entiendo como es que casi siempre lo dejan el la friendzone. (en mi caso es porque ninguno sintió atracción por el otro).