Dos

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Si bien Juana amaba a su hijo mayor, habían momentos donde simplemente quería arrancarle la lengua para que dejara de hablar.

Era el treinta y uno de Agosto de 1999, la mujer conducía su auto en busca de alguna papelería que a su hijo le gustara. Habían recorrido ya más de veinte y ninguna tenía el lápiz perfecto para el pequeño Simón. Frenó el auto en una pequeña librería de esquina, se deshizo de su cinturón y bajó a abrirle a Simón, quien bajo con entusiasmo.

El lugar era pequeño, pero a la vez demasiado acogedor. Simón apresuró el paso, yendo directamente a la sección de lápices, refunfuñó al no encontrar lo que él necesitaba.

— ¿Puedo ayudarte, pequeño? —, un chico, de unos veinticinco años más o menos se acercó a él. Observó como el pequeño mantenía su vista fija y con determinada concentración los lápices de colores. — ¿Que color necesitas?

— Verde —, respondió Simón. — Pero no cualquier verde, tiene que ser un verde agua, pero a la vez turquesa ¿O quizás debería llevar un verde lima?

El hombre rió. — ¿Que quieres pintar?

— Verá usted, mañana es el cumpleaños de mi amigo Juan Pablo, Juan Pablo Villamil Cortés y quiero regalarle un retrato de él. El retrato ya estaba casi listo, ¿sabe? Pero me di cuenta que el verde no era el indicado para su color de ojos, ¿Puede creerlo? Me enojé demasiado.

— ¿Por que no era el indicado?

— Porque era demasiado verde y los ojos de Villa no son verdes, digo, si lo son, pero a veces no son verdes, ¿Me entiende? Cuando hace calor, los ojos de Villamil son de un verde claro, pero cuando hace frío sus ojos se vuelven demasiado oscuros y en algunos momentos sus ojos se ven azules. Yo realmente me confundo mucho.

El chico sonrió con una inmensa ternura, tanto por el manejo de palabras del pequeño como por el cariño y atención que este le dedicaba a su mejor amigo.

— Vaya, esto es verdaderamente complicado —, respondió pensativo. — Pero podemos hacer que sea más simple, ¿Cual es la época favorita de Villamil?

Simón se quedó unos segundos vallado. — Creo que es el verano, porque tía Cleme lo deja salir al patio a jugar fútbol, ¿Sabía que el fútbol es su deporte favorito? En mi retrato lo dibujé con un balón.

El chico volvió a soltar una pequeña risa. — Entonces, a Villamil le gusta el verano y el fútbol. En el verano hace calor, y cuando hace calor sus ojos son claros, deberías comprar el verde claro, así le recuerdas su época favorita.

Simón abrió su boca impresionado, mientras asentía con entusiasmo. — ¡Tiene razón! Le diré a mi mami.

Rápidamente salió en busca de su madre, quien lo esperaba en la entrada. — ¡Mamá! Tenemos que comprar el verde claro, el verde claro es el indicado.

Rompecabezas ; VillargasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora