Capítulo 24 Irreconocible

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—¡Llegué! —Ingrid se adentraba en mi cuarto como si fuese el de ella.

—Hola. —reí.

—Okey, faltan cuarenta minutos para la fiesta.

—¿Crees que llegaremos?

—Por supuesto guapa, déjamelo a mí.

Me guió hacia la cómoda silla frente al tocador pero la movió para que no pudiese verme al espejo. Supongo que esta noche me sorprendería.

—¿Qué tal todo?—preguntó.

Bueno, estoy en este castillo para averiguar la presunta muerte de mi hermana. Hasta ahora no me agrada mucho todo lo que encontré pero soy muy buena actriz ya que ni tú ni tu amigo Trevor se han dado cuenta.

—Excelente, aunque el castillo suele ser un poco aburrido.

—Lo sé, solo vengo por aquí de vez en cuando. Trevor y Arthur son como mis hermanos. —comenzó a maquillarme un poco.

—Son amigos de toda la vida, ¿No? —la chica asintió con una sonrisa en su rostro— ¿Nunca te enamoraste de uno de ellos?

—Oh...Sí, del príncipe.

—Y... ¿Qué pasó? —traté de sonar desinteresada.

—Es algo raro. —suspiró— Créeme que me enamoré de él pero no podíamos.

—Ahh.

—Sí, culpo a la distancia.

—Pero todavía lo quieres.

—Sí. Lo amo y siempre tendrá un lugar en mi corazón pero ya lo superé, quiero que sea feliz. Incluso si es contigo. No pestañees. —comenzó a delinear mis ojos.

—¿Disculpa?

—Vamos princesa. Algo me ha contado.

—No tengo nada que decir.

—Está bien. —rio— Terminé el maquillaje. Ahora lo más importante.

Sacó de su bolso un spray y comenzó a rociarlo en las puntas de mi cabello, era color negro, mi pelo era rubio y bastante claro. Al terminar me arrojó un vestido, el cual miré sorprendida.

—No me pondré esto.

—Eugennie, nadie debe reconocerte esta noche. Es un vestido que no podrías usar por tus estúpidas reglas.

Suspiré y me dirigí al baño de la habitación para cambiarme.

—¡No quiero que te mires al espejo!

Me vestí sin romper la condición de Ingrid y cuando terminé salí.

—Estás radiante.

—¿No crees que es algo corto?

—Para nada, ven. —me estiró su mano y al tomarla me acompañó al espejo del tocador. En verdad me veía irreconocible.

—¿Cómo te sientes?

—Linda...

—Eres linda con o sin maquillaje Eugennie.

—Muchas gracias. —sonreí mientras mis mejillas enrojecían.

—Iré por los muchachos. Ponte los zapatos que quieras.

Asentí con la cabeza.

—Oh y si sales que sea en silencio, recuerda que el rey no debe enterarse.

—Está bien.

Tomé unas botas verdes oscuras de terciopelo que tenía en el armario. Miré mi reflejo nuevamente y sonreí, parecía aquellas chicas de películas. Gracias a las reglas de la corona nunca podría vestirme así y me molestaba demasiado porque este tipo de prendas eran hermosas.

Salí de mi habitación y me dirigí al jardín, allí había una salida secreta según los chicos. Observé que se encontraban reunidos en una esquina del inmenso jardín y caminé hacia ellos asegurándome de que nadie me viese.

—Wow. —dijo Trevor, causando que Arthur volteara.

—Princesa...

—¿Vamos?

—Sí, llegamos algo tarde.

Caminamos hacia un pequeño rincón sin luz y el príncipe corrió una cortina de hojas que tapaba una puerta color verde oscuro con una manija dorada.


(...)



—¿Quieres algo de tomar?—preguntó Trevor.

—No sé demasiado de tragos.

—Te daré el que contenga menos alcohol.

—¡Tres tequilas, por favor! —pidió de pronto Ingrid.

—No creo que sea buena idea. —habló el chico.

—Sí que lo es, porque es la primera fiesta de Eugennie. —pasó su brazo por mis hombros.

—¿En dónde está Arthur?

—Con sus amigos, dijo que vayas.

La fiesta era en una mansión, por lo que entendí el anfitrión era un joven hijo de un empresario muy importante para Noruega. Tenían su propio barman, todo era muy nuevo para mí. Mi vista se centró en la pista de baile, en donde habían varias personas moviéndose al ritmo de la música, normalmente la música del palacio era lenta o la tradicional del país. Esta música era bastante movida y eso causaba un poco de descontrol en sus cuerpos.

—Escucha, debes tomar esto y luego comes el limón.

—¿Comer el limón? —fruncí el ceño— No creo que me agrade.

—Ayuda un poco con la bebida, hazme caso.

Ambas tomamos el pequeño vaso y los chocamos, luego llevamos la bebida a nuestra boca y no puedo describir el asco que me dio al sentir el sabor de dicho líquido en mi boca pero pude digerirlo sin que se notara mi desagrado.

—¡Vamos a la pista!—gritó debido al volumen de la música.

Me guió hasta dicho lugar y comenzó a bailar.

—Debes menear tus caderas Eugennie, anda.

Outfit de Eugennie.

Outfit de Eugennie

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Outfit de Arthur.

Outfit de Arthur

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[EN EDICIÓN] #𝟷 𝒞𝒽𝒶𝓇𝒾𝓉𝓎 𝒻𝑜𝓇 𝓁𝑜𝓋𝑒 | @Princessarmy09Donde viven las historias. Descúbrelo ahora