Este día Walter llevó a Lovey a escondidas para presentarla con Killian. Su idea era que empezaran desde cero, ya que no habían tenido un buen primer encuentro.
- Muy bien, Lovey. – le habló a su amiga que estaba escondida dentro de su abrigo – Conocerás a un amigo mío, pero no quiero que te alteres, ¿ok? – el ave gorjeó como respuesta. Walter la tomó como afirmativa.
Suspiró pesadamente, nervioso, antes de dar un paso para ingresar a la habitación. El hombre encerrado volteó hacia su dirección y caminó hacia el con una pequeña sonrisa. Walter realizó la misma rutina de siempre, apagar las cámaras y la pared.
Luego bajó el cierre de su abrigo, en frente del hombre, el cual lo observó confundido. Y hasta se había sonrojado, demostrando nerviosismo.
El sonrojo bajó cuando vio a una paloma blanca y marrón salir desde el interior de la ropa del chico, pero su confusión no disminuyó. El ave se posó en la cabeza del castaño, viéndolo fijamente.
- Bueno, creo que antes ya había visto a Lovey. – señaló a su amiga, ubicada en su cabeza. – Lovey, el es Killian. Es el amigo que quería presentarte.
El corazón del hombre se enterneció y estrujó al mismo tiempo. Por un lado el joven lo consideraba un amigo, pero por el otro, el quería ser algo más que eso.
Notó que la paloma no parecía muy feliz de verlo, las plumas de su cuello estaban esponjadas, no las marrones. Sino todas las que cubrían su cuello, incluyendo las de color blanco.
Walter subió sus manos para que su amiga se subiera en estas, lo cual hizo, sin apartar la mirada de aquel hombre mayor. El chico la extendió cuidadosamente hacia adelante.
- Puede acariciarla si quiere. – ofreció con una amplia sonrisa y un tono de emoción. Killian retrocedió en su lugar, con su mano derecha a la altura de su pecho.
- Yo no creo que a ella le guste la idea. – señaló a Lovey, la cual lo observaba fijamente, vigilándolo con los ojos entrecerrados.
- Oh, vamos. No sea tímido. – alzó al animal un poco más cerca del hombre.
Este suspiró. Relajó su mano derecha y la acercó al ave que descansaba en las manos del joven.
Era difícil de asimilar que estaba temblando levemente solo por el hecho de acariciar a un ave. Aunque esta se si veía bastante amenazante.
- Hola… palomita… – le habló, más que nada para calmar sus propios nervios, mientras acercaba su mano a la cabeza del animal.
Lovey con cada centímetro que se acercaba la mano del hombre, más se encogía en su lugar y zureaba bajito. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, la paloma blanca picoteó la mano del hombre.
Este la retiró rápidamente, algo enojado. Walter plegó sus brazos de repente, sin espantar a su amiga y la acercó a su pecho.
- ¡Puta… madre! – maldijo al aire sujetando la mano herida con su mano robótica. Su dedo índice tenía unas gotitas de sangre.
Su ceño estaba fruncido, su respiración iba más rápido por el enojo momentáneo, estaba resoplando y su ojo izquierdo se había puesto rojo. Casi gruñía, porque sabía que eso iba a pasar, pero cayó ante la súplica del menor.
Volteó hacia Walter, inconscientemente. Vio la expresión aterrada en su rostro y como estaba encogido cerca de la pared, casi temblando, sosteniendo a su paloma cerca de él. Rayos… hasta el ave se veía asustada.
Su ojo volvió a cambiar de color, relajó su respiración y se paró correctamente, sin soltar su brazo. Carraspeó un poco, con la mirada baja.
- Perdón… no debí gritar y enojarme tanto… – se disculpó mirando fijamente al chico, y de vez en cuando a Lovey.
Walter se enderezó, aún algo asustado.
- N-no, es mi culpa. Sabia que Lovey no se siente cómoda con extraños, en especial con usted. Sin ofender. – dejó a la paloma en su hombro.
Su vista bajó a la mano que goteaba sangre.
- ¡Cielos! ¡Lovey! – regañó a su paloma, esta voló hasta la silla, viéndolo indiferente – Déjeme curarlo.
El castaño había traído su laboratorio portátil, el cual contenía una caja de primeros auxilios. Ambos se sentaron en la cama de la celda, Walter con el botiquín en sus manos. Lo abrió y sacó vendas y algo para limpiar la herida.
En un trozo de gasa colocó agua oxigenada para limpiar la herida un poco.
- Vaya, le quitó un trocito de piel… – habló avergonzado mientras pasaba cuidadosamente aquel trocito de gasa.
- No te preocupes, he sufrido peores pérdidas. – movió levemente la prótesis de su mano para luego soltar una risita. Walter no iba a reír, pero si el hombre lo hacía, el también rio.
El corazón de Killian comenzó a latir más fuerte cuando vio reír a Walter. De por sí ya se veía hermoso, pero al reír por algo que el había dicho, le pareció la cosa más preciosa que había visto en mucho tiempo.
Mientras tanto Walter solo se concentraba en vendar la herida de forma correcta.
- Listo. – anunció una vez terminó – Estará como nuevo en poco tiempo, no dejará secuelas. Lo digo por experiencia. – comentó guardando lo que había usado en el botiquín mientras que la gasa ensangrentada la puso en su bolsillo.
El chico estaba feliz y sonriendo por el buen trabajo que había hecho, de repente algo lo volteó hacia el pelinegro. Era el mismo hombre quien lo hacía, con su mano robot.
- Eres un gran chico, Walter. – le dijo con una mirada que parecía de… ¿deseo?
El mencionado solo sonrió nervioso. Más que nada por el frío agarre de la mano metálica.
- Uhm… ¿gracias? – su corazón y respiración comenzaron a acelerarse cuando el mayor lo acercaba a su cara.
No podía zafarse, pues esa mano era peligrosa aún sin las habilidades electrificadas que tenía.
Pasó lo inevitable. Los labios de ambos chocaron, se estaban besando. Al momento de ocurrir ese evento los ojos del castaño se abrieron al máximo, el agarré metálico de Killian se aflojó. Esto relajó un poco al chico, el cual medio correspondió al beso. Lovey rodó los ojos.
Era un beso tierno, Killian no quería pasarse con el chico para no asustarlo, pero no pudo resistir demostrarle su amor.
Al momento de separarse, Walter tenía una mirada de confusión y su cara completamente roja. Torpemente tomó el botiquín y salió de la celda.
- Uhm… b-bueno… me tengo que ir ya… – dijo cerrando la celda y activando la cámara. – Vamos, Lovey. N-nos vemos… mañana…
Se despidió nervioso y torpemente, con su amiga emplumada volando tras el. Killian se desanimó un poco, pero también estaba feliz de que el chico había correspondido el beso, aunque sea un poco.
Walter caminaba totalmente rojo por los pasillos y con el paso apresurado. Llegó a su taller y cerró la puerta. Se desplomó en la silla giratoria cubriendo su rostro con sus manos.
- Lovey… – llamó y la nombrada volteó – no le cuentes nada a Lance…
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Stone cold... or not
Fanfiction[Killian x Walter] ¿Qué pasó con Killian después de ser capturado? Su mente no podía dejar de pensar en el joven agente que lo había salvado, poniendo su propia vida por encima de la de él. Resultó una enorme revelación para el villano. . . . . . ...