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Walter, antes de dejar solo al hombre, siempre debía asegurarse de volver a encender la cámara, hacer que Killian vuelva a la jaula y obviamente encender la barrera eléctrica. Era una rutina bastante larga, pero a ambos les entretenía bastante.

El castaño estaba volviendo a poner los muchos cerrojos que tenía esa puerta de acero, tardó un rato pero terminó, se puso de pie luego de colocar la última traba que se encontraba casi a la altura del suelo. Cuando volteó para caminar por el pasillo de vuelta a su oficina, se encontró con Sterling.

- ¿Averiguaste algo? – lo interrogó cruzado de brazos con esa mirada acusadora que era típica de él.

Walter sujetó los puños de su camisa, nervioso por no saber que responder. No quería que usaran a Killian para obtener información, pero también quería sentirse útil para la agencia y para Lance.

- Pueees… – dijo alargando las dos últimas letras. Lance rodó los ojos y separó los brazos.

- ¿Si o no?

- Si, pero…

- ¿Qué te dijo?

- Bueno… él…


Lance levantó ambas manos, con los dedos índices apuntando hacia el techo, como si se hubiera dado cuenta de algo.

- ¿Lo estás cubriendo? – cuestionó apuntándolo a el y luego a la puerta reforzada.

- Lance, me ofende que pienses eso de mí. ¿Dónde quedó nuestra confianza mutua?

- Walter… – lo miró arqueando una ceja, cruzando los brazos nuevamente.

- Si, lo estoy cubriendo. ¡Pero no es nada malo! Solo me dijo que él fue quien hizo su propia tecnología. Te lo juro por mis inventos. – confesó levantando la mano derecha en señal de juramento.


Lance miró dudoso al chico, pero después le sonrió, creyendo en sus palabras. Se colocó a su costado y lo rodeó con su brazo derecho, para que pudieran caminar juntos.

- Está bien. Vamos, tenemos una misión en Ohio. – el chico sonrió emocionado y dando un saltito.

- ¡Excelente! Tengo un nuevo artefacto que quiero probar. – dijo apresurando el paso, rebasando al de piel morena.

Lance sonrió al ver la emoción del más joven, desde que lo volvieron a contratar y le dieron una oficina más digna, el era quien daba color a la agencia. Literal y metafóricamente, el chico había convencido a la directora Jenkins de colocar decoraciones por todo el lugar. Como serpentinas y letreros que tenían frases motivadoras.

Sonriendo y pensando en el castaño se alejó de la puerta. Lo que ninguno de los dos había notado, era que la pequeña rendija deslizable para ver dentro de la habitación, había quedado abierta.

Desde el interior, el ojo robot de Killian había observado esa escena. Su ceño estaba fruncido, no por que Walter haya revelado el origen de su tecnología, eso ya le daba igual era información que no importaba si se sabia. O cualquier información que pudieran sacarle, ya estaba atrapado ahí.

Tampoco le importaba que hayan usado a Walter para sacarle información, se notaba que el chico no quería revelar sus secretos.

Lo que le estaba molestando era la interacción entre esos dos.

La forma en la que Lance lo miraba, le hablaba o incluso cuando le ponía una mano encima. Su ojo izquierdo dejó de ser un color turquesa, para tornarse rojo brillante.

Gruñó en voz baja. Apretando su puño izquierdo, provocando un sonido metálico.

Se dirigió hasta la estúpida cama de la celda, metió la mano derecha debajo de la almohada y sacó una caja de jugo vacía y aplastada. La volteó y detrás había un mensaje escrito a mano con un marcador negro.

“Espero que esto le levante el ánimo, pronto le traeré más cosas"

Y en la esquina inferior derecha la nota estaba firmada, por Walter.

Sonrió de lado y volvió a guardar la caja de jugo, pero no cualquier caja de jugo. Era la que Walter había traído para él.

“Ese Sterling me quiere robar al muchacho”


Stone cold... or notDonde viven las historias. Descúbrelo ahora