Capítulo 12

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Capítulo 12. Aparentar.

 Aparentar

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Luego del té el príncipe decidió invitar a sus amigos a cenar, no tuve la oportunidad de objetar, pues no era mi castillo. A Andreas no le molestó, últimamente no estaba presente.

—Debo irme. —dije, poniéndome de pie.

— ¿Por qué? —preguntó el príncipe.

—Tengo algunas cosas que hacer. —respondí.

—Oh... —suspiró Arthur— ¿Te veo en la cena?

—Claro. —observé a Trevor e Ingrid— Con permiso.

Me retiré del lugar para ir en busca del viejo diario. Una vez que lo tuve entre mis manos, me refugié en la habitación de Harper para que nadie fuese capaz de interrumpirme.

10/03/1999

Mi infancia.

Fue algo difícil, es más, me atrevo a decir que fue la etapa más horrible de mi vida.

Cuando tenía treinta años me diagnosticaron trastorno explosivo intermitente, ataques de ira para ser más claro. Este trastorno puede tener distintas causas, la mía es por mi entorno. Mi padre solía tener muchos episodios de violencia contra distintas personas, nunca me hizo daño y a mi madre tampoco. Normalmente los empleados eran los que pagaban.

Hoy en día puedo decir que de a poco he aprendido a controlarlo, en verdad espero que mis nietos no lo extraigan, es una total mierda. A día de hoy me arrepiento de varios episodios.

Recuerdo una vez en que mi padre me atrapó en pleno ataque de ira, decidió encerrarme en las cárceles que están bajo el castillo las cuales se encuentran en la que ahora es mi oficina, detrás de la biblioteca, es un secreto que jamás revelaré. No quiero que nadie esté en ese horrendo lugar.

Me dejó allí unos tres días, para ese entonces no me habían diagnosticado, él pensaba que era puro capricho y, tal vez tenía razón, pero, en verdad no podía controlarlo. Ahora me encuentro en tratamiento, me recomendaron escribir para desahogarme y creo que de a poco funciona.

Fruncí el ceño, sorprendida. Estaba leyendo el diario de un difunto rey, es como si me comunicara con él. Una vez lo había visto y no parecía muy amable, luego de leer esta parte no sabía qué pensar, tenía varios puntos, él era violento pero, a la vez trataba de controlarlos por medio de tratamientos psicológicos.

Pensé en el actual rey de Escocia.

Salí de la habitación de mi sobrino y caminé hacia la oficina de Andreas, ¿En verdad había una cárcel allí? Si la respuesta fuese afirmativa no creo que nadie nunca se haya dado cuenta, bueno, yo nunca lo hice, pero solo había entrado una vez.

—Princesa... —alejé mi mano del picaporte— ¿Qué haces?

—N-Nada. —escondí el diario tras de mí.

— ¿Qué tienes ahí?

—No es nada, príncipe.

El chico entre cerró los ojos.

—Es algo mío...—susurré mientras desviaba la mirada.

—Está bien. —sonrió— Las empleadas me avisaron que tu celular sonaba como loco.

Asentí con la cabeza y comencé a caminar.

—Eugennie. —me di la vuelta— ¿Por qué no le dijiste a Ingrid que eres una princesa?

—Quise ser anónima por un momento, —aclaré— agradecería si tú y tu amigo siguen sin revelar mi identidad.

—Así será.

—Muchas gracias.

Ésta vez me retiré intentando que el diario no se vea. Al llegar a mi celular lo revisé y devolví la llamada.

— ¡Eugennie!

—Hola. —sonreí al escucharlo.

— ¿No piensas llamarme nunca? —oí la voz del rubio al otro lado de la línea.

—Lo siento, aquí se hacen muchas cosas, ¿Sabes? esta tarde ha llamado Roger para reprochar lo mismo.

— ¿Cómo estás?

—Muy bien, este país es algo diferente.

— ¿Diferente bien?

—No lo sé, hay otra energía.

—Oh.

— ¿Tú? ¿Cómo estás? —cambié de tema.

—Bien supongo. —suspiró.

— ¿Seguro?

—S-Sí, te extraño demasiado. ¿Recuerdas el escondite secreto que teníamos los cuatro?

—Sigue en el palacio. —reí mientras comenzaba a caminar en dirección al jardín.

—Adiós Eugennie, cuídate por favor.

—Tú igual, Luke. Adiós.

Finalicé la llamada.

Habíamos conversado toda la tarde, por lo tanto la noche había caído, el sol se había escondido y el transcurso fue maravilloso de ver, más en compañía de Luke, que era una especie de hermano para mí, sabía que siempre podía contar con él.

—Eugennie.

—Hola. —sonreí.

—Estuviste toda la tarde aquí. —frunció el ceño.

—Hablaba con un amigo.

— ¿Amigo o novio?

—Oh, no. Era mi...—me detuve— Disculpa príncipe pero no creo que deba darte ninguna explicación. —reí.

—T-Tienes razón, la cena estará lista en unos minutos supongo. —rascó su cabeza.

—Está bien.

[EN EDICIÓN] #𝟷 𝒞𝒽𝒶𝓇𝒾𝓉𝓎 𝒻𝑜𝓇 𝓁𝑜𝓋𝑒 | @Princessarmy09Donde viven las historias. Descúbrelo ahora