creep [one shoot geranne]

Ceuta y tus abrazos. [1]

21 de diciembre

2:36 am.

Sujetando sus cosas, Anne, cansada y aturdida por el viaje a altas horas de la mañana consigue salir de ese barco al cual desea lo peor por hacerle pasar las horas mas horribles de su vida. Sujeta su pequeña maleta de ruedas arrastrándola con ella hacia el exterior del muelle con desgana, todo esta vacío allí, solo hay un par de taxistas remolones que aprovechan estas horas para inflar los precios de sus tarifas a la gente que llega de viaje.

La chica se apoya a un lado de la pared de salida, sujeta su botella de agua y bebe bastante sorprendida de lo que ocurrirá estos días.

Tras varios años sin tener contacto con Gèrard, su amigo de la infancia, su otra mitad, su media naranja y como diría ella; su otro calcetín, ha llegado a Ceuta, tierra donde creció y disfrutó los primero años de su vida..., pues su padre Iván tuvo que llevarle con él cuando abandono la ciudad tras la muerte de su pareja, aquellas calles tenían millones de recuerdos tanto alegres, como agrios y salados como sus lagrimas.

Recuerda la última vez que abrazo a Gèrard, aunque hayan pasado años desde la última vez que se vieron sigue recordando el tacto de sus dedos recorriendo sus brazos para hacerle cosquillas, o las tardes de cine con Eva en la cabaña del jardín... Miles de recuerdos recorren la mente de Anne, pues, no podía evitar emocionarse por volver a ver a sus compañeros después de tanto; y temía más que nada el que no se acordasen de ella puesto que, habían perdido el contacto cuando tuvo que irse sin despedirse de nadie.

Ahora estaba apunto de reencontrarse por la reunión de antiguos alumnos, nadie sabía que ella asistiría a esa reunión, ni ella misma era consciente de que aquello iba a pasar. Tenía miedo, estaba cagada por la reacción que podían tener sus amigos tras su llegada, no quería que estuviesen enfadados con ella por nunca haberse despedido ni haberles buscado después de un tiempo, no quería pensar que su rubito se había podido olvidar de ella, o que Rafa hubiese encontrado otra persona a la que ahora llamase hermana, tenía miedo de ya no ser nada para ellos y aunque ya fuese mayor y tuviese casi 20 años las inseguridades era un factor muy grande que le hacía mal.

Guardó su botella de agua y sujeto su maleta aventurándose por las calles de Ceuta, no iba a coger un taxi que le llevase a su antigua casa, era un robo que no estaba dispuesta a pagar conociendo perfectamente el camino.
Observaba las calles con sonrisas mientras sacaba alguna foto para subir a su instagram stories; y así lo hizo, subió la primera foto que más le gustó y siguió andando hacia su pueblito, recordando que al llegar debía llamar a su padre para avisarle de que todo estaba en orden.

Al abrir la puerta del jardín, millones de recuerdos recorrieron nuevamente su cabeza, dándole un pinchazo en un costado y haciéndole fruncir el ceño algo incómoda por memorias de antiguas fiestas que acabaron mal, recorre todo el espacio con la mirada, desde la caseta de su antigua perrita, la piscina, el césped y sus rosas, la cabaña y el columpio de madera donde tantas horas pasaba con sus amigos, donde tantas noches hablaba con Eva, donde tantas horas se abrazaba a Gèrard.