O de un par de veces que Fargan intentó proponerle matrimonio y una donde no fue, casi, necesario
1
Mira el anillo como si no creyera que realmente se ha atrevido a hacerlo. Está justo ahí en esa caja de terciopelo que logró conseguir en una de las tiendas del poblado, fue inesperado cuando uno de los vendedores le confirmaron que sí tenían. Es color azul oscuro, como el cielo nocturno que llega poco después del atardecer, un color que siempre le recuerda a Alexby. El anillo también le ha costado, no por los diamantes, sino por el diseño del aro.
Estuvo al menos seis horas descubriendo cómo fundir y crear una aleación de oro blanco, pero al final ha valido la pena. Un anillo sencillo, de oro blanco y con pequeñas ondas diseñadas en el interior de este. No es el que más resalta, pero es el que más sobresaldrá en sus vidas. Ahora la cuestión es dárselo. Y eso puede llegar a ser la parte más complicada de todo el proceso.
No sabe si tiene que elaborar toda una cena y hacer el típico cliché de ambiente para eso. Ellos no tienden a ser así, pero no se le ocurre un escenario mejor para una propuesta. En realidad, hay muchos más. Sin embargo, los nervios a un rechazo provocan que Fargan solo ponga a funcionar la mitad de su creatividad. Son muchas las veces que ese lado del cerebro no quiere reaccionar debida a demasiada presión.
También tiene que esconder bien el anillo, desde que viven juntos es casi imposible que uno no encuentre las cosas del otro: mismos armarios, comparten el código de todos los cofres [Alexby insistió en una contraseña más complicada]; por ende, debe de ser cuidadoso.
Es una de esas tardes que regresa primero. Ya tiene todo en mente, solo debe asegurarse de ser rápido y preparar lo necesario. Sabe bien que puede contar con ayuda, pero se trata de esos detalles que quiere completar por él mismo. El reloj avanza, siendo el ruido de las manecillas junto con la música, sus únicas compañías en el trascurso que da entrada a la noche. Termina casi a tiempo, se da un baño, porque definitivamente no quiere el olor del sudor o rastro de harina por su rostro. Trata de arreglarse demasiado o Alexby puede sospechar.
Sin embargo, el tiempo pasa y Alexby aún no ha regresado. Se preocupa, no es normal aquello. Después de que transcurre hora y media decide salir a buscarlo, hasta que una llamada le detiene.
- Fargan, tío. – Es Luzu. – Perdona, Alexby está ahora en mi casa, no hemos podido llamar antes.
- ¿Qué ha pasado? –
- Nos hemos topado con una mina secreta y no te imaginas, que nos hemos salvado por los pelos, creo que casi llegamos al ender. –
- ¿pero cómo se les ocurre hacer eso? –
- Ya, Auron me ha gritado lo mismo, en fin ¿vendrás por él? Volvimos demasiado cansados que casi y se queda dormido en mi patio. –
Fargan suspira, imaginándose a Alexby en alguna parte de la casa, que ese hombre tendía a tener el sueño pesado. Va en seguida. Sí le frustra un poco dejar todo su preparativo atrás, pero primero se trataba de cuidar a su niño.
2
La segunda vez no fue tan planeada, pero tampoco resultó.
- Y entonces podríamos ir a explorar más allá del otro pueblo ¿qué te parece? – Pregunta Alexby.
- Estaría bien, pedirle a Lolito que le de vacaciones a su jefe policial y segundo a cargo. –
- Creo que nos merecemos unas vacaciones. –
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7 días, 7 momentos [Fargexby week]
FanfictionSiete diferentes temáticas y siete one-shots conectados para contar una simple historia de una pareja caprichosa. [Perdón banda, estos niños me pueden demasiado:( ] Karmaland: Fargexby.