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Ya era tarde por la noche y a Walter le habían concedido una noche libre, dado a su progreso tanto como agente y como método de reforma para el villano que habían intentado destruir hacia un año.

Se encontraba en la habitación que le había prestado Lance mientras reparaban su casa. Tenía distintos libros abiertos en diferentes páginas, también tomaba notas en uno de sus muchos cuadernos con biromes de distintos colores, que según el le ayudaban a recordar mejor las cosas.

Su dispositivo de llamadas empezó a sonar en la mesa, haciendo vibrar la zona a su alrededor, sabía que solo una persona lo podía llamar a través de este. Saltó en su lugar debido al repentino sonido que lo sacó de su concentración. Al ver la pantalla iluminada se acomodó la ropa y el cabello, de forma inconsciente, se carraspeó y tomó el dispositivo contestando la llamada.

- Señor McFord, que sorpresa. – lo saludó con una sonrisita al verlo del otro lado de la pantalla.

- Walter, pensé que estarías dormido, ya es bastante tarde. – le dijo levantando las cejas con sorpresa.

- ¿Qué? No es tan… oh rayos. – exclamó cuando se fijó en la hora de su reloj. – Creo que perdí la noción del tiempo. Yo también pensé que estaría dormido.

- Por favor, no he dormido bien en los últimos veinte años. Ya estoy acostumbrado a dormir a estas horas.

- Eso no está bien, señor. La falta de sueño puede afectar a su capacidad cognitiva. Cuando salga de ahí, tendrá que acostumbrarse a mis horarios.

- ¿Tus horarios?

- ¡Oh si! La directora Jenkins me llamó el otro día, me dijo que si tu conducta sigue como hasta ahora, podrá salir en un mes y… adivine – hizo una pausa.

- ¿Me arrojaran al océano? – el castaño rio del otro lado de la línea.

- No, no. Asignarán que viva conmigo, en mi casa, hasta que pueda acomodarse en la sociedad. ¿¡No es genial!? – le comentó lo más emocionado que pudo. – Nos llevamos tan bien que la directora acordó que debería ayudarlo a recuperarse.

El mayor quedó en shock por un momento.
- ¿Señor? ¿Sigue ahí? – llamó el menor al ver que la imagen no se movía.

- Si, Walter. Perdón, es solo que me puse muy feliz con esa noticia, la mejor que me han dado en mucho tiempo.

- ¡Genial! Mire, la reconstrucción de mi casa termina en dos semanas, si puede aguantar un poco más de eso ahí, saldrá libre antes de lo que cree. Incluso pedí que agregaran una habitación para usted. – el pelinegro sonrió

- Te lo agradezco, Walter. Nada me hará más feliz que dejar mis malos recuerdos atrás y forjar nuevos contigo.

El chico se sonrojó, agradeció al mayor por tener esperanzas en el y ambos se despidieron.
El chico dejó a un lado su dispositivo, limpió un poco su escritorio y acomodó un poco los papeles con sus apuntes. Apagó las luces para luego meterse en la cama, Lovey aterrizó a su lado.

Acarició al ave con un dedo, parecía pensativo.

- Oh, Lovey. Ahora debo pensar como decírselo a Lance.

Stone cold... or notDonde viven las historias. Descúbrelo ahora