☆Fideos Picantes☆

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Narrador Omnisciente

¿Se han preguntado cómo será estar completo? ¿Sentirte pleno? ¿Feliz? Son las mismas preguntas que cierto chico pecoso y de verdosos rizos se pregunta cada día desde hace varios años. La sensación constante de pérdida, de saber lo que es vivir la compañía de ese ser nacido de la misma llama que ahora es una simple sombra de la calidez que mantenía a su corazón con vida.

Izuku sabía muy bien que fue su decisión el ignorar lo que había pasando entre los dos. Pero aunque vive repitiéndose a sí mismo que prometió olvidar todos sus sentimientos por su propio bien, aún había una pequeña parte en su interior que desesperadamente trataba de aferrarse a esa esperanza de algún día regresarían esos hermosos días que pasaba en compañía del en ese entonces culpable de su alegría. Claramente se sentía como un tonto, simplemente no podía encontrar fuerzas para luchar en contra de su corazón, dejando de lado varios hechos importantes, ignorando la principal razón por la que se habían distanciado en primer lugar. Deseando fervientemente recuperar lo que había perdido, no pudiendo darse por vencido.

A pesar de saber que años atrás había algo sucediendo en sus corazones, él sabía firmemente que después de tanto tiempo, el amor que alguna vez parecía haber sido correspondido, hoy en día era en una sola dirección, incluso parecía haber sido así siempre. Viviendo sus días con la idea en la cabeza, buscando una y mil formas de olvidar ese primer amor de una vez por todas.

Y así, esa noche era una más que estos ahora fríos corazones pasaban en vela, buscando una forma de saciar la necesidad de pertenencia que constantemente les invadía. Con un chico rizado imaginando la compañía del otro a su lado, soñando lo que podría haber sido y finalmente aceptando la idea de que no tenía otra opción más que dejar ir ese amor que profesaba desde hace ya varios años. Pero ¿cómo?, se encontraba atontado por el amor, y aunque su cerebro decía una cosa, claramente su corazón lo hacía actuar de otra forma.

A la mañana siguiente...

Daba la casualidad que una vez a la semana estos dos chicos, gracias al desvelo que vivía el menor, terminaban por encontrarse de camino al aula, un día que no sólo era tortuoso para su corazón, sino también uno de los momentos que más esperaba en la semana. Ya que, era el único momento donde podía sentir plenamente la compañía del otro, que aunque sin palabras, parecía ser la única oportunidad que vivía para apaciguar la desesperación que vivían día con día.

Así, un rubio cenizo caminaba delante del otro a paso lento, mientras el pecoso no hacía ni el menor esfuerzo por rebasarlo logrando que el recorrido al aula durara el mayor tiempo posible. ¿Si llegaría tarde? Claro que sí, pero no podía importarle menos, ese era el día que llevaba una semana esperando, y llevando la contraria a su sentido común, él iba a disfrutar en secreto la compañía de otro.

-¿Eres tan idiota para no escuchar un simple despertador otra vez, Deku?- Dijo el rubio cenizo sacando de sus pensamientos al pequeño. Izuku pensó que era una pregunta algo tonta sabiendo que él es el otro alumno que llegará tarde a la clase. A veces podía ser blanco de las ofensas del mayor, pero no le importaba, lo aceptaba siempre y cuando encontrara la forma de entablar aunque sea la más simple conversación con él. Ya que, en este punto, era la única forma en la que podía vivir aunque sea una simple interacción con él.

-T-tú también estás llegando tarde Kacchan...-Cualquiera pensaría que el pecoso parecía nervioso por la golpeada forma de hablar del chico explosivo, pero en realidad sólo era una simple y natural reacción de su ser, pues llevaba esperando ese "saludo" disfrazado de insulto por días y no podía evitar el sentir, muy a su pesar, cómo su cuerpo entero se llenaba de una inexplicable emoción al escuchar la rasposa voz dirigirse a él.

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