Todo surgió a raíz del primer texto, Como si..., que no sé si calificar como poema o prosa poética, aunque tampoco veo la necesidad de ponerle una etiqueta. Lo escribí el 14 de abril de 2019, cuando asistía a un taller de literatura en la universidad.
Teníamos que llevar algo que leería otro compañero y yo no tenía nada hecho. En aquella época había descubierto a John Fante y a Charles Bukowski (al que menciono varias veces durante el libro), y la idea era hacer una especie de homenaje; es decir, un texto de ese tipo, de realismo sucio. Esto se debía a que el que lo iba a leer era un hombre que escribía los poemas más abstractos que he tenido el placer de escuchar (un saludo para ti, Miguel). Básicamente, pensé que sería divertido escuchar decir palabras malsonantes a alguien que hablaba del amor mediante el uso de palabras como «acero», «cenizas» y otras tantas más inconcretas. Y lo fue. Una vez cumplido su objetivo, el texto quedó como una anécdota y me olvidé de él.
Más adelante, en agosto de ese mismo año, hice otro relato, esta vez el de Precauciones. Me divertí escribiéndolo, cosa que no me suele ocurrir muy a menudo, dado que al escribir tiendo a proyectar lo peor de mi alrededor y de mí mismo; utilizando la escritura como método de desahogo emocional. Aunque intento centrarme en, simplemente, contar una historia. Espero que esta tendencia siga en aumento y que lo próximo que saque (en caso de que lo haga) sea una novela.
Por esa razón, este libro, además de contar una historia, trata principalmente sobre la parte más desagradable del ambiente de fiesta (y de la sociedad), como el exceso de alcohol y drogas, las peleas, los manoseos indeseados, el machismo y el tener que aguantar a imbéciles; en vez de ser una novela de comedia romántica sobre cómo una pareja se conoce en una discoteca, viven felices y comen perdices. Si buscas algo así (me voy a permitir el lujo de tutearte), te recomiendo dejar de leer esto y ver una película de Jennifer Aniston.
He intentado hacer que los diez sean diferentes entre ellos a pesar de mantener ese mismo tema común. No sé si lo habré conseguido, pero no seré yo quien lo juzgue. Además, he hecho el esfuerzo de escribirlos como si mi opinión le importase a alguien y hubiese descubierto América, pero, al igual que con Colón, no es así.
Para acabar, como es de bien nacido ser agradecido, supongo que no está de más mencionar el apoyo que me han dado, de una forma u otra, durante estos años que llevo escribiendo: Ane, Ander, Asier, Diego, Iñigo, Julen, Leire, Mar, Mikel y todos los de mi kuadrila y los del taller de literatura (y el profesor Iñigo). Por último, dar las gracias a Viktoria, por darme feedback y ánimos para seguir escribiendo los restantes.
Dicho esto, me despido. Hasta la página siguiente.
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Un sábado cualquiera (COMPLETO)
Short StoryNo todo es diversión las noches de fiesta, también hay decisiones erróneas, ligues fallidos, exceso de alcohol y drogas, peleas, manoseos indeseados, machismo y tener que aguantar a imbéciles. Este libro se compone por diez textos de diferentes esti...