Solo Sexo

capítulo 1

Narradora:

Marina una chica de diecinueve años de edad, pelo castaño liso muy largo, 1'67 cm de altura, cuerpo esbelto, labios rosados, piel bronceada, vestida con unos pantalones de tiro alto, unas zapatillas Nike y una camiseta blanca, maquillada con base, bronceador y rímel. Rímel corrido mejillas abajo, unos grandes ojos marrones llenos de lágrimas... ¿Por qué?

Andaba por las numerosas calles de Madrid, España. Con la cabeza baja alejándose cada vez más del apartamento de su reciente ex novio, con una maleta en su mano.

No sabía dónde ir, andaba sin un rumbo fijo, ni siquiera miraba por dónde andaba y tampoco le salían las disculpas cuando se chocaba con las personas que pasaban. Ya hacia 45 minutos que se había ido corriendo con el corazón hecho trizas y ahora no sabía que hacer. No tenía amigos que pudieran acogerla, ir con sus padres no era una opción... ¿Ahora que haría?

Era de noche y estaba cansada de andar. Se sentó en una de las mesas alejadas de afuera de un bar, puso los brazos cruzados en la mesa y hundió su cara para llorar con libertad. ¿Qué iba a hacer ahora? Apenas tenía dinero ¿Donde iba a dormir? ¿Donde iba a vivir? ¿Qué iba a ser de ella ahora?
Lloró sin consuelo durante mucho tiempo hasta que una camarera se dió cuenta y se acercó a ella.

Camarera: hola, buenas noches ¿Está usted bien señorita?

Marina elevó el mentón mirándola con los ojos irritados de tanto llorar.

Marina: No es nada.
Camarera: ¿Quiere que llame a la policía o a la ambulancia?
Marina: No, no es necesario -negó- es una ruptura amorosa.
Camarera: oh, ya entiendo. ¿Quieres algo de tomar?
Marina: una Coca-Cola por favor.

La camarera toma nota, se va y vuelve con la Coca-Cola de cristal en la mano.

Marina: gracias -le da el dinero-
Camarera: a usted. No se preocupe, los amores vienen y van. Por cierto, no me dé el dinero, la cocacola ya está pagada -se retira-

Marina: si solo fuera por eso... -susurra para ella misma y toma un trago del refresco-

Aún no dejaba de llorar, no tenía apoyo de nadie, no podía refugiarse en ningún lado...

Elliot: hey morena, ¿Nunca te dijeron que las princesas no lloran? -se acerca un chico-
Marina: qué pena que no sea una.
Elliot: he estado pendiente de tí desde que llegaste
Marina: lo que faltaba, un acosador

El chico ríe con su voz grave. Marina se gira a él por primera vez y tuvo una agradable sorpresa a la vista. Un chico alto, de piel morena, pelo rizado marrón y unos gran ojos marrones con largas pestañas rizadas, labios gruesos rosados, tenía el cuerpo bastante ejercitado, mandíbula marcada, un pendiente en una oreja. Vestido con unos pantalones negros justos con roturas en las rodillas, una camisa con las mangas remangadas hasta los codos y  unas zapatillas Nike blancas... Todo en él desprendía sensualidad pero eso no hizo efecto en Marina.

Elliot: No -se ríe- me di cuenta de que estabas mal y vine a acercarme. No suelo preguntar esto pero ¿Qué te pasa?
Marina: Nada...
Elliot: No parece como si no te pasara nada  -se sienta en la silla de enfrente-
Marina: Mi novio rompió conmigo. Es un gilipollas de mierda, nunca me quiso... Yo vivía en su apartamento así que me tuve que ir y ahora no tengo donde ir.
Elliot: ¿Cómo que no tienes donde ir? ¿Tus padres?
Marina: hace años que no me llevo con mis padres. Tuve una pelea muy fuerte...
Elliot: ¿Tus hermanos?
Marina: no tengo familia
Elliot: ¿Amigos?
Marina: tampoco
Elliot: alguien tiene que haber. Es imposible que estés sola.
Marina: ¡Pues yo sí ¿Vale?! -le dice con impotencia-
Elliot: en eso nos parecemos -sonríe hacia un lado- vamos a dar una vuelta -se levanta-

Marina obedece, no tenía nada que perder. Si era un asesino y la mataba al menos ya no tendría que preocuparse por donde iba a dormir.
Ella le sigue y se pone a su lado.

Elliot: cuéntame lo de tu ex novio. -comienza a caminar-
Marina: llevábamos 1 año y 5 meses juntos, todo el tiempo a estado jugando conmigo sin yo darme cuenta. Estaba conmigo y con 100 más, hoy me lo confesó; me dijo que no me quería y que me era infiel. Maldito hijo de puta, desgraciado accidente del mundo. Por personas como él el mundo es así. Asqueroso de mierda -maldice-
Elliot: es un gilipollas sí.
Marina: ¿te ha pasado algo así?
Elliot: No, yo nunca he tenido novia.
Marina: ya claro. Me vas a decir que nunca has estado con una mujer
Elliot: No, claro que sí. He estado y estoy con muchas mujeres, pero el amor no es lo mío, prefiero el sexo.
Marina: me estás diciendo que pones los cuernos y solos las quieres para usar y tirar...
Elliot: ah no no. No te me confundas, yo desde un principio les digo que yo no busco amor. Ellas lo saben y aceptan, solo tenemos encuentros divertidos.
Marina: bueno, si se lo dejas claro entonces no está mal -se encoge de hombros-
Elliot: ¿Cuantos años tienes? -se enciende un cigarro-
Marina: diecinueve ¿Tú?
Elliot: veinticinco
Marina: ¿No deseas tener estabilidad amorosa? -frunce el ceño-
Elliot: No, me gusta mi vida cómo está, al menos en ese tema. ¿Fumas? -le ofrece un cigarrillo-
Marina: No, gracias -niega-
Elliot: eres muy joven para sufrir tanto ¿no tienes trabajo?
Marina: No, estoy buscando. ¿Y tú?
Elliot: soy tatuador -le enseña sus brazos que están descubiertos hasta el codo-
Marina: umh, no me había dado cuenta de tus tatuajes.
Elliot: mira este -señala un símbolo- es por una pandilla que tuve. Este -señala una brújula- es porque aún estoy buscando mi norte. Este -señala una rosa- es por mi madre. -da una calada al cigarro- y si quieres ver más me dices y nos vemos en mi cama -le guiña un ojo-
Marina: No gracias.
Elliot: piénsatelo -la señala con la mano que tiene el cigarro entre los dedos índice y corazón- ¿Tienes estudios?
Marina: terminé la secundaria, tengo el graduado en peluquería y estética, trabajé unos meses en una tienda de ropa y también en una de comida.
Elliot: umh

Hay un silencio Durante unos minutos.

Elliot: ¿Qué desearías?
Marina: Qué me rompan todo menos el corazón -se sinceró-

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N/A: ¿Qué les parece? ¡Estoy súper emocionada!

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