Doce

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29 de Diciembre, 2007

Nunca creyó que habría tanta gente en su fiesta de despedida, incluso, es lo que él pidió. Estuvo una semana entera pidiéndole a sus padres que hicieran algo pequeño con sus más cercanos, es decir, la familia y unos cuantos amigos, pero no, ahí estaba él, entremedio de casi cincuenta personas de los cuales no conocía la mitad. No recordaba que tan incomodo era escuchar los "estás tan grande", "¿No te acuerdas de mi? Yo te cambié los pañales", y por último, pero más odioso, los apretones de mejillas.

Su hermano hacía de dj en un rincón, debía admitir que hasta el momento era lo que más le divertía de aquella fiesta, porque ni sus amigos habían llegado aún.

— ¡Simón! —, la fuerte y aguda voz de Thomas captó su atención. Volteó en busca de su amigo, encontrándolo en la entrada haciendo señas junto a los demás. Rió y se encaminó hacia ellos.

— Se dignaron a aparecer.

— ¡Monchi, esta fiesta está genial! Pensé que quería algo tranquilo —, comentó Nath observando a su alrededor con euforia.

— Sí... mis padres no saben mucho de tranquilidad. —, bromeó. — Pero pasen, podemos sentarnos a conversar en el sofá.

|...|

Para Villamil era cada vez más difícil escuchar a Simón hablando sobre su viaje. Se sentía egoísta al querer que el pelinegro no se fuera a España y se quedara con él. Era en esos momentos cuando odiaba haberse dado cuenta tan tarde que estaba enamorado de él.

— En España conocerás a un Español eh, ya sabes, un Rubius —, bromeó Gabriela dándole leve codazos.

— Uy, y se van a hacer una casita en minecraft —, Thomas siguió la broma, fingiendo desmayarse de amor, Simón negó con la cabeza mientras reía.

— Hablando un poco más serio, que suerte tienes, te vas a España, que es un país completamente hermoso, y además, tiene hombres guapísimos. Tú ya ganaste —, comentó Nath. Villamil tosió incómodo.

— Yo no voy a buscar pareja, chicos, pero si un Español guapo me invita a salir, no es que le vaya a decir que no —, Simón guiñó el ojo, dejando con sorpresa a sus amigos.

— ¡Mírenlo! Se va a España y ya se le alborotaron las hormonas.

Villa desvió su mirada intentando disimular su enojo y ganas de gritarle a Simón que él me pertenecía. Pero no, no iba a hacer una escena tóxica, ni celosa con su mejor amigo. Suspiró frustrado y se levantó de su asiento.

— Voy a tomar algo de aire —, mencionó con una leve sonrisa. Simón lo siguió con la mirada, sabía que algo estaba mal con su amigo.

— Ya vuelvo —, quiso levantarse pero Thomas lo detuvo.

— No puedes irte, tú padre va a dar el brindis.

— ¡Ey! Tranquilo, solo voy al patio, no me voy a demorar mucho. Ustedes sigan hablando sus boberías.

|...|

La noche estaba fría, pero eso era lo que menos le importaba a Juan Pablo en ese momento. Estaba tan sumido en sus pensamientos que no se percató de que su mejor amigo se encontraba sentado a su lado, hasta que habló.

— Has estado muy raro, Villaco —, Villamil desvió su mirada encontrándose con los hermosos ojos color avellana de Simón.

El mayor lo observaba con una leve y tierna sonrisa, tan bella, que no pudo evitar fijar su vista en esos rosados y delgados labios. No podía evitar la tentación y deseo que tenia de probarlos aunque fuera una vez en su vida; tenía que besarlo, debía besarlo.

Cerró sus ojos disfrutando un poco del frío aire que en esos momentos rondaba. Simón ladeó su cabeza con algo de confusión y ternura. Confusión que aumentó aún más cuando se percató de que el ojiverde cada vez estaba más cerca de él, tanto que podía sentir su respiración chocar en su cara. Fue el roce de labios lo que hizo que Villamil abriera sus ojos.

— Adiós Simón, suerte en tu nueva etapa—, murmuró y terminó de juntar sus labios en dulce pero a la vez apasionado beso.

Sus labios se separaron en el instante que Simón posó su mano sobre la de Juan Pablo. Ahí fue cuando el ojiverde notó su error, había besado a su mejor amigo, y quizás, había abierto ilusiones donde no debía haberlas. Sin decir nada salió corriendo del lugar, dejando a un Simón desconcertado.

|...|

Era irónico como siempre que algo malo pasaba terminaba en aquel parque, donde todo había empezado; las confusiones, los celos, las reconciliaciones. El pequeño parque en el centro de Bogotá había sido el principal testigo de la historia de Juan Pablo y Simón, y ahora mismo, era el testigo del arrepentimiento de uno de los protagonistas, quien lloraba a todo dar en el oscuro y solitario lugar.

— No entiendo porque siempre terminas en este lugar —, comentó Simón metiendo sus manos en los bolsillos de este lugar. — ¿Que tiene de especial este parque?

— Aunque te explicará seguirías sin entenderlo, Simón —, respondió Villamil. Simón fijó su vista en él, como si intentara leerlo, analizarlo. Sin decir nada se sentó a su lado y lo tomó del mentón, haciendo que el ojiverde lo mirara.

— Quiero entenderte, Villamil —, susurró. — Pídeme que me quede y lo haré. Me quedaré para entenderte, porque España no es nada al lado tuyo. Te amo Juan Pablo Villamil, y si me pides que me quede, no lo dudaré ni cinco segundos.

Villamil lo observó atónito. Se sentía como un sueño, un sueño del que no quería despertar, pero a la vez un sueño que interfería en otro sueño; el de Simón, y él no podía destruir el sueño de su mejor amigo.

— Simón, no te confundas —, respondió intentando disimular el nudo de la garganta. — Ese beso no fue nada más que para probar, quería confirmar si yo era gay, y después de eso, me doy cuenta de que no lo soy, y que a ti te veo solo como un gran amigo. Vete a España, no te quedes haciéndote falsas ilusiones.

Simón no respondió, simplemente desvió su mirada y se levantó retirándose de aquel parque, quien ya era parte de otros dos capítulos; el amor y la mentira. Corrió rápidamente, mientras las lágrimas salían sin cesar de sus ojos.

|...|

— Y es por eso, que Simón es uno de mis más grandes orgullos. Te amo hijo, lo vas a hacer increíble.

Simón sonrió con debilidad, la verdad ya no estaba para más momentos emotivos. Caminó hasta sus padres entre los aplausos de sus invitados y les dio un gran abrazo.

— ¡Gracias a todos por venir hoy! Realmente aprecio que se dieran el tiempo de estar aquí. Aprovechando de que tengo su atención quiero contarles que adelantaré mi vuelo para recibir Año Nuevo en España, y así comenzar todo de nuevo ahí.

~ ~

Falta el epílogo y un extra AAAAAA.

Rompecabezas ; VillargasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora