Capitulo I

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La brecha por fin había sido cerrada. Pero ¿A que costó? La vida de un padre soltero que añoraba la paz en toda la galaxia. Según Jack, ese era el peor error que pudo haber cometido su amigo y compañero John Goodspeed. Era ridícula la idea de que se haya sacrificado "por un bien mayor". Y ahora estaba el, con su nuevo poder recién adquirido.

– Oh John...

Miro la inexistencia misma de esa persona, pues se había desvanecido junto con la brecha que daba al Final Space. Su vista se desplazó por toda la nave, que con suerte había salido ilesa, llegando así a ver el tablero de control del capitán antes mencionado. Allí vio una foto, de su difunto amigo y su hijo.
Lo pensó ligeramente, tal vez para los demás fue un héroe, pero para él no, podría haber sido cualquier otra persona pero no el, y aún así fue el.

Tomo rumbo hacia la tierra, seguro de lo que iba a hacer a continuación.

Gary estando en la tierra lloraba por la reciente noticia, sin poder evitar que hasta respirar le calara en los pulmones, pues cuando podía dejar de llorar tomaba bocanadas de aire para seguir llorando, recordando a su padre muerto

– Mami... Papi...

No había quien le diera consuelo. Ni un amigo, ni familia, nada. Estaba completamente solo.

– No estas solo pequeño...

Aquella voz tétrica llamó su atención, saliendo de ninguna dirección le sorprendió mucho.
Volteo a todos lados, esperando ver a alguien pero sin lograr hacerlo.

– Se que duele, Gary...

Rindiéndose el niño pequeño se sentó. Ni siquiera se cuestionó cómo era que sabía su nombre. Las lágrimas empezaron a brotar nuevamente, aunque trataba fuertemente de retenerlas en sus grandes orbes azules.

– Duele mucho...

El llanto se liberaba de forma continua, ya no le dolía tanto como antes pues por lo menos la voz en su cabeza le ayudaba a hablar con alguien, aunque no supiese quien era ese alguien.

– Oh, lo se, te entiendo mi niño... entiendo lo que sientes...

Entonces fue cuando vio una pequeña figura de su tamaño descender detrás de él, con una mirada seria y ojos brillantes. Le pareció interesante.

– ¿Tal vez te sentirías mejor si damos un paseo? Se que te gustan las naves espaciales y da la casualidad que tengo una.

El pequeño Gary asintió, limpiando sus lagrimitas de infante. Mientras aquella persona le ofrecía la mano, el pequeño niño no solo la tomó, si no que también se lanzó a abrazarlo, buscando el consuelo que nadie más le daría.

Sintió pequeñas palmadas en la espalda, que era justo lo que buscaba, aunque sea una pequeña muestra de cariño.

La nave apareció de pronto frente a ambos, asombrando a Gary. Emocionado subió a esta mientras el extraño ser desconocido le seguía, aún con esa mirada tan seria.

– Wow! Es asombroso!

Solo tal vez, la visita a el espacio exterior lo había animado aunque sea un poco, le sorprendía las millones de estrellas que podía ver, ni siquiera podía contarlas!
Entonces recordó a su padre, pensó qué tal vez no había muerto. Tal vez solo se había convertido en una de esas tantas estrellas.

– Veo que te gusta mucho la galaxia.

Sintió como le agarraba por el hombro aquella "persona", aún sin poder determinar qué era exactamente. Solo asintió, mientras seguía mirando al infinito espacio.

Mano derecha (GaryCato)Where stories live. Discover now